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Biden se enfrenta a Ryan en el debate de la vicepresidencia para frenar el ímpetu republicano

  • Las últimas encuestas sitúan a Romney por delante de Obama
  • El 'Medicare' y la política exterior podrían ser temas clave

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Expectación en EE.UU. ante el debate de los candidatos a la vicepresidencia

Los debates a la vicepresidencia de Estados Unidos, tradicionalmente, no suelen tener apenas repercusión, pero el de este 11 de octubre entre el candidato demócrata Joe BidenPaul Ryan podría ser una excepción. Especialmente, tras el tropezón del presidente, Barack Obama durante el primer debate mantenído con el candidato republicano, Mitt Romney, y que implicó un descenso en las encuestas para los demócratas.

De hecho, en el último sondeo hecho público y realizada por Reuters/Ipso, Romney registra un 47 % de las opciones de voto frente al 44 % del presidente Obama, un auténtico vuelvo en los resultados. Obama ha pasado de sacar una ventaja de casi diez puntos a, según este último sondeo, ir por detrás. Los demócratas cuentan con Biden para atenuar el ímpetu alcanzado por los republicanos.

La sombra del debate para la presidencia

Tanto Biden y como Ryan parecen sentirse más cómodos jugando en el tradicional papel político de perro de ataque, y eso puede reflejarse en un debate más abrupto y crítico que el que mantuvieron Obama y Romney.

"Me sorprendería si no hubiera más fuegos artificiales en este debate que los que hubo en el primer debate presidencial", ha manifestado a Reuters el profesor de ciencias políticas de la Universidad de Maine, Mark Brewer.

"El congresista Ryan intentará igualar la agresividad y la confianza que Romney mostró la semana pasada, y el vicepresidente Biden tratará de ser más asertivo, directo, crítico y beligerante que el presidente Obama", ha dicho a Efe Benjamin Knoll, profesor de políticas del Centre College de Danville, donde tendrá lugar el debate.

Biden tiene ante sí el reto de frenar el descenso en las encuestas que ha registrado el presidente Barack Obama desde su debate del pasado jueves en Denver (Colorado), en el que, según reconoció el propio mandatario, fue "demasiado correcto" ante los ataques de Romney.

Obama reconoce que estuvo "demasiado correcto" con Romney en el primer debate.

El candidato demócrata, de 69 años de edad, no es conocido por sus reservas y sus declaraciones políticamente correctas.  Como veterano de dos campañas presidenciales y con 36 años en el Senado, es un polemista con experiencia que combina un conocimiento profundo de la política del país y unas posturas con los ‘pies en la tierra’.

Por su parte, Ryan, de 42 años, se enfrenta por primera vez a este tipo de debate, aunque es uno de los mayores ideólogos del actual movimiento conservador de EE.UU. Combina un comportamiento educado con su voluntad inquebrantable de reducir el papel del Gobierno federal.

Según ha dicho a Efe el profesor emérito de la Universidad de Vanderbilt, Erwin Hargrove, el candidato republicano "representa aproximadamente a la mitad de los seguidores" de su partido y es un "apóstol republicano del capitalismo de libre mercado y el gobierno limitado".

Además, Ryan tiene años de experiencia vendiendo las ideas conservadoras a los votantes en un escenario en el que no están especialmente predispuestos comprarlas. Su distrito electoral en el sureste de Wisconsin es uno de los más equilibrados del país, pero ha ganado la reelección con facilidad en los últimos 14 años, pese a sus llamamientos a recortar programas populares de ayuda social.

La presión de Biden

Tras el primer debate entre Obama y Romney, muchos demócratas han criticado al presidente por permitir que algunas acusaciones del candidato republicano acerca de temas clave como los impuestos o salud, quedaran sin la debida respuesta.

De hecho, tras ello la campaña demócrata ha lanzado mensajes acusando a Romney de mentir sobre estos temas.

Para esta ocasión, el propio Biden ha manifestado que no permitirá que las acusaciones sobre estas cuestiones queden sin respuesta. Sin embargo, la inclinación de Biden a salirse del guión hace que su actuación sea "impredecible", según ha apuntado a Efe el profesor de la Universidad de Maine Mark Brewer.

El debate del ‘Medicare’

De la misma manera que el debate presidencial de la semana pasada se centró fundamentalmente en cuestiones económicas, el debate de la vicepresidencia podría centrarse especialmente en la reforma sanitaria.

Ryan ha construido su reputación con su propuesta de privatizar parcialmente el plan del Gobierno sobre la seguridad social para los ancianos y los discapacitados, en un esfuerzo para evitar que los costos de salud engullan el presupuesto federal.

Los demócratas, por su parte, aseguran que ese plan obligaría a los jubilados a pagar miles de dólares más para recibir tratamiento médico.

El debate de este jueves podría ser la mejor oportunidad para la candidatura republicana para ganarse a los votantes independientes que están preocupados por que Obama no ha hecho lo suficiente para frenar el déficit presupuestario de un billón de dólares, y el ataque contra el plan sanitario puede ser una buena arma.

Otros asuntos

Los últimos acontecimientos, especialmente en Libia, donde murió el embajador estadounidense tras un ataque contra la embajada en Bengasi, han servido a la campaña de Romney para intensificar sus críticas de la administración Obama respecto a su política exterior, especialmente, en Oriente Medio, a la que acusa de debilidad.

Ryan afirmó que un gobierno de Romney y Ryan seguiría una estrategia de “paz a través de la fuerza”, una referencia clara al lema de seguridad nacional favorecido por la Administración de Ronald Reagan.

Sin embargo, el candidato republicano se enfrentará a un veterano con larga experiencia en política exterior. Y aunque la seguridad nacional es una cartera que ha favorecido al Partido Republicano en las pasadas elecciones, la muerte de Osama bin Laden y el programa de seguridad del gobierno de Obama en Pakistán con aviones no tripulados, quizá ayuden a explicar la consistente ventaja del Presidente sobre el tema en los sondeos.

El profesor Benjamin Knoll prevé que Biden recurra a una de sus frases favoritas de campaña, "Osama Bin Laden está muerto y General Motors está vivo", para "recordar a los televidentes el triunfo sobre Bin Laden".

Sobre el papel, la falta de coincidencia de ambos candidatos en política exterior es total. Pero eso no significa necesariamente que Biden tenga ventaja.  "A veces se sabe tanto, que es usted es ineficaz", ha manifestado el profesor de la  Southern Methodist University, Cal Jillson. "Lo que Biden tiene que hacer es tomar todo lo que sabe y destilarlo en algo fácil de digerir para los votantes que no son expertos. Ryan tiene que hacer lo mismo, pero además tiene que sonar como si supiera lo suficiente como para ser creíble".

Mientras Biden recibía sus últimas sesiones de preparación en su residencia de Wilmington (Delaware), Ryan llegará este jueves a Lexington (Kentucky) para asistir a un acto de campaña y desplazarse después a Danville, la apacible localidad de poco más de 16.000 habitantes que este jueves acogerá el único debate vicepresidencial de la campaña.