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Las familias de los muertos en Irak increpan a Blair: "Es demasiado tarde" para lamentaciones

  • El primer ministro británico revela el contenido de una nota secreta
  • En ella le da su apoyo para "manejar esto"
  • Admite que desoyó a su fiscal general cuando dijo que era ilegal

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Segunda comparecencia de Blair sobre la Guerra de Irak

El ex primer ministro británico, Tony Blair, ha vuelto a defender ante la comisión de investigación de la guerra de Irak que no se arrepiente de la invasión aunque, por primera vez, ha querido matizar que sí lamenta "profundamente" las muertes de 179 soldados británicos y cientos de miles de iraquíes en el conflicto.

Y esta declaración ha sido la única que ha roto el silencio de las familias de los militares muertos presentes en la sala, que le han recriminado que era "demasiado tarde" para lamentaciones.

Blair ha asegurado que su rechazo a expresar remordimiento por las decisiones que condujeron a la guerra en su primera comparecencia en enero del año pasado ha sido malinterpretada.

Pero el punto fuerte de la jornada ha sido que por fin el 'expremier' ha hecho público parte del contenido de las cartas con las que George W. Bush y él sellaron su pacto para derrocar a Sadam Hussein.

"Puedes contar con nosotros"

"Puedes contar con nosotros, vamos a estar contigo para manejar esto, aunque aquí están las dificultades". Éstas son las palabras textuales que Tony Blair le dijo al entonces presidente de EE.UU., George W. Bush, en julio de 2002 y que acabaron con la Guerra de Irak en marzo de 2003-

Presionado por el presidente de la comisión, sir John Chilcott, Blair ha hecho público el contenido de la nota que le envío a Bush en verano de 2002 y que su secretario de gabiente bloqueó al considerar que podía violar la confidencialidad diplomática,

"No voy a esconderme detrás del secretario del gabinete", ha asegurado Blair, que ha detallado que el mensaje que quería comunicar era que "cualquiera que fuese la temperatura política si creo que esto es lo correcto, voy a estar contigo y no me voy a volver a atrás si las cosas se ponen feas".

Aunque Blair ha matizado que eso no supone dar un apoyo incondicional a Bush para la guerra, estas declaraciones refuerza la teoría de los críticos de la Guerra de Irak, que sostienen que ambos mandatarios decidieron en 2002 ir a la guerra más allá de su legalidad o el acuerdo de la ONU.

"Acepto totalmente que íbamos a estar con Estados Unidos en el manejo de esto", ha asegurado ante la comisión sobre sus conversaciones con Bush.

Polémica con el fiscal general

Además, el exprimer ministro británico ha reconocido que no tuvo en cuenta la advertencia del fiscal general en aquel momento, Lord Goldsmith, de que una intervención militar sería ilegal aunque ha asegurado que lo hizo porque pensaba que esa opinión era "provisional".

Este asunto es el que centra la intervención de Blair debido a que la comisión apreció contradicciones entre lo que dijo en su primera intervención y en la declaración posterior de Goldsmith.

En ella, el ex fiscal general subrayó que se sentía "incómodo" por las declaraciones realizadas por Blair antes del conflicto bélico, en 2003.

El 14 de enero del 2003, y de nuevo el 30 de enero, el entonces fiscal general del Estado advirtió al jefe del Gobierno británico que la resolución 1441 de la ONU no era suficiente para justificar el uso de la fuerza contra Irak (aunque el 7 de marzo sorprendentemente cambió de opinión).

Blair ha argumentado que en aquel momento "aún no había pedido formalmente asesoramiento legal, ni él (el fiscal) había llegado al punto de darlo".

"Por eso me aferraba a mi posición de que no hacía falta una segunda resolución", afirma en su escrito.

"No entiendo esto"

"Creía -añade- que, una vez conociera el historial de negociaciones británico pero sobre todo estadounidense, concluiría que la 1441 significaba precisamente lo que decía: que Sadam (Husein) tenía una última oportunidad para cumplir y que, si no lo hacía, estaría infringiendo las condiciones, lo que a su vez revivía anteriores resoluciones que autorizaban la fuerza".

En el margen del memorando del 30 de enero, en el que Goldsmith repetía su argumento de que la 1441 no autorizaba por sí misma la fuerza, Blair escribió de puño y letra: "simplemente no entiendo esto".

Sobre este comentario, ha precisado en su testimonio que "no entendía cómo (el fiscal) podía llegar a la conclusión de que se requería otra decisión cuando ya habíamos rechazado ese tipo de lenguaje en la 1441".

El pasado martes Goldsmith dijo ante la misma comisión que el ex primer ministro laborista le excluyó de deliberaciones importantes sobre la legalidad de la guerra de Irak, algo que éste ha admitido haber hecho al afirmar que podría habérsele "incluido más".

Durante su comparecencia ante la comisión, presidida por el antiguo alto funcionario John Chilcott, el ex "premier" insistió en que todo su gabinete de ministros de la época sabía que el curso de acción que había emprendido -de arremeter contra el régimen iraquí en colaboración con el ex presidente estadounidense George W. Bush- podía llevar a una intervención militar, pese a que un diplomático británico declaró previamente lo contrario.

Blair ha manifestado que era imposible que sus colegas no supieran que ese podía ser el resultado, ya que, ha argumentado, él hizo muchas declaraciones a la prensa en ese sentido.

Encuentro con Bush

Por otra parte, una nota hecha pública este viernes de Blair al que fuera su jefe de gabinete, Jonathan Powell, antes de la visita del primero a Bush en su rancho de Texas en abril del 2002, revela que el ex jefe del Gobierno abogaba porque el Laborismo fuera "a la carga" al tratar con el entonces presidente iraquí Sadam Husein.

En esa nota Blair argumenta que, desde el punto de vista del "centroizquierda", el caso a favor de una acción militar contra Irak era "obvio", al tratarse de un régimen brutal y una dictadura opresora.

Ésta es la segunda vez que Blair declara ante la comisión Chilcott tras hacerlo en enero del 2010, cuando, entre otras cosas, insistió en que no tenía "remordimientos" por haber metido al Reino Unido en la guerra en marzo del 2003 y repitió que el mundo era un lugar mejor sin Sadam Husein.

Así lo ha afirmado en una entrevista en la cadena británica BBC.

Coincidiendo con su comparecencia en el Queen Elizabeth Hall, frente al Parlamento británico, un grupo de actores, parlamentarios, organizaciones contra la guerra y familiares de soldados británicos muertos se manifestaron en señal de protesta, y se quejaron de que el testigo hubiera llegado de madrugada para evitar su asedio.