Rusia y EE.UU. completan el mayor canje de espías desde la Guerra Fría
- Los 10 supuestos espías rusos ya están en Moscú tras declararse culpables
- Los ciudadanos rusos entregados por Moscú también han llegado a Washington
El avión en el que, al parecer, se encuentra un número indeterminado de ciudadanos rusos entregados por Moscú en el intercambio de espías con EEUU ha aterrizado este sábado en el aeropuerto Dulles International de Washington, según informa la agencia EFE.
El avión de la línea aérea "Vision Airlines" despegó de Viena y repostó en una base militar británica de Brize Norton, en Oxford, al centro de Inglaterra, antes de tocar tierra en Washington.
Una caravana de vehículos todo terreno esperaba a pie de pista la llegada del aparato, pintado en colores blanco y marrón.
Hasta el momento se desconoce cuántos de los cuatro ciudadanos entregados por Moscú, que les acusa de espiar para Occidente, se encuentran en el interior del avión.
Por otra parte, los diez espías detenidos en EE.UU. acusados de espiar para Rusia están ya en Moscú tras haber abandonado el territorio americano en un avión que salió de Nueva York rumbo a Viena, donde se ha producido su canje por cuatro personas acusadas de espíar para EE.UU. en Rusia.
El Yak-42 ruso que les lleva de vuelta a casa les esperaba en la ciudad centroeuropea, escenario de multitud de operaciones de espionaje de la CIA y la KGB durante la Guerra Fría.
El avión, perteneciente al Ministerio de Situaciones de Emergencia de Rusia, aterrizó en el aeropuerto Domodédovo de la capital rusa a las 17.50 hora local (15.50 hora española), informaron fuentes citadas por la agencia Interfax.
Las imágenes televisadas han mostrado cómo los dos aviones se encontraban aparcados en paralelo y con las escalerillas dirigidas al edificio principal de tal forma que se impedía cualquier imagen del intercambio, que se ha producido en el intervalo de poco más de un hora y media.
Los arrestados a finales de junio en varios puntos del país han aceptado este jueves un acuerdo con la Fiscalía de EE.UU. por el que se declaraban culpables de los cargos impuestos y aceptaban ser deportados a Rusia, un movimiento que recordó a la época de enfrentamiento entre las dos potencias.
“A nadie le debería sorprender que aún queden en pie algunos vestigios del pasado“
El gobierno de Estados Unidos ha confirmado el intercambio en un comunicado emitido poco después de que el avión que transportaba a los 10 espías llegara a Moscú, procedente de Austria.
"Estados Unidos ha transferido con éxito a 10 agentes rusos a la Federación Rusa y la Federación Rusa ha liberado a cuatro personas que estaban encarceladas en Rusia", ha detallado Dean Boyd, portavoz de la Oficina de Seguridad Nacional del departamento de Justicia.
"A nadie le debería sorprender que aún queden en pie algunos vestigios del pasado y que Rusia tenga activo su servicio de inteligencia", ha añadido tras el anuncio del canje de espías un alto funcionario del Gobierno de EE.UU., que aseguró que ese desenlace muestra "el buen funcionamiento del contraespionaje estadounidense".
'Aviso a navegantes'
La misma fuente de la Administración Obama ha señalado además que la declaración de culpabilidad de los detenidos es "un gran logro en términos de seguridad nacional" y ha calificado como "casualidad" el hecho de que la operación se desarrollara solo unas horas después de la visita del presidente ruso Dimitri Medvevev a EE.UU.
"Hemos demostrado la fortaleza de nuestro servicio de inteligencia y eso debería funcionar para el futuro como un aviso a cualquier otro Gobierno que quiera llevar a cabo una operación similar (a la de los agentes rusos)", ha añadido la fuente.
Sin embargo, aunque esta última trama de espías haya recordado a los estadounidenses al guión de una película o a una novela de John LeCarré, en las que personas aparentemente normales viven durante años en EE.UU. con identidades falsas, lo que difiere esta situación de las del pasado es el grado de cooperación entre ambas naciones.
La manera en que ambos Gobiernos han manejado el caso demuestra "el progreso en las relaciones entre EE.UU. y Rusia", según otra fuente gubernamental, que ha destacado "la rapidez" con la que se movió Moscú para divulgar la identidad de los detenidos, pese a que el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, asegurara en un principio que las alegaciones carecían de fundamento.
A diferencia de otros tiempos, destaca además que, al parecer, los detenidos no tenían acceso a secretos nacionales y ni siquiera fueron acusados de espionaje, sino tan sólo de conspiración para operar como agente extranjero en EE.UU. sin informar al Departamento de Justicia, así como de blanqueo de capitales.
El caso de la periodista peruana
Se trata del fin de la historia para los diez detenidos hace cerca de dos semanas, entre quienes están la peruana Vicky Peláez, columnista del diario neoyorquino en español El Diario/La Prensa, y su marido, conocido hasta ahora como "Juan Lázaro" y quien reconoció ser en realidad el espía Mikhail Anatonoljevich Vasenkov.
Los otros espías son la rusa Anna Chapman, de 28 años, el matrimonio de Vladimir y Lydia Guryev ("Richard y Cynthia Murphy"), Mikhail Kutsik ("Michael Zottoli") y Natalia Pereverzeva ("Patricia Mills"), Andrey Bezrukov ("Donald Howard Heathfield") y Elena Vavilova ("Tracey Lee Ann Foley").
Todos ellos serán ahora deportados a Rusia, incluso Peláez, la única de los acusados que no ha nacido en Rusia, que no ha utilizado una identidad falsa, que carecía de un entrenamiento elevado y la única también a la que un juez había impuesto una fianza para salir en libertad, finalmente apelada.
“Vicky es la que más ha perdido porque será expulsada a Rusia, donde no tiene relaciones“
"Vicky es la que más ha perdido de todos los acusados siendo la que ha hecho menos, ya que será expulsada a Rusia, un lugar donde no tiene ningún tipo de conexiones", dijo a la salida de la corte federal de Manhattan uno de sus abogados, John Rodríguez.
Pese a su expulsión de EE.UU, la periodista ha alcanzado un acuerdo con las autoridades rusas, que le ofrecerán vivienda gratuita en ese país, visados para sus hijos y viajes a gastos pagados para ellos, y una pensión de 2.000 dólares de por vida para ella, informa Efe.
El científico ruso Sutiaguin
Un undécimo acusado, Chris Metsos, de 54 años y que utilizaba un pasaporte canadiense, está en paradero desconocido después de haber sido detenido en Chipre y puesto en libertad bajo fianza.
Entrada la madrugada de este viernes, el Kremlin ha confirmado que el presidente Medvedev ha amnistiado a cuatro presos acusados de espionaje, entre los cuales figura el científico ruso Igor Sutiaguin.
Este reo, declarado preso de conciencia por Amnistía Internacional, fue encarcelado en 1999 acusado de espiar en favor del Reino Unido y Estados Unidos. Su nombre había circulado en más de una cumbre ruso-norteamericana y este jueves ya había sido trasladado a Austria para proceder al canje, según avanzó un activista de los derechos humanos.
No obstante, la madre de Sutiaguin ha declarado que su hijo "ve el canje como una expulsión del país" y ha añadido que "tuvo que firmar la confesión porque no tenía ninguna otra opción".
Los otros tres liberados son Alexandre Zaporojski, Guennadi Vassilenko y Serguei Skrypan. Según la agencia Efe, algunos de estos elegidos tienen graves problemas de salud.