Asad acelera la autorización del multipartidismo tras la condena de Naciones Unidas
- Pese a la reforma democrática mantiene la presión sobre el pueblo
- Por quinto día consecutivo sus tropas han atacado Hama
París considera "una provocación" la apertura de Siria al pluripartidismo
El pasado 24 de marzo el presidente sirio, Bachar Al Asad, anunciaba las mayores reformas que el país había vivido en su historia. Pretendía así calmar a gran parte del país que se había decidido a echarse a la calle para pedir su dimisión. No bastó.
Ahora, cuatro meses después y con cerca de 2.000 fallecidos y la presión creciente de una comunidad internacional que el pasado miércoles ha condenado la represión del régimen, Asad ha optado por acelerar aquellas reformas y dar luz verde a la ley multipartidista. Hasta el momento, el único partido era, desde 1963, el Baas.
Pero mientras promueve reformas democráticas Asad mantiene su presión contra el pueblo sirio y no ha cesado su ofensiva contra la ciudad de Hama donde, por quinto día consecutivos, sus tanques han atacado y se han cobrado la vida ya de 45 personas.
La primera reacción exterior a este anuncio ha sido la del ministro francés de Exteriores, Alain Juppé, quien ha considerado "una ironía, casi una provocación" el anuncio del presidente sirio: "En este momento no valen ya más decretos, queremos actos y el primero de todos debe ser el cese de la violencia contra los manifestantes".
Es más, el jefe de la diplomacia francesa ha considerado "poco creíble" el anuncio de Al Asad y ha asegurado que es preciso "un cambio fundamental de actitud y de comportamiento del régimen sirio".
La ley
Según la nueva ley, los sirios tendrán derecho a formar partidos políticos con el objetivo de activar la vida política y la participación de los ciudadanos en esta.
Los partidos "se basan en la democracia y en los medios pacíficos, y deben respetar la Constitución, los derechos y las libertades públicas", según el texto difundido por las autoridades sirias.
Asimismo, se declara prohibido que un partido tenga bases religiosas, sectarias o tribales, o discrimine por diferencias de raza o sexo.
Otro de los puntos más destacados de la nueva ley -una de las primeras reivindicaciones de los manifestantes antes de pasar a pedir la caída del régimen- es que las actividades del partido "no deben incluir la formación de órganos militares públicos o secretos, ni deben usar la violencia".
El pasado 25 de julio, el Gobierno sirio ya había aprobado el proyecto de la nueva ley de partidos, que establece los principios de regulación de los partidos políticos y las condiciones y procedimientos para establecerlos, además de sus fuentes de financiación, derechos y deberes.
El pasado
El ministro de Justicia, Taysir Qala Awad, explicó entonces que el número mínimo de militantes para crear un partido será de mil personas, que deberán provenir de al menos la mitad de las provincias de Siria, y que un comité gubernamental se encargará de dar el visto bueno a los nuevos partidos o rechazarlos.
La ley de partidos llevaba paralizada desde que fuera prometida en 2005 en un congreso del partido Baaz, la formación política del presidente sirio, Bachar al Asad.
La aprobación de las reformas llega después de que la pasada noche el Consejo de Seguridad de la ONU condenase al régimen sirio por la violenta represión contra la población civil y pidiese un cese inmediato de la violencia.
Además, el máximo órgano de decisión de la ONU lamentó "la falta de progresos" en la ejecución de "los compromisos de reforma anunciados por las autoridades sirias" y pidió al Gobierno de Al Asad que cumpla con las promesas anunciadas en distintas ocasiones desde que empezaron las protestas de la población.
Desde mediados de marzo pasado, Siria es escenario de protestas políticas contra el régimen Al Asad que se han cobrado las vidas de más de 1.600 personas, según los cálculos de organismos de defensa de los derechos humanos.