Mubarak confiesa que quiere marcharse pero se aferra al cargo para evitar el "caos"
- El presidente dice que está cansado tras 62 años de servicio público
- Lamenta los enfrentamientos entre egipcios pero niega su responsabilidad
- Le dijo a Obama que no entendía lo que pasaría si se marchase
- Su vicepresidente tiende la mano a los Hermanos Musulmanes
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"Estoy harto. Tras 62 años de servicio público ya he tenido suficiente. Me quiero ir". Con esta frase el presidente egipcio, Hosni Mubarak, ha entreabierto la puerta a su salida ante la periodista de la ABC Christiane Amanpour, a la que ha concedido la primera entrevista desde que estallaron las protestas contra él en todo el país.
En la entrevista, que será emitida el próximo domingo en su totalidad pero de la que se han avanzado unos extractos en la página web, el presidente asegura que "no me gusta ver como los egipcios luchan unos contra otros", en referencia a los disturbios desatados entre sus partidarios y los manifestantes contrarios a su régimen, que llevan diez días pidiendo su salida en unas protestas sin precedentes en el país.
Pese a que sus partidarios son los que han desatado la violencia, Mubarak ha negado cualquier responsabilidad y ha culpado a los Hermanos Musulmanes, sus rivales políticos que están prohibidos de la vida pública.
¿Traicionado por Obama?
Amanpour relata que Mubarak se encuentra en el palacio presidencial de El Cairo con su familia, escoltado por las fuerzas armadas, tanques y alambradas.
Además, revela que estuvieron también junto a su hijo Gamal, considerado su sucesor probable y del que en la entrevista dice que nunca había pensado en colocarlo en su puesto.
Mubarak insiste, tal y como hizo en la intervención tras la marcha del millón de egipcios del pasado martes, que no se irá y que morirá en suelo egipcio.
Además, relata su conversación con el presidente Obama -al que califica de "buen hombre"- esa noche y duda cuando se le pregunta si se sintió traicionado por su petición de que se marchase más temprano que tarde.
"No entiendes la cultura egipcia y lo que pasaría si me fuera", le dijo en esa conversación.
Concordia de cara a la marcha
La intervención de Mubarak viene a culminar una serie de declaraciones de los principales líderes del país -desde el primer ministro esta mañana al vicepresidente Omar Suleimán esta tarde- que busca articular un doble mensaje de cara al "Viernes de la Marcha", la multitudinaria manifestación opositora convocada para este viernes y que cuenta por primera vez con el respaldo total de los Hermanos Musulmanes, la principal organización de la oposición.
El primero es que los ciudadanos tenían motivos para protestar pero que ahora es necesario abrir un diálogo con la oposición, incluidos los Hermanos Musulmanes, de cara a un proceso electoral limpio, en el que no participarían ni Mubarak ni su hijo ni Suleimán, las tres personas que estaban en todas las quinielas para ocupar el cargo antes de los disturbios.
El segundo es que su salida provocaría el "caos" en el país y que por ello es necesario acabar con las manifestaciones y las injerencias extranjeras, a través sobre todo de sus medios de comunicación.
"La violencia que vive Egipto es el resultado de "un complot" urdido por la gente en Egipto o incluso en el extranjero. También por miembros de la oposición entre los que están los Hermanos Musulmanes", ha proclamado Suleimán en una intervención televisada.
Así lo ha afirmado durante su intervención en la televisión estatal, en la que también han tenido cabida otros temas con las elecciones del próximo mes de septiembre y un mensaje al pueblo para que "confíe en su presidente" y para que se retire de la Plaza de Tahrir y así poder "salir adelante".
Tensión en aumento
Aún así, durante la entrevista, que ha durado 45 minutos, Suleimán asegura que "las demandas que piden los jóvenes son legítimas", pero ha reiterado que están siendo manejados por quienes defienden "agendas extranjeras o por los Hermanos Musulmanes. Por ello, asegura que: "Estamos reuniendo información sobre el asunto".
Mientras, en la calle, cada vez es más complicado informar sobre lo que está pasando en el país. La prensa extranjera está siendo objetivo de los manifestantes, quienes no han dudado en requisarles su material e incluso agredirles.
Además, la cifra de heridos y fallecidos ha aumentado hasta más de 800 y los 10 respectivamente. Es más, fuentes médicas apuntan a que esta cifra podría elevarse hasta los 13.
Habrá elecciones en septiembre
Pese a todo, durante su intervención, el vicepresidente ha querido dejar claro que las elecciones presidenciales del próximo mes de septiembre no serán retrasadas "por ningún motivo".
Por ello, asegura que quiere instar a un diálogo que ha comenzado en las últimas horas, con la ausencia de los principales grupos de la oposición.
Ese diálogo, que se prolongará por cinco o diez días, dará pie a un calendario de trabajo que debe culminar con los próximos comicios, agregó Suleimán, que ha insistido en que ni Mubarak "ni nadie de su familia" se presentará a esos comicios.
El hijo menor de Mubarak, Gamal, alto dirigente del gobernante Partido Nacional Democrático (PND), se perfilaba como uno de los más probables sucesores de Mubarak, junto con el propio Suleimán.
Con todo, el vicepresidente egipcio ha admitido que en el diálogo que ha iniciado el Gobierno están ausentes importantes partidos de la oposición, como el liberal Wafd y el izquierdista Tagamu.
Los Hermanos Musulmanes ya le han contestado a Suleimán que no habrá diálogo alguno mientras permanezca en el cargo Mubarak.