Un Saleh casi irreconocible reaparece un mes después para llamar al diálogo en Yemen
- El presidente de Yemen se dirige a la nación en un mensaje grabado
- Detalla que ha superado con éxito más de ocho operaciones
- Aparece con fuertes vendajes en las manos y el rostro quemado
El presidente de Yemen, Alí Abdalá Saleh, ha reaparecido más de un mes después fuertemente vendado en sus manos y con quemaduras en su cabeza en un mensaje grabado tras someterse a más de ocho operaciones en Arabia Saudí.
Saleh, que resulto herido en la cabeza y en el pecho por un proyectil tras un ataque contra su palacio el pasado 3 de junio, ha asegurado que ha superado "con éxito más de ocho intervenciones quirúrgicas" y ha apelado al diálogo en Yemen en una intervención transmitida por la televisión oficial de su país.
Sin embargo, el líder yemení no ha hecho mención alguna a un eventual regreso, una opción a la que fuentes diplomáticas incluso dentro de Arabia Saudí, donde se encuentra, le dan pocas posibilidades.
En su ausencia, el poder está en manos del vicepresidente, Abd Rabbo Mansur Hadi, cuyos "esfuerzos" para conseguir "un entendimiento político" han sido saludados por Saleh en su breve alocución.
"Damos la bienvenida al poder compartido dentro del marco de la Constitución y el marco de la ley", ha defendido el presidente yemení.
Esperada intervención
Esta vez Saleh sí que ha aparecido ante sus ciudadanos después de lo ocurrido el pasado 26 de junio, cuando fuentes de la Presidencia yemení indicaron que se iba a dirigir a la nación en las próximas 48 horas en un discurso televisado, pero su esperada aparición no llegó a producirse.
Saleh ha rechazado firmar en tres ocasiones una iniciativa del Consejo de Cooperación del Golfo (CGG), que estipula un traspaso del poder al vicepresidente en el plazo de un mes tras su firma y la celebración de elecciones dos meses después.
La Presidencia del Yemen declaró el pasado 17 de junio que Saleh regresaría "pronto" a Yemen y que su estado de salud era "bueno y en permanente mejora".
Yemen es escenario de protestas desde finales de enero, en las que la oposición pide la caída de Saleh y la introducción de reformas políticas en el país, el más pobre de la península Arábiga.