Grecia agua la fiesta al G-20
- El G-20 insiste en que la recuperación es mejor de lo previsto pero desigual
- Preocupados por Grecia, enfatizan la necesidad de cuentas saneadas
- Reiteran que es preciso reequilibrar el crecimiento mundial
- Quieren acordar una reforma financiera internacional este año
Los ministros de Finanzas del G-20 habían venido a Washington cargados de optimismo. Algunos incluso demasiado, como les ha recordado el FMI. El comunicado final insiste en la nota positiva: "la recuperación global ha progresado mejor de lo previsto, gracias en buena parte al esfuerzo concertado y sin precedentes del G-20".
Y sin embargo, el despegue es "desigual" y hay nubarrones como la crisis de Grecia. Aunque no se la nombre en el comunicado, han hablado largo y tendido de ello. Reconocen que les preocupa, admiten que es esencial tomar medidas como el rescate y enfatizan "la necesidad de que las políticas económicas sean consistentes con finanzas públicas saneadas".
La reunión también se ha saldado con propuestas de reforma financiera para los jefes de Estado y de Gobierno que se reunirán en Toronto el próximo mes de junio. El objetivo explícito es acordar a finales de este año reglas internacionales para mejorar los requisitos de capital e impedir el apalancamiento excesivo. Estas reglas se aplicarían paulatinamente hasta el 2012.
La Odisea griega
Grecia ha tenido que pedir a la eurozona y el FMI que se active el plan de rescate. Potencialmente, los 45.000 millones de euros pueden ser la mayor operación de salvamento de un país. Eso sólo el primer año. Como ha precisado la vicepresidenta española, Elena Salgado, el plan de rescate está diseñado para tres años. Y confía en que calme a los inversores.
La descomunal deuda pública, el déficit desbocado y las mentiras contables de Atenas han sido la excusa perfecta para que los mercados le cobraran una prima de riesgo histórica, rondando el 10%. Superior a la de Ucrania y el doble que Rusia, que hace una década estaba en suspensión de pagos. La situación para Atenas era insostenible.
No obstante, los ministros han reiterado una vez más que el caso griego es especial y aislado. Lo ha subrayado nuestra vicepresidenta, Elena Salgado. Y para que no quepan dudas, han expresado su satisfacción por el rescate. "Es lo que los mercados esperaban ansiosamente", ha señalado la ministra de Economía y Finanzas francesa, Christine Lagarde. Su homólogo italiano, Giulio Tremonti, ha sido más creativo: "Cuando ves que la casa del vecino arde hay que aplicar el extintor".
Reequilibrar el crecimiento
El resultado de la crisis griega es que ha materializado el principal riesgo para la estabilidad financiera mundial. El FMI ya ha advertido que la amenaza está ahora en las finanzas públicas de algunos Estados. La desconfianza que generan en los mercados, podría prolongar la sequía de crédito y estrangular la recuperación.
De hecho, casi todos los países desarrollados tienen problemas de déficit o de deuda. Es parte de la factura que ha dejado la crisis financiera, de los cinco billones de dólares utilizados para estimular la economía. De ahí que el G-20 reitere -ya lo dijo en la cumbre de Pittsburgh hace medio año- que es preciso "reequilibrar el modelo de crecimiento".
Eso significa que países con superávits comerciales, como China, deben consumir más y ser más flexibles con sus monedas. No se ponen nombres propios en el documento, pero el secretario del Tesoro norteamericano, Tim Geithner, ha conseguido sumar a otras potencias como Brasil para que Pekín revalúe el yuan.
Pero la ecuación tiene otra parte. Los países con déficits, como EE.UU., deben ahorrar más. En caso contrario, el desequilibrio aumentaría, los agujeros en las cuentas públicas también y el mundo se expondría a una reedición de la crisis financiera. Grecia es el aperitivo de lo que podría pasar.
Reforma financiera para finales de 2010
El tercer punto sobre la mesa del G-20 han sido las reformas financieras para impedir que se repitan los errores que detonaron la crisis. El acicate para avanzar ha sido el proyecto auspiciado por Obama, que se someterá a debate en el Senado la próxima semana.El secretario del Tesoro norteamericano, Tim Geithner, lo ha dejado claro: "vamos a movernos y confío en que el mundo se mueva con nosotros".
Los ministros de Finanzas destacan que el núcleo de las reformas internacionales consiste en "reforzar los requisitos de capital y mitigar la toma excesiva de riesgos". Pero también es importante imponer una tasa a los bancos para nutrir un fondo de rescate.
El problema es que muchas medidas, como nuevos impuestos a los bancos, los límites a los hedge funds o las restricciones al mercado de derivados financieros, necesitan una coordinación global para ser efectivos. Y no hay acuerdo. Por ejemplo, Canadá junto a otros se oponen a los impuestos a la banca sin distingos, mientras que Gran Bretaña y España los defienden.