El FMI advierte que la deuda de algunos países podría prolongar la sequía de crédito
- Aconseja planes de consolidación fiscal creíbles para el público
- El FMI asegura que mejora la salud del sistema financiero
- Pide avanzar con paso firme en las reformas
Como es habitual, el Fondo Monetario Internacional da una de cal y otra de arena. Asegura que "se han atenuado los riesgos para la estabilidad financiera mundial" y que "la salud del sistema bancario está mejorando". Pero también advierte que el perfil de la amenaza ha cambiado: ahora está en la solvencia de los gobiernos.
El "deterioro de las cuentas públicas" y la "rápida acumulación de deuda soberana" que sufren buena parte de los países más ricos puede generar otra andanada sin fronteras. Genera desconfianza, y eso hace que los mercados cobren más por prestarles el dinero. La factura no se limitaría al sector público sino que se extendería a bancos, empresas y familias.
Consolidación fiscal para evitar el colapso del crédito
La cadena funciona de la siguiente manera. Los tipos de interés más elevados podrían "exacerbar las dificultades para la financiación de los bancos". Y estas dificultades se trasladarían a sus clientes: familias y empresas. La crisis ya ha dejado una sequía de crédito que todavía no ha desaparecido. Entre otras cosas, porque la demanda es débil y la oferta escasa. Pero incluso en el mejor de los casos, la reactivación será "probablemente moderada". Y lo último que necesitan son préstamos más caros.
La receta del FMI para solucionarlo es sencilla y tira de manual. Los gobiernos deben apretarse el cinturón. Tienen que "dar a conocer planes de consolidación fiscal a medio plazo creíbles, que cuenten con el respaldo del público". Este impulso a controlar el gasto, este acicate a subir los impuestos, tiene excepciones: algunos países pueden seguir necesitando estímulos fiscales al crecimiento económico. La guinda del Fondo es lo de siempre, en crisis y sin ella: reformas estructurales.
Reformas firmes y paulatinas
El FMI también tercia en la reforma financiera que será el eje de la cumbre del G-20 en Toronto el próximo mes de junio. Aconseja avanzar con paso firme. Con un matiz importante: los cambios deberían introducirse teniendo en cuenta las condiciones económicas y financieras imperantes.
A su juicio, "está claro" que es precisa más y mejor capitalización de las entidades. Sin estrangular su eficiencia y capacidad de innovación. Y con un toque de urgencia en el caso de los gigantes financieros. El Fondo dice que es "posible que quede poco tiempo para abordar el problema de las instituciones demasiado importantes para quebrar y es imperativo aprovechar la oportunidad porque algunas de ellas son más grandes y dominantes que antes de la crisis".
El FMI sugiere varias medidas: aplicar "cargos de capital según el riesgo" que suponga cada institución para el conjunto del sistema, es decir, según el impacto que tendría su quiebra en los demás. Apuesta por un regulador único, encargado de supervisar la liquidez y solvencia de las entidades. Y aboga por cámaras de compensación para negociar los derivados financieros a la luz pública, aunque matiza que la transición a este modelo "debería ser paulatina".
Riesgo -relativo- de burbujas en los emergentes
En contraste con la lenta salida en las economías más avanzadas, los países emergentes disfrutan de una recuperación vigorosa. No exenta de riesgos, según el FMI. La fuerte entrada de capital, las expectativas de que sus monedas se revalúen y la abundancia de liquidez en las naciones asiáticas -salvo Japón- y América Latina pueden generar presiones inflacionistas y burbujas en algunos activos.
El FMI precisa que hay pocas evidencias en este sentido, salvo "en algunos mercados inmobiliarios locales". Y en todo caso, recomienda vigilancia y pragmatismo. Con la mirada puesta en China, defiende que las entradas de capital son menos problemáticas si los tipos de cambio son flexibles. Un toque de atención muy suave a Pekín para que revalúe el yuan. Lo que anticipa que la administración Obama no acusará a China de manipulador de divisa ni abrirá una guerra proteccionista a cuenta de ello.