Corbacho regresa a Cataluña tras sufrir el azote del paro
- Montilla ficha a Corbacho como número tres para las elecciones catalanas
- Este pacense estuvo al frente de la alcaldía de Hospitalet durante 17 años
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Desde que la crisis azotara España a mediados de 2008, las cifras del paro han sufrido el deterioro más acusado en décadas: en apenas dos años y medio, hay dos millones más de parados, muy por encima de los cuatro millones de personas, y la tasa de desempleo se ha duplicado, de estar por debajo del 10% a superar ahora el 20%.
Mes tras mes, la cara visible de esos número ha sido el ya ex ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, que llegó al cargo avalado por su gestión de la inmigración al frente del ayuntamiento de Hospitalet de Llobregat, en Barcelona, pero ha tenido que volcar su gestión en la otra pata del departamento, la referida al empleo.
Así, cuando entró a formar parte del Gobierno, en las listas del paro había apuntadas más de 2.300.000 personas, mientras que en septiembre se registraron en busca de un trabajo 4.017.763 personas, casi 50.000 más que un mes antes.
La cruz del paro
El desempleo ha superado los cuatro millones de desempleados en varias ocasiones, la última, según la Encuesta de Población Activa, que arroja más de 4,5 millones de parados, aunque Corbacho afirmó que el paro no superaría esa barrera "de ninguna manera".
La última polémica con los parados se ha suscitado por la intención de eliminar los 100 días de gracia que tiene una persona que cobra la prestación por desempleo antes de inscribirse en un curso de formación sin perder el subsidio. Al final, ese margen temporal se va a reducir a 30 días.
El ministro ha dado una de cal y otra de arena, porque rechaza reducir la cuantía y la duración de las prestaciones por desempleo mientras dure la crisis pero abre la puerta a reducir los subsidios en el futuro. En julio, el subsidio de paro supuso para la Seguridad Social un desembolso de 2.584 millones de euros.
El viacrucis de la reforma laboral
Entre los asuntos que tiene sobre la mesa, antes de bregar en la campaña de las elecciones catalanas, está la reforma laboral, que salió adelante por decreto tras un largo e infructuoso diálogo con los agentes sociales. Entre las perlas del ministro sobre este proceso está su declaración de que la reforma laboral "no es la Virgen de Lourdes".
Corbacho además tuvo que sufrir el verse relegado de las negociaciones del Palacio de Zurbano, en las que el Gobierno intentó pactar una salida de la crisis con los grupos parlamentarios. No formó parte de la terna ministerial en la que si estaba la vicepresidenta económica y los ministros de Industria y Fomento.
Ese fue un síntoma de que el ministro de Trabajo perdía peso en el Gobierno y ahora, antes de que Zapatero le muestre la puerta de salida, Corbacho se agarra como un clavo ardiendo a la mano que le tiende Montilla y vuelve a la política catalana, aunque el balance de su hoja de servicios muestra demasiadas cifras en negativo.
Regreso a Cataluña
Celestino Corbacho es titular del Ministerio de Trabajo e Inmigración desde el 14 de abril de 2008, después de la victoria de PSOE en las elecciones generales, pero el grueso de su carrera política se ha desarrollado en Cataluña, donde ahora vuelve reclamado por Montilla. Nacido en la localidad pacense de Valverde de Leganés en 1949, ha sido alcalde de Hospitalet de Llobregat durante 14 años hasta ser nombrado responsable de la cartera de Trabajo.
En su candidatura a dirigir la segunda ciudad de Cataluña y principal feudo del 'cinturón rojo' barcelonés, una de las grandes fuentes de votos tanto del PSC como del PSOE, Corbacho afirmaba: "Soy el menor de seis hermanos, cuatro chicos y dos chicas. Mis padres se llamaban Celestino y María. Mi padre trabajaba en el campo y mi madre llevaba la casa". Como muchos extremeños decidió emigrar a Cataluña y cuando tenía 13 años pidió permiso a su padre "para dejar el pueblo y reunirse con dos de sus hermanos en Barcelona".
En la actualidad, es miembro del Comité Federal del PSOE y es miembro nato de la Ejecutiva del PSC como ministro de Trabajo. De 1992 a 1999, Corbacho ya fue diputado del Parlament, y también ha sido presidente de la Diputación de Barcelona y de la Federación de Municipios de Cataluña (FMC).
Celestino Corbacho está casado con Carmen Mosquera desde el 3 de agosto de 1973 y antes de dedicarse a la política era profesional del comercio. Sus amigos dicen que disfruta de la jardinería y los ratos al aire libre.