Obama pide duplicar las tasas sobre dividendos en unos presupuestos en clave electoral
- Las cuentas contemplan también un aumento de gasto en infraestructuras
- Están destinadas a no ser aprobadas por el rechazo del Congreso republicano
Aumento de impuestos a los más ricos y más gasto público en infraestructuras. Alrededor de este eje 'keynesiano' y opuesto a la austeridad que la Unión Europea ha abrazado para salir de la crisis de deuda gira el proyecto de presupuesto para 2013 que la Administración Obama ha presentado este lunes y que busca atraer a las clases medias con medidas populistas en pleno año electoral en Estados Unidos.
La medida estrella -y hasta ahora no adelantada por el presidente de EE.UU.- es la decisión de igualar los impuestos que se pagan por los dividendos empresariales con el tipo máximo con el que tributan las rentas del trabajo en EE.UU.
En la práctica, esto supone que los dividendos logrados por inversiones en Wall Street pasarán del 15% actual al 35% que se paga por el impuesto de la renta como tipo máximo, que se espera que se eleve al 40% el año que viene.
Esta propuesta es todo un ataque a la línea de flotación del favorito a la carrera republicana, Mitt Romney, que ya ha sido acusado por sus rivales de tributar poco pese a su gran fortuna, ya que la mayoría de sus ingresos los logra por los beneficios de sus acciones en la firma de capital riesgo Bain Capital.
Tono preelectoral
La propuesta de Obama para las cuentas públicas de 2013 se espera que no vaya a ninguna parte debido a que el Congreso está dividido entre la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, alérgica a cualquier aumento de gasto y subida de impuestos, y el Senado, en manos de los demócratas.
Sin embargo, el presupuesto se ha convertido en una plataforma de lanzamiento de su programa electoral para la reelección, basado en lo que Obama denomina "justicia económica" y que ya fue trazado en el último debate sobre el estado de la unión.
Las encuestas muestran que aunque la economía estadounidense ha mostrado una sorprendente fortaleza en las últimas semanas los americanos aún no están seguros del liderazgo de Obama para líder la economía.
La propuesta presupuestaria presentada este lunes es "una reflexión sobre las responsabilidades compartidas", ha declarado el presidente en un acto con aire de campaña en Annandale, Virginia, en referencia a su llamamiento a
un impuesto mínimo del 30% de sus ingresos
para los multimillonarios, en la línea de lo propuesto por el magnate Warren Buffet.
"Hemos elaborado este presupuesto en torno a la idea de que nuestro país ha ido mejor cuando todos realizan una aportación justa", ha declarado Obama, al subrayar que los fundamentos del pasado llevaron a un aumento en la brecha entre ricos y pobres.
Dinero para obras públicas
Gracias a ahorros como en el presupuesto de Defensa (850.000 millones de dólares) y el aumento de los impuestos, el Gobierno de Obama quiere disponer de 800.000 millones para favorecer la creación de empleo e invertir en obras públicas.
Ante una audiencia de universitarios, Obama ha detallado que el presupuesto también incluye una reducción de los intereses en los préstamos universitarios, aunque recordó que todo dependerá de que el Congreso los apruebe "sin retrasos y rencillas ideológicas" como en el pasado.
Las cuentas de Obama establecen un gasto total en 2013 de 3,8 billones de dólares, con un aumento de los impuestos a los ingresos más altos y el fin de los recortes fiscales aprobados durante la administración de George W. Bush (2001-2009) a los ingresos anuales superiores al cuarto de millón de dólares.
El Gobierno espera cerrar 2012 con un déficit de 1,3 billones de dólares, el 8,5% del PIB, y prevé reducirlo en 2013 a 901.000 millones (5,5% del PIB).
Todo ello con la vista puesta en 2022, año para el que la administración Obama pronostica un déficit de 704.000 millones de dólares (2,8% PIB), con la intención de frenar el aumento de una deuda pública encaminada a superar los 16 billones de dólares.
Rechazo republicano
Los republicanos, que controlan la Cámara de Representantes, encargada de dar visto bueno a las cuentas públicas, ya han declarado que el presupuesto no es un buen comienzo y quieren aprovecharlo para retratar a Obama como un progresista que solo se preocupar por poner más impuestos y gastar más.
En este sentido, han advertido de que los aumentos de impuestos destruirán empleos y no harán nada para parar el alto nivel de endeudamiento del país.
"La nación se está ahogando en los números rojos. Espero ver los detalles pero me temo que será más de lo mismo: números rojos, menos trabajos, menos empleo y menos oportunidades", ha adelantado el congresista republicano por Texas Jeb Hensarling.
Mitt Romney ha calificado el presupuesto de Obama como un "insulto al contribuyente estadounidense".