La campana instalada por BP empieza a bombear petróleo a la superficie
- De momento son sólo mil barriles pero aspira a llegar al 90% del vertido
- Obama visita por tercera vez Luisiana
- BP reconoce que ya se ha gastado mil millones de dólares en el desastre
Tras 46 días de vertido, llega la primera buena noticia del Golfo de México. La nueva campana colocada sobre el pozo de petróleo ha comenzado a bombear crudo hacia la superficie.
La petrolera BP y la Guardia Costera de EE.UU. han confirmado que ya se están capturando cerca de mil barriles. Es una pequeña fracción de los 19.000 que expulsa diariamente el pozo, pero la compañía espera alcanzar el 90% del vertido en las próximas 48 horas.
Hito importante para controlar el vertido
Todo dependerá de si funciona el sistema de cerrado de la campana. Esta madrugada, los ingenieros de BP conseguían instalar el dispositivo sobre la válvula de salida del pozo. Se trata de una especie de embudo invertido con cuatro aberturas para impedir que se formen los cristales de hidrocarburos que frustraron el primer intento, hace un mes.
En todo caso, es un avance significativo, o un "hito importante" tal como lo calificó el jueves el presidente de BP, Tony Hayward. También precisó que el sellado de la campana no sería estanco hasta finales de mes. Y sea cual sea el resultado, habrá que esperar hasta el próximo mes de agosto para que entre en funcionamiento una segunda perforación y sea posible taponar definitivamente la fuga.
Obama vuelve a Luisiana
El vertido de crudo en el Golfo de México se ha convertido en la pesadilla de la Casa Blanca. El desastre amenaza con convertirse en la imagen del año para los estadounidenses. Los analistas políticos lo equiparan ya a la crisis de los rehenes con Irán, más que al huracán Katrina. Prima la duración -el secuestro se prolongó 444 días-, y con ella, el desgaste para el Ejecutivo.
Por eso mismo, Obama se ha desplazado este viernes a la zona del Golfo para ver sobre el terreno los efectos de la peor catástrofe medioambiental de la historia del país. Es su tercera visita desde que se hundió la plataforma Deepwater Horizon el pasado 20 de abril. Desde entonces se han vertido entre 100 y 150 millones de litros de crudo.
Además, la Casa Blanca ha anunciado este viernes que el presidente de EE.UU. ha decidido cancelar su viaje a Indonesia y Australia, para centrarse en el vertido de petróleo.
Es la segunda vez que Obama se ve obligado a postergar la cita. La primera se debió a las negociaciones parlamentarias para sacar adelante la reforma sanitaria. La gira por Asia se pospuso entonces para el próximo 13 de junio. Ahora, no se ha fijado fecha.
Millones y desprestigio como factura
La Casa Blanca ya ha pasado a BP una primera factura de 69 millones de dólares por los daños del vertido hasta el momento. La propia compañía ha reconocido en Nueva York que ya se ha gastado mil millones y tiene preparados otros 5.000 millones para hacer frente al vertido. Un aperitivo de los 37.000 millones que le puede costar la broma según Credit Suisse.
Las acciones de la compañía se han desplomado y su valor bursátil ha caído 59.000 millones de dólares desde el 20 de abril. Las agencias de calificación Moody's y Fitch le han rebajado la nota, con perspectiva negativa. Y está en marcha un boicot contra las gasolineras de BP en EE.UU.
Pero el desastre pasa también factura a la administración Obama, que trata de recuperar la iniciativa política y dar la vuelta a un vertido que se prolonga ya 46 días. El Presidente ha triplicado los efectivos para contener la marea negra y ha establecido una moratoria de seis meses para las perforaciones frente a la costa de Alaska y el Golfo de México.
En un plano más activo, intenta aprovechar la catástrofe para impulsar las energías limpias, un proyecto estancado en el Senado. En el frente judicial, el Fiscal General ha abierto una investigación penal para determinar si BP violó las leyes medioambientales.