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Amnistía y MSF denuncian torturas generalizadas a gadafistas en las cárceles libias

  • Denuncian malos tratos y negación de tratamientos médicos
  • En Bani Walid, la ONU alerta sobre "brigadas revolucionarias"
  • La región, en "tensión" debido al proceso de transición que vive

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Varios combatientes o presuntos simpatizantes del ex régimen libio han sido torturados hasta la muerte en las cárceles ubicadas en Libia, según ha denunciado este jueves Amnistía Internacional a través de un informe en el que jabla de una práctica "generalizada" de las torturas.

"Varios detenidos han muerto bajo la custodia de las milicias armadas en los alrededores de Trípoli y Misrata, en circunstancias que sugieren que se ha porcedido a ejercer la tortura", explica la organización de derechos humanos a través de un comunicado.

Precisamente este jueves Médicos sin Fronteras (MSF) ha anunciado también que suspenderá sus operaciones en los centros de  detención de la ciudad libia de Misrata como respuesta a las torturas practicadas por los oficiales sobre los presos y a la denegación de tratamiento médico, según ha anunciado este jueves la ONG.

Médicos sin Fronteras (MSF) suspenderá sus operaciones en los centros de detención de la ciudad libia de Misrata como respuesta a las torturas practicadas por los oficiales sobre los presos y a la denegación de tratamiento médico, según ha anunciado este jueves la ONG.

Desde que inició sus actividades en la zona, en agosto pasado, los médicos de la organización han tenido que tratar "cada vez más pacientes con lesiones debidas a torturas en los interrogatorios", aunque en principio su labor en estos centros era ocuparse de los heridos de guerra presos, según un comunicado.

En total, MSF ha tratado a 115 personas que presentaban heridas relacionadas con torturas y ha puesto estos casos en conocimiento de la autoridad competente en Misrata.

Petición expresa

El director general de MSF, Christopher Stokes, criticó que algunos oficiales de los centros "han intentado obstruir el trabajo de los médicos", al tiempo que ha añadido que en numerosas ocasiones los pacientes "eran llevados a los servicios médicos en medio de un interrogatorio para que pudiesen soportar otros posteriores".

Stokes ha considerado la situación "inaceptable", pues a su juicio el rol de la ONG es "proporcionar atención médica a las víctimas de guerra y a los detenidos enfermos" y no "tratar repetidamente a los mismos pacientes entre varias sesiones de tortura".

MSF ha denunciado que incluso en algunas ocasiones se les pidió que tratasen a los enfermos dentro de los centros de interrogatorios, algo a los que los médicos se negaron.

La organización denuncia que el caso "más alarmante" se produjo el pasado 3 de enero, cuando los médicos trataron a un grupo de catorce detenidos a su regreso de un centro de interrogatorio.

Nueve de ellos mostraban signos evidentes de tortura y, ante la petición de MSF de trasladar a varios de ellos a hospitales para recibir "atención especializada urgente", el Servicio de Seguridad del Ejército Nacional -agencia responsable de los interrogatorios- "privó a todos los heridos excepto a uno de los cuidados básicos".

El 9 de enero MSF envió al Consejo Militar de Misrata, al Comité de Seguridad de Misrata, al Servicio de Seguridad del Ejército Nacional y al Consejo Civil de Misrata una carta en la que pedía el "cese inmediato" de cualquier maltrato sobre los detenidos.

"Desde entonces no se han tomado acciones concretas. En su lugar, el equipo médico recibió cuatro nuevos casos de torturas, por lo que decidimos suspender nuestras actuaciones", declaró el director general de MSF.

Tensión latente

De otro lado, el país se encuentra sumergido en varios "puntos calientes". Uno de ellos es Bani Walid, donde el representante especial de la ONU para Libia, Ian Martin, ha desmentido que los combates que se han vivido fueran causados por simpatizantes del difunto coronel Muamar el Gadafi, y los ha atribuido a "enfrentamientos entre la población local y brigadas revolucionarias".

"No fueron fuerzas gadafistas las que trataban de tomar el control de la ciudad", ha asegurado Martin en una reunión abierta con los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, ante quienes ha reconocido que "la atmósfera está cargada" en esa localidad, el penúltimo bastión del régimen de Gadafi en caer en manos de los milicianos.

El representante especial de Naciones Unidas ha señalado que, en esa atmósfera de tensión, "un asunto de seguridad" provocó unos enfrentamientos "entre miembros de la población local y las brigadas revolucionarias basadas en la ciudad" que han dejado varios muertos.

La transición en proceso

"El Gobierno respondió enviando unidades del Ejército nacional y ahora se reúne con todas las partes para contener la situación y responder a los desafíos políticos y en materia de seguridad a los que se enfrenta Bani Walid", ha añadido Martin ante el máximo órgano internacional de seguridad.

Desde el pasado lunes, Bani Walid había registrado combates que el Gobierno libio, que dice tener ya control de la situación, define como "enfrentamientos entre jóvenes de distintas brigadas".

Inicialmente esos combates se atribuyeron a rebeldes gadafistas que trataban de tomar de nuevo el control del municipio.

Ian Martin indicó que esos acontecimientos demuestran "los problemas asociados con la transición" en Libia, "mientras", dijo, "las autoridades interinas continúan sin tener la completa legitimidad de los cuerpos electos nacionales ni locales".

"El antiguo régimen ha caído, pero la cruda realidad es que el pueblo libio sigue viviendo con su arraigado legado. Las débiles instituciones estatales, a veces ausentes, se enfrentan a la larga ausencia de partidos políticos y organizaciones civiles, lo que hace más difícil la transición", ha añadido.

Los desafíos

La alta comisionada para los Derechos Humanos de la ONU, Navi Pillay, también ha participado en la reunión del Consejo de Seguridad sobre Libia y ha asegurado que Libia se enfrenta a "inmensos desafíos", como el hecho de que las autoridades actuales todavía no tengan "control efectivo de las brigadas revolucionarias".

"Ese factor afecta a los derechos humanos en muchas áreas. Esas brigadas poseen armas ligeras y pesadas, que son un amenaza para la seguridad pública y la protección de los derechos humanos de la población", ha explicado Pillay.

La alta comisionada ha añadido además que está "extremadamente preocupada" por "las condiciones de detención y el trato que esas brigadas dan a los detenidos", y ha destacado que existe un "ambiente que conduce a las torturas" en los centros que todavía no controla el ministerio de Justicia libio.

El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ha reconocido, a su vez, este miércoles su "preocupación" por los recientes episodios de violencia interna en el país y ha pedido "paciencia" a la espera de ver pronto los resultados de la transición, al tiempo que subrayó que las nuevas autoridades libias hacen cuanto pueden para instaurar el imperio de la ley en todo el territorio.