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Victoria de Suecia, la única heredera del siglo XXI

  • El Parlamento sueco derogó la Ley Sálica en 1980 para que pudiera reinar
  • Sus trastornos de salud siempre han estado en el punto de mira
  • Tardó siete años convencer a su padre de su compromiso con Westling

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Nació un 14 de julio de 1977 cuando en el palacio de Estocolmo todos esperaban un varón, y este hecho, junto a los diagnósticos médicos que aseguraban que su madre, la reina Silvia, ya no podría tener más hijos la convirtieron en la heredera al trono de Suecia.

Tras votar el gobierno la abolición de la ley que no permitía a una mujer reinar, la Reina volvió a quedarse embarazada dos años después del nacimiento de Victoria, y dio a luz al príncipe Carlos Felipe, lo que a punto estuvo de trastocar el nuevo orden sucesorio porque el Rey Carlos Gustavo prefería que el heredero fuera un varón. Sin embargo, el Parlamento sueco se negó a reconsiderar la decisión del soberano, y derogó el 1 de enero de 1980 la Ley Sálica, garantizando así el reinado de la primogénita. 

Educada para ser reina

"Cálida y honesta" son los adjetivos que según, Herman Lindqvist, biógrafo de la princesa y prestigioso historiador, mejor definen a Victoria. Sin embargo, es su profesionalidad, la característica que la prensa internacional destaca para reivindicar a una mujer obligada a competir contra la belleza deslumbrante de su hermana menor, la princesa Magdalena.

Responsable, tenaz, sobria. Desde el inicio de sus estudios en un colegio público sueco, toda su educación ha estado orientada a convertirla en una buena reina.

Tras finalizar la escuela primaria, continuó su formación en la Université Catholilque de l'Ouest de Angers en Francia, al que le siguió un programa especial de trabajo en el Parlamento Sueco.

Además de licenciarse en Historia y Ciencias Políticas, realizó un máster en la Universidad Yale en EE.UU. y completó su formación con prácticas diplomáticas en Naciones Unidas y otras instituciones suecas.

"Una princesa nunca termina de formarse",  ha repetido Victoria en varias ocasiones, por ello se atrevió, incluso, a convertirse en una auténtica recluta durante tres semanas de preparación militar en el cuartel de Swedint.

Problemas de salud

Sin embargo y a pesar de esta ejemplar carrera académica, ha sido su vida personal la que ha ocupado más espacio en las tertulias y en el papel 'couché'.

Primero reconoció su anorexia,  más tarde que sufría dislexia y hace un par de años que padecía prosopagnosia,  un extraño trastorno que le impide identificar los rostros de la gente y que, al parecer, sufre en diferentes grados hasta un 2% de la población mundial.

Una apariencia de mujer frágil que nada tiene que ver con la fortaleza moral y de ánimo que la llevó a luchar durante más de siete años para obtener el preceptivo permiso paterno para casarse con el hombre al que amaba, Daniel Westling, un joven plebeyo y su profesor de gimnasia.

Sin embargo, consciente de sus responsabilidades, tranquilizó a la opinión pública afirmando en 2005: "renunciaré al amor antes que al trono".

Pero no ha tenido que elegir. Su familia y la corte sueca dieron el visto bueno y Victoria de Suecia y Daniel Westling se darán el 'si quiero' el 19 de junio en una Estocolmo engalanada para la ocasión.