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El ganadero Juan Pedro Domecq fallece en un accidente de tráfico

  • Su vehículo ha chocado frontalmente contra un camión por causas desconocidas
  • El siniestro se ha producido en Huelva, muy cerca de la finca del ganadero
  • La ganadería Domecq es la más extendida del campo bravo español

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El ganadero de reses bravas Juan Pedro Domecq ha fallecido este lunes, a las 13.15 horas, en un accidente de tráfico, según ha confirmado el programa taurino Clarín de Radio 5. Tenía 69 años.

El programa Tendido Cero, de TVE, ha confirmado que el accidente ha ocurrido en la localidad de Zufre en Huelva, muy cerca de la finca familiar, "Lo Alvaro"; en el kilómetro 69,700 de la N-433, donde el vehículo del fallecido ha chocado contra un camión. Domecq iba solo en el coche. El ocupante del otro vehículo siniestrado ha resultado herido.

Hasta el lugar se han trasladado agentes de la Guardia Civil y  servicios sanitarios y de mantenimiento de carretera, que no han podido hacer nada por su vida. 

Por causas que aún no han trascendido, el todoterreno que conducía Domecq y un camión han chocado frontalmente. El conductor del camión ha sido trasladado en helicóptero al hospital comarcal de Riotinto (Huelva), con pronóstico reservado.

Miembro de una ilustre familia taurina

Juan Pedro Domecq  Solís era propietario de la ganadería que fundó su  abuelo Juan Pedro Domecq y Núñez de Villavicencio en 1939 al comprar la  ya mítica de Veragua. Siempre vinculado a los toros, fue presidente de la Unión de Criadores de Toros  de Lidia entre 1984 y 1994.

Desde que su padre le pasara el control de la ganadería la consolidó  como una de las más importantes de España y ha sido origen de numerosas  otras ganaderías de éxito.

El encaste Domecq es el más extendido del campo bravo español y tiene gran presencia también en Latinoamérica. Además, Juan Pedro Domecq era autor de varios libros sobre toros.

Hablar de Juan Pedro Domecq es hablar de una de los puntales del mundo del toro y de la línea genética más antigua que se conoce, con raíces en el siglo XVIII. Ganadero desde que nació, Juan Pedro se hizo cargo de un hierro que viene de los orígenes de los toros en España. Los legendarios toros de Veragua, de origen vazqueño y que procedían de la vacada real de Fernando VII, llegaron a la familia Domecq en 1930, cuando los compró otro Juan Pedro, en este caso, el abuelo del criador que acaba de fallecer.

Desde entonces, el ganado se anuncia 'Juan Pedro Domecq' y, desde 1937, 'Hijos de Juan Pedro Domecq', cuando tomó la dirección Juan Pedro Domecq Díez, padre del hoy tristemente fallecido. La casta veragua se cruzó entonces con vacas y toros de Conde de la Corte. Cuando le llegó el turno de dirigir la ganadería, Juan Pedro Domecq Solís añadió más sangre veragua al comprarle animales a su tío Salvador Domeq, propietario del hierro El Torero.

Criaba lo que se conoce en la jerga taurina como 'toros guapos'

Los 'juampedros'

Juan Pedro Domecq tenía su propia concepción del toreo y la defendía siempre. Creía en un toro pensado para garantizar el espectáculo y hacer brillar al torero, aunque eso, en ocasiones, llevaba una cierta falta de casta en sus animales.

Tras vender infinidad de puntas de vacas y sementales, el encaste Domecq está muy extendido y, de alguna forma, es el más frecuente en las ganaderías españolas. Esto ha supuesto una relativa uniformización en la morfología de los toros y, sobre todo, en su comportamiento.

El ganadero muerto este lunes en Huelva apostó por definir muy bien las hechuras de sus toros, buscando animales que humillaran con facilidad y repitiesen en la embestida, justo lo que un torero sueña que salga por la puerta de chiqueros.

Para eso, seleccionó un tipo de toro bajo de agujas, de cuello largo. Tienen la cabeza fina y las defensas armónicas y bien colocadas.

Domecq era poeta y conferenciante

Son lo que en la jerga taurina se conoce como 'toros guapos'. Las capas, variadísimas, con predominancia de negros y colorados, pero con presencia de casi todas las posibilidades, destacando los ensabanados en las líneas con más sangre vazqueña.

En la plaza, el encaste Domecq cumple en el tercio de varas y luego, en el último tercio, embiste y repite, con cierta chispa, pero sin demasiada bravura. Son, en cambio,  nobles y fijos en la muleta. Un amplio sector de la afición los considera toros, en general, de escasa bravura y juego aburrido. Sin embargo, los toreros gustan de lidiarlos y disfrutan ante ellos. De este hierro era 'Sedoso', mítico ejemplar al que Rafael de Paula le cortó dos orejas en Jérez en 1979.

Pero Juan Pedro Domecq no sólo criaba toros. También tienen fama su yeguada y los magníficos caballos que ha producido. En su última etapa, la cría de cerdos ibéricos también ha tenido presencia en su actividad ganadera. Además, era poeta y un conferenciante muy respetado y ameno y había publicado varios libros sobre toros, como 'Del toreo a la bravura', el último que dio a la imprenta.