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Trichet avisa de elevados riesgos inflacionistas, pero el BCE mantiene los tipos en el 1,25%

  • No se modifica tampoco el tipo al que presta durante un día a los bancos
  • El Banco de Inglaterra aguanta el precio del dinero en un 0,5%

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Trichet advierte de persistentes riesgos inflacionistas, pero el BCE mantiene los tipos en el 1,25%
El presdiente del BCE durante la rueda de prensa en la capital finlandesa.

El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, ha insistido en que persisten los riesgos inflacionistas en la Zona euro, por lo que la autoridad monetaria mantendrá "una fuerte vigilancia" sobre la evolución de los precios en los 17 países miembros del euro para poder adecuar "en cada monento" el nivel de tipos de interés y así tratar de lograr el objetivo prioritario de la institución: una inflación cercana, pero por debajo del 2%.

En palabras de Trichet, "se ha producido un aumento mayor de lo esperado en los precios de la energía,  debido a las tensiones en el norte de África y Oriente Medio. Además,  también pueden repercutir la mayor demanda esperada por parte de algunos  países emergentes cuyas economías están creciendo, y la necesidad de  sustituir la energía nuclear" debido al desastre ocurrido en Japón.

También ha repetido la preocupación de la autoridad monetaria por que la subida actual de los precios origine los llamados efectos de segunda ronda, es decir, cuando la subida de las materias primas deriva en un incremento de salarios, que a su vez causa que el repunte de la inflación sea más permanente.

"Es esencial que la reciente evolución de los precios no genere un aumento de presiones inflacionistas más amplias", ha señalado Trichet en una rueda de prensa celebrada en Helsinki, donde se ha reunido el máximo órgano del BCE, en uno de los dos encuentros anuales que realiza fuera de su sede central de Fráncfort.

Pese a esos riesgos, el Consejo de Gobierno del BCE ha decidido mantener los tipos de interés en la Eurozona en el 1,25%, el nivel en el que los dejó el pasado 7 de abril, cuando el BCE subió un cuarto de punto el precio del dinero.

La institución europea ha informado desde Fráncfort de que tampoco ha modificado la facilidad marginal de crédito -por la que presta dinero a los bancos durante un día- que está en un 2%, y la facilidad de depósito -por la que remunera el dinero que depositan las entidades-, que sigue en un 0,5%.

Decepción en los mercados

Ante las reiteradas preguntas de los periodistas sobre si habrá nuevas subidas, el presidente del BCE ha sido firme y se ha negado a adelantar las próximas decisiones del órgano directivo del BCE: "Nunca nos comprometemos previamente y subimos los tipos de interés cuando lo juzgamos necesario para garantizar la estabilidad de precios a medio plazo".

Esa falta de concreción ha decepcionado a los mercados, que confiaban en que se produjera una nueva subida del precio del dinero en junio. Así, durante la rueda de prensa del responsable del BCE, el euro ha reaccionado con una fuerte bajada de un céntimo y medio frente al dólar, hasta quedar en 1,4688 dólares.

Al cierre de los mercados europeos, la divisa había acentuado esa caída y se cambiaba a 1,4606 dólares, un 1,5% menos que en la apertura de la sesión. El cambio fijado a diario por el BCE se ha situado en 1,4814 billetes verdes.

En opinión de muchos analistas, el lenguaje de Trichet ha sido menos "afilado" en esta ocasión. "Al reconocer que la política [del BCE] sigue siendo acomodaticia [que favorece la inversión y la expansión económica], no ha utilizado ninguno de los conceptos que apuntan a una nueva subida en junio", explica Marc Chandler, responsable del departamento monetario del banco británico Brown Brothers Harriman & Co.

Reformas profundas y cumplimiento de los ajustes

Sobre la situación económica, Trichet ha explicado que se aprecian señales de que este primer semestre se mantendrá el actual ritmo de crecimiento. Así, ha destacado que "la actual política monetaria acomodaticia respaldará esa recuperación de la actividad económica, aunque ésta se verá moderadamente dañada por los ajustes en determinados sectores y un entorno de incertidumbre elevada".

