Moratinos anuncia que Marruecos y el Polisario retomarán las negociaciones el 4 de octubre
- Moratinos dice que España "impulsa" este proceso de negociación
- La oposición pide al Gobierno una postura más rotunda sobre el Sáhara
- El Gobierno mejorará las condiciones de los pasos fronterizos de Ceuta y Melilla
- La celebración de la cumbre de Barcelona en noviembre "no está asegurada"
Marruecos y el Frente Polisario iniciarán una nueva ronda de conversaciones directas el próximo lunes 4 de octubre en torno al contencioso del Sáhara Occidental.
Así lo ha revelado este jueves el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Miguel Angel Moratinos, durante su comparecencia en la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso.
Allí, Moratinos también ha asegurado que España "impulsa" este proceso de negociación auspiciado por la ONU (y que no se han retomado desde febrero) y ha subrayado la necesidad de que Marruecos y Argelia mejoren sus relaciones bilaterales por el bien y la estabilidad de la zona.
También se ha referido al problema de los derechos humanos del pueblo saharaui y de los activistas y ha afirmado que se está "mejorando" para que los éstos puedan trabajar sin problemas. De hecho, ha señalado Moratinos, cada vez son más los que entran y salen del Sahara y se desplazan a otros países con "plena libertad".
Al mismo tiempo ha insistido en que los programas de reunificación familiar los debe también ejecutar el Frente Polisario y no sólo exigirle a Marruecos que los cumpla.
Críticas de la oposición
ERC, que, a través de su portavoz en la comisión, Joan Tardà, ha pedido al ministro que el Gobierno adopte una postura "más rotunda" ante Marruecos en lo que respecta a la violación de los derechos humanos del pueblo saharaui.
El diputado de IU Gaspar Llamazares ha apelado a afrontar "con decisión" la cuestión del Sahara, aunque se ha mostrado partidario de mantener buenas relaciones "vecinales" sin ignorar los contenciosos o mirar hacia otro lado "en las zonas calientes".
Gustavo de Arístegui, por parte del PP, ha hecho hincapié en que Marruecos es una "prioridad estratégica" para cualquier gobierno "sensato" y la relación tiene que sostenerse en el respeto, la claridad y la "firme defensa" de los intereses españoles.
Por eso ha reclamado al ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, que haga diplomacia "de seguridad" y no una política partidista que pueda agravar los problemas con el reino alauí.
Ceuta y Melilla
El jefe de la diplomacia española se ha referido a los "incidentes" vividos entre España y Marruecos este verano en la frontera de Melilla que, a día de hoy, ha dicho, están "solventados" gracias al "franco diálogo" establecido entre los dos países.
En este sentido, Moratinos ha asegurado que el Gobierno trabajará para mejorar las condiciones de "seguridad" y "dignidad" en los pasos fronterizos de Ceuta y Melilla porque cree que estas fronteras tendrían que ser "más adecuadas" a lo que es una relación de vecindad con Marruecos.
El ministro de Exteriores ha lamentado las críticas que el ex presidente del Gobierno, José María Aznar, y el dirigente del PP, Esteban González Pons, lanzaron en agosto contra el Ejecutivo.
"Sólo añadieron tensión y alarma" ha dicho el titular de Exteriores, mientras que ha valorado el comportamiento del líder popular, Mariano Rajoy, cuyas declaraciones al respecto fueron, a su juicio, "correctas y equilibradas".
Sobre este asunto, Gustavo de Arístegui (PP) ha señalado que el acto de bloqueo de una frontera, en alusión a los problemas ocurridos en Melilla en verano, es una acción "ilegal" y no le parece "aceptable" que se insulte a la Policía.
Embajadores de España y Marruecos
Moratinos ha confirmado que Marruecos ha dado el plácet al candidato que España propuso como nuevo embajador en Rabat, el diplomático Alberto Navarro, actual responsable de la legación en Lisboa.
Navarro, de 55 años, sustituirá en el cargo a Luis Planas, quien lleva en el cargo desde mayo de 2004. Moratinos ha destacado la "celeridad" con la que Marruecos ha concedido el plácet a Navarro.
El Gobierno español también ha dado su visto bueno al nuevo embajador de Marruecos, el saharaui Ahmedu Uld Suilem, el pasado mes de abril, aunque el rey Mohamed VI aún no ha hecho oficial el nombramiento.
El Frente Polisario ha expresado su malestar por que el Gobierno haya aceptado a Ahmedu Uld Suilem, que abandonó la organización saharaui el pasado año después de tres décadas para inclinarse por las tesis marroquíes en favor de la autonomía de la ex colonia española.
A este respecto, Joan Tardá (ERC) ha calificado a Suilem como un "'botifler'" (vocablo catalán que en castellano significa colaboracionista) y de quien ha dicho que le "parece incluso un insulto" a las complejidades de la historia.
Y se ha preguntado si al ministro no le costaría "tragar saliva" cuando le presente sus credenciales diplomáticas. "A mí sí", ha recalcado.
La cumbre de Barcelona, en peligro
La celebración de la segunda cumbre de la Unión por el Mediterráneo (UpM) -la asociación de la UE con sus vecinos de la ribera sur- prevista para noviembre en Barcelona no está asegurada, ha admitido Moratinos.
El ministro ha subrayado que se está trabajando para que la cita "sea un éxito", pero ha reconocido que su celebración dependerá del "ambiente político" que atraviesen las negociaciones directas entre palestinos e israelíes, "que están viviendo un momento muy sensible".
"Si hay una ruptura en las negociaciones y por lo tanto una falta de atmósfera positiva no sabemos si se podrá celebrar", ha reconocido el ministro.