Liu Xiaobo, el premio Nobel que enfureció a China
- El nuevo premio Nobel se ha enfrentado a cara descubierta a Pekín
- Está encarcelado por pedir la democracia en un manifiesto en 2008
- Su incomunicación impide que se entere del premio
Mientras el mundo celebra su premio Nobel y clama por su libertad, Liu Xiaobo, de 54 años, está pasando un día más incomunicado en una cárcel china sin intuir ni siquiera que ha sido galardonado.
"Liu no sabe nada del premio. Ahora mismo ninguna persona puede contactar con Liu Xiaobo. Tendrá que esperar a la visita mensual que recibe de su esposa, Liu Xia, con la que tampoco he podido comunicar de momento", ha señalado el abogado Mo.
El teléfono de la poetisa Liu Xia, que vive bajo vigilancia domiciliaria desde la detención de su marido en 2008, comunica desde que a las 17.00 hora local, se supo que Liu Xiaobo ha recibido el premio Nobel, y hasta el momento ni amigos ni abogados han logrado contactar con ella.
En la misma línea, el jurado de los Nobel ha confirmado que no ha podido comunicar ni al galardonado ni a su esposa su premio. También desconoce quién acudirá a recoger el premio el próximo 10 de diciembre, ya que ni el activista ni su esposa parece que puedan salir de China.
Bestia negra
Y es que Liu Xiaobo, de 54 años, es una de las 'bestias negras' del Gobierno chino, al que ha fustigado por sus recortes a la libertad de expresión y la ausencia de unas elecciones democráticas desde su prestigio intelectual y el liderazgo de la disidencia.
Su compromiso abarca varias décadas, marcadas por largos períodos de detención. En las fotos tomadas durante sus episodios de la libertad - siempre supervisada- aparece bastante delgado, con gafas de montura metálica y una frente amplia con el pelo corto.
En 1989, de regreso de los EE.UU., donde había trabajado como profesor en la Universidad de Columbia en Nueva York, empieza a impartir clases en la Universidad de Pekín, crítica de los valores tradicionales chinos de defender la obediencia a la autoridad, y participa en el movimiento democrático la Plaza de Tiananmen, lanzado por los estudiantes.
Entonces, ante el endurecimiento del régimen, comenzó una huelga de hambre en la famosa explanada de Pekín con el cantante Hou Dejian y dos otros intelectuales, Duo y Zhou Xin Gao.
"Preferimos tener diez demonios que se controlen mutuamente unos a otros en lugar de un ángel con el poder absoluto", escribió en una declaración pública, también critica con la forma en que algunos estudiantes que han olvidado los ideales democráticos en su lucha.
En la noche del 3 al 4 de junio de 1989, cuando el ejército avanzó a despejar el lugar, trató de mediar para una evacuación pacífica.
Detenido tras la represión del movimiento, el opositor pasará un año y medio en prisión sin haber sido nunca condenado.
Al salir se encuentra de nuevo en problemas con el régimen y fue enviado a un campo de reeducación "a través del trabajo" entre 1996 y 1999 por pedir reformas políticas y liberar a todos los que seguían encarcelados por haber participado en el movimiento de junio de 1989.
Firme pese a la 'reeducación'
Expulsado de la universidad, se convierte en un líder del Centro Independiente de Literatura de China, un grupo de escritores y mantiene un estrecho contacto con el mundo intelectual.
Así, aunque sus libros no se pueden publicar en China, tienen amplia difusión en Hong Kong, incluyendo El paraíso noble del poder, el infierno para los humildes.
Sin embargo, su mayor enfrentamiento con las autoridades y el que le mantiene en la cárcel es la creación de la llamada Carta de 2008, publicada para conmemorar el 60 aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos.
Este texto pide que se respeten los derechos humanos y la libertad de expresión y la introducción de elecciones para un "libre, democrática y constitucional".
Su participación en esa carta hizo que le condenase en la Navidad de 2009 a once años de cárcel por "subvertir el poder del Estado", una sentencia que sería confirmada posteriormente en apelación.
Esperanza en el futuro
Pese a todo, en una entrevista publicada el año pasado, explicaba que aún conservaba la esperanza.
"Será un avance muy lento, pero las exigencias de la libertad -no solo de la gente común, sino también los miembros del partido - no será fácil de contener", defendía.
Según Liu Xiaobo, que no niega el progreso en la sociedad china desde 1989, el Partido Comunista se verán obligado a abrirse más y más bajo la presión de la población, cansada de las mentiras oficiales.
Más de 120 académicos, escritores y abogados, en su mayoría chinos, pusieron en marcha una iniciativa Internet para el Premio Nobel es otorgado a él.
La petición se realizó después de un llamamiento en este sentido del el ex presidente checo Vaclav Havel y otros dirigentes de la "Revolución de Terciopelo" de 1989.
De hecho, la Carta de 2008 se inspiró en la Carta 77, el manifiesto firmado en 1977 por unos 240 intelectuales, entre ellos Havel, por la democratización de la Checoslovaquia comunista.
Otra cosa muy diferente es que esta iniciativa tenga efecto en Cnia. El Gobierno asiático ya ha declarado que Liu contraviene los principios del premio Nobel y ha calificado de "obscena" cualquier petición de liberarle.