El anterior Gobierno de Islandia acusado de "extrema negligencia" en la crisis de 2008
- Toda la anterior cúpula financiera ocultó información, según la investigación
- El informe de conclusiones cuenta con más 2.000 páginas
El ex primer ministro de Islandia, el conservador Geir Haarde, y el ex gobernador del Banco Central de ese país, David Oddsson, entre otros dirigentes, han sido acusados de "extrema negligencia" por su actuación antes y durante la quiebra y posterior nacionalización de los tres principales bancos islandeses en octubre de 2008, según el informe final de la comisión parlamentaria que durante año y medio ha investigado las causas y orígenes de esa crisis.
Según el texto, en la primavera de 2008, es decir, antes de la crisis financiera estadounidense, Haarde y Oddsson ocultaron información al resto del Gobierno sobre las dificultades financieras de los tres grandes bancos del país, que en octubre de ese mismo año tuvieron que ser nacionalizados para evitar que arrastrasen a todo el sistema financiero islandés.
"En abril de 2008, se produjeron al menos cinco reuniones entre el primer ministro, el ministro de Finanzas, el ministro de Asuntos Exteriores y los directores del Banco Central sobre la situación de las entidades bancarias y la economía", ha asegurado el presidente de la comisión de investigación, Pall Hreinsson, en la rueda de prensa posterior a la publicación del informe. Ni el ministro de Banca ni el entonces gobernador del Banco Central, "recibieron ni una sola información sobre esos encuentros", ha añadido.
El documento también tacha de irregular la actitud de "los tres antiguos directivos del Banco Central, David Oddsson, Eirikur Gudnason e Ingimundur Fridriksson, así como de Jonas Jonsson, el director de la autoridad de vigilancia financiera de Islandia".
2.000 páginas de acusaciones
El resultado de la investigación parlamentaria, de más de 2.000 páginas y bautizado como "Informe de la Verdad" o "Informe Negro", ya ha sido remitido a la justicia islandesa para que actúe en consecuencia, según Hreinsson.
El hundimiento del sobredimensionado sistema bancario islandés -que multiplicaba por diez el PIB anual que tuvo la isla entre 2004 y 2007- provocó una crisis económica sin precedentes en ese país de apenas 320.000 habitantes, que ha visto dispararse el paro y la deuda pública al tiempo que se desplomaba su moneda, la corona islandesa.
El Ejecutivo liderado por Haarde se vió obligado a dimitir después de varias manifestaciones multitudinarias registradas en el invierno siguiente a la crisis. La izquierda ganó con mayoría absoluta las consiguientes elecciones, y lo primero que hizo fue cesar a Oddsson, artífice de la desregulación financiera de los años 90.
"En siete años, los tres bancos multiplicaron su tamaño por veinte y eso fue la razón principal de la crisis económica", ha destacado otro miembro de la comisión especial, Sigridur Benediktsdottir, una economista islandesa que trabaja en la Universidad de Yale, en Estados Unidos. "Según los libros de cuentas de los bancos, todos los antiguos propietarios recibieron créditos inapropiados de sus entidades".
El informe también subraya que el Banco Central, que debía supervisar el sistema, redujo su tamaño demasiado, hasta el punto de que no pudo acudir en auxilio de las entidades cuando se produjo la caída.
Salvor Nordal, otro de los participantes en la investigación ordenada por el Parlamento, apunta como factor añadido que "los actores principales no tenían ni la capacidad ni la experiencia para abortar las consecuencias del hundimiento del sistema económico" islandés.
Además de los trabajos de la Comisión Especial de Investigación, también se han abierto investigaciones criminales por presuntas manipulaciones en el mercado, fraude, préstamos excesivos a determinados partidos políticos y evasión de impuestos, todos ellos relacionados con los tres bancos que quebraron en tan sólo tres días (Kaupthing, Glitnir y Landsbanki) y causaron el hundimiento total del sistema financiero islandés.
Ayuda del FMI
El pasado marzo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) anunció un acuerdo con el Gobierno islandés para transferirle 159 millones de dólares (casi 118 millones de euros) para aliviar las dificultades de liquidez que sufre Islandia desde que estalló la crisis financiera.
Este pago es el tercero de un crédito de 2.200 millones de dólares concedido por el FMI a Islandia en noviembre de 2008, unos meses después de que el país nórdico tuviera que nacionalizar los tres principales bancos del país, arrastrados por la quiebra de Lehman's Brothers y la posterior crisis financiera de Wall Street.
Hasta ahora, el desembolso de esos fondos estaba bloqueado por el conflicto que mantiene Islandia con Reino Unido y Holanda a causa de la quiebra del banco Icesave, en el que muchos británicos y holandeses habían invertido fondos. Tanto Londres como Amsterdam indemnizaron a sus ciudadanos por los ahorros perdidos y ahora, tras la nacionalización de Icesave, reclaman al Gobierno islandés el reembolso de esas indemnizaciones, que se aproxima a los 4.000 millones de euros, más de un cuarto del PIB islandés.
Pero en un referéndum celebrado también el pasado marzo, los islandeses rechazaron de forma contundente en referéndum un acuerdo entre su Gobierno y los de Reino Unido y Holanda para la devolución de las indemnizaciones, lo que ha motivado no sólo la amenaza de esos dos países de vetar la entrada de Islandia en la Unión Europea, sino su intención de poner obstáculos a que el FMI socorra al país nórdico.
Islandia, por su parte, ha insistido en que necesita los fondos del organismo internacional para no verse abocado a otra crisis de liquidez como la que arrasó su sistema financiero, uno de los más abiertos y rentables del mundo hasta el estallido de la crisis internacional, en el verano de 2008.