Birmania confirma una amnistía para 6.359 reos pero no precisa cuántos son presos políticos
- La noticia se anticipó el pasado lunes aunque no hubo confirmación oficial
- En el país hay cerca de 2.000 persos políticos
- Su liberación, condición de EE.UU. y la UE para levantar las sanciones
La televisión estatal de Birmania (Myanmar) ha anunciado este martes una amnistía para 6.359 reos, sin aclarar cuántos de ellos forman parte de los cerca de 2.000 presos políticos que hay en el país.
Este anuncio oficial se produce un día después de que fuentes militares anticiparan a la agencia AFP que esta amnistía se iba a otorgar a los presos del país aunque tampoco se precisó cuántos de ellos serían políticos ni se ofreció una cifra exacta sobre el número de liberaciones que iban a llevar a cabo.
Por otro lado, ell anuncio también se produce horas después de que la comisión para los derechos humanos, creada recientemente por el Gobierno, pidiese por escrito al presidente del país, el exgeneral Thein Sein, una amnistía para los "presos de conciencia".
Medida necesaria
El nuevo organismo hizo la petición a través de una carta abierta a Thein Sien publicada en el periódico oficialista Nueva Luz de Myanmar.
Grupos defensores de los derechos humanos calculan que en las cárceles birmanas hay cerca de 2.000 presos políticos, cuya liberación es considerada por Estados Unidos y la Unión Europea como una condición previa antes de estudiar el levantamiento de las sanciones impuestas al país asiático.
"La liberación de estos presos, encarcelados por violar leyes vigentes pero que no suponen una amenaza para la estabilidad del Estado y el interés nacional, permitiría su participación en la medida de sus posibilidades en las tareas de reconstrucción nacional", se indicaba en la carta firmada por el presidente de la citada comisión, Win Mya.
Los rumores de la posible puesta en libertad de reclusos llevaban circulando desde hace semanas en Birmania.
La medida es la más importante de una serie de gestos aperturistas que el Gobierno ha realizado desde que la Junta Militar que gobernaba el país se disolvió y entregó el poder a un Ejecutivo formado en su casi totalidad por exmilitares.
Birmania lleva a cabo una transformación hacia una "democracia disciplinada" después de cerca de cuarenta años gobernada por generales, que comenzó con la aprobación de una Constitución en 2008 y prosiguió con la celebración de unas controvertidas elecciones en 2010.
La oposición democrática, encabezada por la nobel de la paz Aung San Suu Kyi, boicoteó el referéndum constitucional y los comicios por considerar que se organizaron de forma antidemocrática, pero en los últimos meses ha abierto un diálogo esperanzador con las autoridades.