Enlaces accesibilidad

Las cajas de Granada, Murcia, Penedès y Baleares piden 915 millones al FROB

  • La fusión fría del grupo de Caja Madrid durará al menos 15 años
  • Rato confirma que cerrarán 500 oficinas y habrá prejubilaciones

Por

El Sistema Institucional de Protección (SIP) o fusión fría integrado por las cajas de ahorros de Granada, Murcia, Penedés y Baleares (Sa Nostra) pedirá 915,5 millones de euros al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), una cantidad ya incluída en los cálculos del presidente del FROB y subgobernador del Banco de España, Javier  Aríztegui, que el martes estimó entre 11.000 y 11.500 millones de euros el total solicitado a ese fondo por las cajas en proceso de reestructuración.

Así lo han explicado este miércoles las cuatro entidades en sendos comunicados remitidos a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), donde aseguran que el proceso "está sujeto a la formalización de los acuerdos correspondientes" y a la "aprobación definitiva de los respectivos órganos de gobierno" de las cajas citadas y de las "autoridades administrativas competentes".

El FROB se creó el pasado verano para apoyar las fusiones o inyectar liquidez en las entidades que lo requieran. En principio, el Gobierno lo dotó con 9.000 millones, de ellos, 3.000 millones se emitieron en otoño, antes de que Bruselas autorizara provisionalmente su uso.

Los SIP son un tipo de fusiones, llamadas frías o virtuales, que permiten a las cajas participantes conservar su marca comercial, su obra social y sus consejos de administración por separado, al tiempo que unen en una nueva entidad los activos, los sistemas de medición del riesgo, solvencia y liquidez y parte del beneficio.

El grupo de Caja Madrid durará 15 años

Otra de esas fusiones frías, la que lideran Caja Madrid y Bancaja, y en la que también se incluyen Caja Ávila, Rioja,  Segovia, Caja Insular de Canarias y Caixa Laietana, tendrá una vigencia de al menos 15 años, aunque sus promotores no descartan que la fusión sea total para evitar los costes del "divorcio".

Así lo han explicado este miércoles los presidentes de Caja Madrid y Bancaja, Rodrigo Rato y José Luis Olivas, en un curso de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), donde aparecieron juntos por primera vez después de firmar el martes el protocolo de unión de las siete cajas mediante un Sistema Institucional de Protección (SIP).

En el curso organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE), Rato no ha querido adelantar cuál será la estructura final que adoptará lo que en principio es una fusión fría, aunque sí ha señalado que la separación requeriría de dos años de preaviso y tendría "un coste significativo". Sería "un divorcio muy caro", en palabras de Oliva.

Ambos presidentes han confirmado que, de momento, se ha presentado el plan de viabilidad al Banco de España con vistas a los próximos 15 años y que será el consejo de administración de la nueva entidad el que estudie con "más tiempo" una eventual fusión tradicional.

"No está mal" ser más grande que La Caixa

Para el presidente de Caja Madrid, el conseguir un mayor tamaño ha sido determinante a la hora de realizar esta operación, aunque entiende la decisión de otras cajas de mantenerse en "un nicho de mercado más pequeño". Al respecto, Rato ha asegurado que "no está mal" ser hoy por hoy más grande que La Caixa, aunque señala que tampoco se llevará "ningún disgusto" si vuelven a la segunda posición de la lista.

Por su parte, el presidente de Bancaja ha advertido que el objetivo de la fusión no era "ni echar un pulso ni medirse con nadie" y ha destacado que las relaciones con la caja catalana "son buenas", por lo que no dudarán en colaborar con ella si surgiera la posibilidad.

Ninguno de los dos presidentes ha descartado que se sume otra caja de las nueve que quedan sin anunciar proyectos de fusión, aunque han señalado que, de momento, no están previstas nuevas incorporaciones.

La ayuda se devolverá gracias a las sinergias

Rodrigo Rato también ha explicado que los casi 4.500 millones de euros más intereses que tendrán que devolver al FROB, no supondrán un lastre para la cuenta de resultados de la nueva entidad. Los intereses se cubrirán, según el presidente de Caja Madrid, con los recursos generados por las sinergias fruto de la integración, que supondrán el cierre de unas 500 oficinas y la reducción de la plantilla mediante prejubilaciones, que podría afectar a alrededor de 3.400 personas.

Respecto a los nuevos requerimientos de capital a los que tendrá que hacer frente el sector, ambos han coincidido en que son necesarios nuevos instrumentos que permitan captar recursos a las cajas, después de las cuotas participativas con derechos políticos, según Olivas, "no sean la solución". El presidente de Bancaja ha advertido que "ya no se ve tan lejana" la posibilidad de que las cajas se conviertan en sociedades anónimas de las que la fundación sería el principal accionista y el que realizaría la obra social con el dividendo obtenido.