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La Asamblea General de la ONU condena la represión en Siria

  • La resolución ha sido impulsada por países europeos y árabes
  • El embajador sirio ante la ONU califica el texto como politizado
  • Rusia y China han bloqueado cualquier condena del Consejo de Seguridad

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La Asamblea General de la ONU ha condenado la represión de manifestantes por parte de Siria y ha urgido al régimen sirio de Bachar el Asad a que cumpla con el plan de paz de la Liga Árabe, en una votación avalada por los países occidentales y un buen número de naciones árabes.

El proyecto de resolución, impulsada por los países europeos, ha recibido 122 votos a favor, 13 en contra y 41 abstenciones. Los países árabes que han apoyado la resolución son los que la patrocinaron con los europeos: Baréin, Jordania, Kuwait, Marruecos, Catar y Arabia Saudí.

Entre los países que han votado en contra están Irán, Ecuador, Venezuela, Cuba, Nicaragua, Birmania o Corea del Norte.

En la resolución se condena el "uso excesivo de la fuerza y las ejecuciones arbitrarias" y se hace un llamamiento a las autodiades sirias "a cesar inmediatamente toda violación de los derechos humanos".

También se subraya la negativa evolución de la crisis política  que comenzó hace ocho meses en Siria y en la que se han contabilizado ya  más de 3.500 civiles muertos, según datos de Naciones Unidas

Según la resolución -cuyo voto Siria intentó posponer sin éxito-, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon,  debe apoyar a la misión de observadores de la Liga Árabe en Siria, si así se lo solicitan.

La Liga Árabe, que ha propuesto a Damasco una iniciativa para acabar con la violencia, rechazó el domingo las condiciones de Siria para recibir a la misión de observadores árabes, que contempla el plan para resolver la crisis, una medida que en su configuración actual, según el régimen de Asad, "viola la soberanía nacional".

Además, se espera que los ministros árabes de Exteriores se reúnan en El Cairo el jueves para decidir si imponen sanciones económicas y políticas contra Damasco.

El embajador sirio ante la ONU, Bashar Jafari,  ha fracasado en su intento de aplazar la votación en la Asamblea General de la ONU, pese a que ha rechazado las denuncias que contiene ese proyecto de resolución, que ha calificado de "politizado", al tiempo que acusó a los países que la respaldan de hacer "un uso no ético de los nobles objetivos de los derechos humanos"..

Vetos en el Consejo de Seguridad

"La Asamblea ha hablado en nombre del pueblo sirio y contra el régimen de Al Asad", ha declarado la embajadora de EE.UU., Susan Rice, que también ha proclamado que "se envía el claro mensaje de que los abusos y las muertes no son una vía legítima para retener el poder".

"Damos la bienvenida a esa decisión de condenar las graves y sistemáticas violaciones de los derechos humanos por parte de Siria", ha añadido el portavoz de Amnistía Internacional en Nueva York, José Luis Díaz.

Díaz ha considerado que "ese voto subraya la vergonzosa falta de acción del Consejo, donde algunos de sus miembros siguen protegiendo al Gobierno sirio en el asesinato, la tortura, las detenciones arbitrarias, las desapariciones (forzosas) y otros delitos".

Ha añadido que como en este foro "no hay veto, los amigos del Gobierno sirio no han podido protegerlo del escrutinio" general,  al tiempo que ha pedido al Consejo que remita la situación siria a la Corte Penal Internacional (CPI), ya que Damasco puede haber cometido crímenes contra la humanidad

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y la Liga Árabe han pedido al presidente de Siria el fin de la represión contra los civiles en múltiples ocasiones desde el inicio, el pasado mes de marzo, de la crisis política en ese país.

En esos ocho meses, el Consejo de Seguridad ha sido incapaz de aprobar una resolución de condena a Damasco por la oposición de Rusia y China, que en octubre pasado ejercieron su derecho al veto en ese órgano para parar un texto presentado por Francia, Reino Unido, Alemania y Portugal.

Al veto ruso y chino se sumaron entonces las abstenciones de Brasil, India, Sudáfrica y Líbano, países que han mostrado repetidamente su reticencia a que el Consejo condene al régimen de Al Asad mediante un texto con el rango y la vinculación de una resolución.