La playlist de The Doors
- The Doors causaron una gran influencia en la música posterior
- Analizamos temas como "People are strange" y "Riders on the storm"
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No se podría hablar de la música norteamericana en los años 60 sin señalar a The Doors. Su importancia comercial es indiscutible, fueron junto con los Beach Boys las dos bandas estadounidenses de mayor éxito en aquella década. Pero más relevante debería ser su papel como influencia, The Doors fueron el gran detonador de mucho de lo que estaba por llegar.
Si hay un padrino del punk en la costa oeste californiana su nombre es Jim Morrison. Junto a The Seeds, Standells, Love o Music Machine, los Doors se crearon bajo un claro concepto contracultural. Nacieron en el torbellino del blues y la psicodelia, e hicieron de la controversia y la sublevación sus armas más poderosas. Morrison fue el primer gran cantante de rock que usó y abusó de su público, que se enfrentó a él, que lo mandó a la mierda.
Gracias a The Doors las grandes discográficas aceptaron que un cantante rebelde podía triunfar en las listas, pero Morrison nunca se dejó manejar: no aceptaba consejos, no daba explicaciones. El sonido y las letras de sus canciones hablan por sí solas, son un reflejo de su atracción por los excesos, de su universo emocional, de ese tren al fin de la noche del que nunca quiso apearse.
- "End of the night" (The Doors, 1967): La cara B de su clásico "Break on thorugh". El descenso al abismo, la oscuridad sobre la luz. Una atmósfera misteriosa en la que Morrison nos habla de ese viaje personal para encontrarse con sus propios demonios, un destino inalcanzable para el resto, nadie más está invitado.
- "People are strange" (Strange days, 1967): Empapada en influencias del cabaret europeo, con esta canción se salieron completamente del sonido habitual de sus primeros discos. Un Morrison depresivo escribió esta letra en la que todos podemos llegar a vernos reflejados. La máxima sencillez se convirtió en una de sus canciones más adictivas.
- "Not to touch the Earth" (Waiting for the sun, 1968): Algunos de los textos más atormentados de Morrison aparecen en el poemario la Celebración del Rey Lagarto, de donde se extrae esta canción. The Doors siempre reivindicaron el blues como su máxima influencia, pero la psicodelia Angelina estaba al otro lado de la balanza. Este es un mal viaje de LSD, una pesadilla de realidad deformada que te acosa y de la que quieres escapar. El rey lagarto puede hacerlo todo.
- "Summer’s almost gone" (Waiting for the sun, 1968): La interpretación que los Doors hicieron del océano rompía con lo establecido unos años antes. Ahí no había olas ni diversión, en las letras de Morrison el mar era misterioso y oscuro. Esquema de blues y steel guitar para una canción poco habitual en sus compilaciones, aunque insuperable para dar un paseo por la orilla.
- "Riders on the storm" (L.A. Woman, 1971): La última canción de su último disco, la última que grabó Morrison (fallecería unas semanas más tarde). Una jam session en la que estaban jugueteando con el "Ghost riders in the sky" de Stan Jones se transforma en otro de sus pasajes largos más laureados. Los dos últimos álbumes de The Doors fueron sus trabajos más bluseros y directos, esta canción nos devolvía a sus atmósferas más oscuras e inquietantes.