El banquero galo ha resaltado la importancia de que los países de la Eurozona realicen "reformas estructurales urgentes" para aumentar su potencial de crecimiento y su competitividad, en especial "aquellos con un déficit fiscal alto", aunque se ha negado a hablar de países concretos.

Respecto al mercado laboral, señala que la prioridad debe ser "aumentar la flexibilidad salarial y los incentivos al empleo, eliminando la rigidez del mercado de trabajo".

También ha asegurado que el BCE no contempla la reestructuración de la deuda griega: "Lo importante es hacer el trabajo de ajuste y cumplir completamente y hasta el final el plan acordado. Y ya está”.

En relación al rescate de Portugal, se ha alegrado de que las autoridades de Lisboa se hayan comprometido a tomar las medidas necesarias para cumplir los objetivos de reducción del déficit fiscal. "Este programa contiene los elementos necesarios para lograr la estabilización sostenible de la economía portuguesa", ha afirmado.

Frenar la inflación, la prioridad

Ni el rescate de Portugal, ni el riesgo de que Grecia tenga que  reestructurar su deuda parecen apartar al BCE de su mandato de  garantizar la estabilidad de precios, lo que significa lograr una tasa  de inflación cercana pero siempre por debajo del 2% a medio plazo.

La tasa de inflación de la Zona euro subió en abril hasta un 2,8%,  por lo que ha superado por quinto mes consecutivo el objetivo del BCE.

Pero lo más preocupante para el BCE es que la inflación subyacente -que excluye los precios de alimentos y energía- se aceleró en marzo un 1,3%, la subida más fuerte desde septiembre de 2009. Además, los precios de la producción en la Eurozona se incrementaron a un ritmo del 6,7% en ese mismo mes, la mayor aceleración desde el comienzo de la crisis.

La autoridad monetaria europea prevé que la Eurozona mantendrá su actual moderada recuperación económica en un entorno de incertidumbre.

Si el BCE incrementa su tasa rectora, también sube el euríbor, que es el tipo de interés utilizado como referencia para los créditos a corto plazo y los préstamos hipotecarios, por lo que encarece los préstamos a las empresas y los hogares y entorpece el crecimiento económico.

Al mismo tiempo, si al subir tipos, el BCE controla la inflación se evita que suban los rendimientos a largo plazo de la deuda soberana y otro tipo de bonos, dijo a EFE el analista de Commerzbank, Michael Schubert.

El BCE ha sido la primera de las instituciones monetarias de los países desarrollados que ha subido los tipos de interés desde el inicio de la peor crisis financiera desde 1929. Esa decisión llegó después de 32 meses en los que el precio del dinero estuvo congelado en el nivel históricamente bajo del 1%.

Los tipos siguen casi un punto más bajos en Reino Unido

También el Comité de Política Monetaria del Banco de Inglaterra ha  decidido mantener una vez más los tipos de interés en el 0,5%, el  nivel más bajo de la historia de esa institución. Además, ha anunciado que sigue adelante con su programa de recompra de activos mediante la emisión de  reservas, fijado en 200.000 millones de libras (222.500 millones de  euros).

La inflación en Reino Unido se situó en marzo en un 4% interanual,  frente al 4,4% registrado el mes anterior, lo que supone el primer  descenso de los precios en ocho meses. Pese a ello, la inflación aún  duplica el objetivo de estabilidad de precios del 2% marcado por la  institución que dirige Mervyn King.

Asimismo, la economía británica registró en los tres primeros  meses del año una expansión del 0,5% respecto al último trimestre de  2010 -cuando experimentó una contracción de medio punto porcentual-,  con lo que logró esquivar la recaída en la recesión técnica, que se declara después de tres trimestres consecutivos de caídas en el PIB.