Lula moviliza a los tres Ejércitos en la guerra contra los narcos en las favelas de Río
- La policía recibe el refuerzo de 800 soldados, dos helicópteros y varios tanques
- En los seis días de enfrentamientos han muerto 35 personas
Los operativos de la policía contra los narcotraficantes que vienen sembrando el pánico en Río de Janeiro y que han dejado 35 muertos han sido reforzados con 800 soldados del Ejército, dos helicópteros de la Fuerza Aérea y otros tanques blindados, según han informado fuentes oficiales.
El refuerzo adicional de las Fuerzas Armadas a los operativos de la policía contra los grupos de narcotraficantes que actúan en la segunda mayor ciudad del país fue autorizado anoche por el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, según un comunicado del Ministerio de Defensa.
Los militares también cederán equipos de comunicaciones, material de logística y equipos especiales como anteojos con visión nocturna.
La policía ya había contado el jueves con el inédito refuerzo de seis tanquetas blindadas de la Marina de Guerra que le permitieron ocupar con éxito y sin muertos la favela Vila Cruzeiro, que era considerada hasta ayer como la más peligrosa de Río de Janeiro por el número de pistoleros que estaba concentrado en la misma.
Río amanece en calma
Los blindados le permitieron a los miembros del Batallón de Operaciones Especiales (BOPE) de la policía superar las barricadas que los narcotraficantes habían montado en los accesos de la favela y expulsar a decenas de pistoleros, que huyeron hacia barriadas vecinas.
Las imágenes de la huida desesperada de los narcotraficantes han sido repetidas numerosas veces por todas las redes de televisión del país y consideradas como el resultado de una de las operaciones más exitosas de Río de Janeiro contra el narcotráfico.
Vila Cruzeiro, que durante muchos años fue un fortín de bandas de pistoleros y era inaccesible para la policía, ha amanecido este viernes en completa tranquilidad luego de que un centenar de uniformados pasara la noche en la barriada.
La ofensiva de la policía contra los narcotraficantes fue una respuesta a los ataques criminales lanzados por pistoleros desde el pasado sábado y que han dejado hasta ahora 60 vehículos incendiados, entre los cuales numerosos autobuses.
Los peligros de la sede de los Juegos Olímpicos
En la mayoría de dichos ataques los pistoleros bloquean importantes vías de la ciudad, asaltan a los conductores de los vehículos y, tras ordenar que los pasajeros abandonen los automotores, les prenden fuego en medio de la calle.
Las autoridades de Río de Janeiro, ciudad que será una de las subsedes del Mundial de Fútbol de 2014 y la sede de los Juegos Olímpicos de 2016, han atribuido tales ataques a una represalia de los grupos criminales que fueron expulsados por la policía de importantes favelas en las que controlaban el tráfico de drogas.
Según la secretaría de Seguridad Pública de Río de Janeiro, estos narcotraficantes expulsados, que integran el llamado Comando Vermelho (Comando Rojo), la principal organización criminal de Río de Janeiro, se habían concentrado en Vila Cruzeiro y en las favelas del Complejo del Alemán, un conjunto de barrios pobres en la zona norte de la ciudad.
Cinco nuevos ataques
Los pistoleros que huyeron el jueves de Vila Cruzeiro atravesaron un cerro para buscar refugio precisamente en las barriadas del Complejo del Alemán, aún controladas por el Comando Vermelho.
Pese a que la policía ha redoblado su presencia en las calles y ha realizado operativos en cerca de 30 favelas en las que actúan bandas de pistoleros, los ataques criminales han proseguido en diferentes locales de la ciudad pero con menor intensidad.
En la madrugada de este viernes se registraron cinco nuevos ataques que dejaron un autobús y cuatro vehículos incendiados en Mesquista y Sao Gonzalo, ambos municipios del área metropolitana; en la autopista Presidente Dutra, que comunica a Río de Janeiro con Sao Paulo; y en el barrio de Ipanema, uno de los principales polos turísticos de la ciudad.
La policía ha informado de que un sospechoso resultó muerto cuando intentaba quemar un vehículo en un local próximo a un centro comercial en el barrio de Madureira y dos menores fueron detenidos con líquidos inflamables tras el ataque de Ipanema.