El terrorista de Lockerbie reaparece en Trípoli: "Mi papel fue exagerado, pronto se sabrá la verdad"
- Abdel Basset al-Megrahi se encuentra postrado en su domicilio
- Denuncia ataques de los rebeldes y se desvincula de la represión de Gadafi
- Asegura que le quedan pocos meses de vida y que quiere morir en paz
Abdel Basset al-Megrahi, el único condenado por el atentado de Lockerbie en el que murieron 270 personas en 1988, ha reaparecido para asegurar que su participación en el ataque ha sido exagerada y que lo que realmente ocurrió se sabrá pronto en una entrevista con la agencia Reuters, la primera desde que los rebeldes tomaron el poder en Libia y depusieron a Muamar Gadafi.
Al-Megrahi, que fue liberado de una cárcel escocesa hace dos años por motivos de salud, ya que sufre un cáncer terminal, ha hablado postrado en su cama en Trípoli con la respiración entrecortada y subrayando que solo tiene unos pocos meses de vida.
"Los hechos quedarán claros un día y espero que sea en un futuro cercano. En unos pocos meses, verán nuevos hechos que serán anunciados", ha declarado un Megrahi rodeado de monitores médicos en su cama, desde donde ha pedido que le dehen morir solo porque solo le quedan "días, semanas o meses".
"Occidente ha exagerado mi papel", ha asegurado Megrahi, que trabajó como agente del servicio de inteligencia del régimen de Gadafi y ha negado tener cualquier papel en los abusos de derechos humanos cometidos por el Gobierno del líder libio, consciente de que esos hechos podrían acarrearle problemas con el gobernante Consejo Nacional de Transición.
"Todo mi trabajo fue administrativo. Nunca perjudiqué a los libios. No dañé a nadie, no he hecho daño a nadie en mi vida", ha defendido.
Críticas a su juicio
Al-Megrahi fue hallado culpable del atentado con bomba del vuelo 103 de la compañía Pan Am que cubría la ruta entre Londres y Nueva York el 21 de diciembre de 1988. Todo el pasaje -259 personas- murió y otras once personas en la superficie fallecieron por la caída del avión.
El antiguo agente de inteligencia ha denunciado que el juicio que llevó a su condena -que se produjo en un tribunal holandés bajo jurisdicción escocesa- fue una farsa.
"Es el lugar más pequeño en la tierra que contiene un mayor número de mentirosos. He sufrido por los mentiroes del tribunal de Camp Zeist más de lo que puede imaginar", ha denunciado.
Al-Megrahi se encontraba semiinclinado en una cama de apariencia hospitalaria con una bombona de oxígeno a su lado, aunque no ha usado mascarilla durante la entrevista, según Reuters. Miembros de su familia estaban presentes en la habitación junto a él.
Sorprendentemente ha detallado que Jim Swire, padre de una de las víctimas del atentado del que se le acusa, mantiene el contacto con él e incluso le ha informado sobre una nueva medicina contra su enfermedad.
"Maltrato" de los rebeldes
Además, ha denunciado que los grupos armados que acabaron con Gadafi han tomado su casa y le han maltratado.
"No sé nada sobre el 17 de febrero (el movimiento de protesta que acabó con el régimen), no es una pregunta para una persona enferma", ha contestado a los periodistas que le han entrevistado para a renglón seguido asegurar que le han roto las ventanas de su casa y han robado sus coches,
"Fue tratado mal cuando volví. Durante los últimos incidentes, especialmente en el último mes, me han faltado medicinas. Los doctores me dijeron que buscase medicinas por otro lado pese al acuerdo entre nosotros y los británicos. Me quedan cuatro pastillas ( de uno de los tratamientos que tiene que seguir)", ha relatado.
Las autoridades escocesas han pedido la colaboración de los nuevos gobernantes de Libia para la investigación de los atentados de Lockerbie, un ataque cuya autoría siempre negó Gadafi aunque llegó a un acuerdo de indemnización con las familias.
La liberación de Megrahi causó una fuerte polémica en Estados Unidos, el país del que procedían buena parte de las víctimas del ataque, y fue condenado por la Casa Blanca, que ha pedido junto al Gobierno británico su retorno a la cárcel.
Pero Megrahi mantiene que desea que se cumpla lo acordado y morir en paz en Libia. “Quiero morir en mi casa, con mi familia. Pido a Dios ver a mi país unido, sin enfrentamientos ni guerra. Espero que pare el baño de sangre en Libia. Quiero lo mejor para mi país", concluye.