El veterano Ragnar Grímsson, elegido para un quinto mandato como presidente de Islandia
- Se ha impuesto a su más inmediata rival, la popular periodista Thóra Arnósdóttir
- Al final de la campaña consiguió darle la vuelta a unos sondeos desfavorables
- Defiende la independencia de Islandia y se opone su ingreso en la UE
El veterano político Ólafur Ragnar Grímsson ha sido elegido para un quinto mandato consecutivo como presidente de Islandia. Grímsson ha obtenido el 52,78% de los votos, según datos oficiales.
Presidente de Islandia desde 1996, Grímsson se ha impuesto a su mas inmediata rival, la popular periodista Thóra Arnórsdóttir, que ha alcanzado el 33,16% de votos, así como a los otros cuatro candidatos, que juntos suman algo mas del 10% de los sufragios.
El viejo y nuevo presidente consiguió al final de la campaña dar la vuelta a unos sondeos que le eran desfavorables y que apostaban claramente por la joven madre de seis hijos, con su imagen de figura renovadora y su apuesta por el poder para las mujeres frente a la cultura masculina que algunos asocian a la crisis financiera.
Opositor a la Unión Europea
Aunque se trata de un área ajena a la responsabilidad del presidente, Grímsson logró decantar la campaña electoral a su favor al convertir en asunto principal de la misma el debate sobre el ingreso de Islandia en la Unión Europea (UE), algo muy sensible en un país tradicionalmente "euroescéptico".
En una hábil maniobra política, se erigió en defensor de los recursos naturales y la independencia de Islandia, amenazados por Bruselas, desoyendo las críticas de sus rivales a que centrar las discusiones en la UE es interferir en el debate parlamentario y rebasar sus competencias de carácter puramente representativo.
La crisis del euro y que Bruselas aumente el control económico tampoco entusiasman a los islandeses, en especial al conservador Partido de la Independencia, al que los sondeos pronostican una victoria aplastante en las elecciones legislativas de 2013.
De ahí que Ólafur Ragnar Grimsson se haya ganado el apoyo de sus votantes como opositor a la UE y ha obligado a los otros candidatos a posicionarse sobre la cuestión, incómoda sobre todo para su derrotada rival, Thóra Arnórsdóttir.
Al igual que los otros candidatos, no apoya entrar en la UE, pero tampoco se opone, y su esfuerzo por discutir otros temas, no ha debilitado la imagen de candidata apoyada en la sombra por la primera ministra, una insinuación lanzada por Ólafur Ragnar Grímsson, que la acusa de ser un mero "títere".
Mayor crisis de su historia
Cuando el nuevo Gobierno de izquierda presentó la solicitud de ingreso en la UE en julio de 2009, Islandia se encontraba inmersa en la mayor crisis de su historia reciente, tras el colapso bancario que había obligado a recibir ayuda del FMI a un país que no podía rescatar unos bancos cuyo tamaño superaba diez veces el del PIB.
Pero Islandia ha logrado revertir la situación poco a poco, pese a los recortes en el gasto público, ayudada por su alto nivel y por una población reducida de en torno 320.000 habitantes. El paro se situó en mayo en el 5,6%, el índice más bajo en tres años, y entre enero y marzo, el PIB creció 2,4% intertrimestral, un 4,5% más que el año anterior impulsado por el aumento del consumo, las exportaciones y el turismo, atraído por la devaluada corona islandesa.
El Gobierno, que ya ha devuelto una quinta parte de su préstamo al FMI, planea relajar el control de capitales y vender una parte de su paquete en los bancos nacionalizados. A pesar del alto endeudamiento que Islandia tiene todavía, las perspectivas económicas son positivas, de ahí que el ingreso en la UE ya no parezca una necesidad, menos aún cuando ésta sufre una crisis de proporciones insospechadas.