Obama exhorta a Zapatero a recortar "decididamente" el déficit
- Obama pide a España "acciones decididas" para reforzar su economía
- EE.UU. coopera con Europa para evitar que se extienda la crisis
- Obama se ha interesado por el estado de salud del Rey
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha exhortado al presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, a que recorte decididamente el déficit público. Es la mejor receta para atajar la crisis del euro y evitar que se contagie al resto del mundo.
Según ha señalado el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, los dos dirigentes "han abordado la importancia de que España tome acciones contundentes, dentro del esfuerzo que lleva a cabo Europa, para fortalecer la economía y la confianza de los mercados". Obama le ha expresado el apoyo de EE.UU. a estos esfuerzos.
Zapatero le ha detallado las medidas que presentará este mismo miércoles en el Congreso de los Diputados. A partir de las nueve de la mañana, se podrá ver el efecto que ha surtido la llamada y si el Ejecutivo español irá más allá o más rápido de lo anunciado por la vicepresidenta económica, Elena Salgado: un recorte de 15.000 millones más entre este año y el que viene.
Además, según fuentes de Moncloa, Obama se ha interesado por el estado de salud del Rey, que ha recibido el alta después de ser operado de un nódulo pulmonar benigno, y ha agradecido al Ejecutivo español el trato dispensado al vicepresidente de EE.UU., Joe Biden, que ha visitado nuestro país el pasado fin de semana.
Prevenir el contagio financiero
La llamada de Obama se enmarca en la ronda de contactos que ha mantenido en los últimos días con los líderes europeos. El presidente de EE.UU. ha jugado un papel importante en el paquete de medidas para blindar el euro ante el ataque de los especuladores.
La crisis del euro se ha extendido a los mercados financieros internacionales. La desconfianza de los inversores sobre la sostenibilidad de la deuda de países como Grecia, Portugal, España o Italia, no sólo ha encarecido su financiación sino que ha aumentado las reticencias de los bancos a prestarse dinero entre sí y ha desatado una fuerte volatilidad en los mercados bursátiles.
El FMI advertía en su última reunión de primavera que esa desconfianza puede volver a congelar el mercado de crédito y estrangular la incipiente recuperación económica. De forma similar a la sequía que provocó la crisis financiera hace dos años.
Cooperación estadounidense
Washington no es por tanto ajeno a los problemas del euro. De ahí que el pasado fin de semana, Obama insistiera a la canciller alemana, Angela Merkel, de la necesidad de una acción conjunta, de envergadura suficiente para calmar los mercados. Consiguió convencerla y el resultado ha sido el fondo de rescate de 750.000 millones de euros y la intervención del BCE en el mercado de deuda.
De ahí también que la Reserva Federal haya apoyado la compra de deuda pública y privada que ha llevado a cabo el Banco Central Europeo. Un respaldo que se ha sustanciado en el intercambio de dólares por euros. Una línea de "swaps" que también se puso en marcha después de la caída de Lehman Brothers.
Pero para que las medidas adoptadas sean eficaces y no disparen la inflación, es preciso que los países con más problemas recorten sus números rojos de forma rápida y contundente. Esa fue la exigencia de los miembros de la eurozona que han asumido el riesgo fiscal de los más débiles.