Francia y Bélgica inyectarán otros 5.500 millones de euros para salvar el banco Dexia
- Ambos Estados ya han tenido que rescatarlo dos veces en los últimos tres años
- La entidad francobelga perdió 1.225 millones de euros en el tercer trimestre
Francia y Bélgica han acordado realizar una nueva inyección de capital de 5.500 millones de euros en Dexia, el banco que ambos Estados ya han tenido que rescatar dos veces en los últimos tres años. La nueva aportación pública a la entidad francobelga puede poner en peligro los esfuerzos que están realizando ambos países para controlar sus elevados déficit públicos.
Según lo pactado en la madrugada de este jueves, Bélgica inyectará 2.915 millones de euros (53% del total), mientras que Francia pondrá los restantes 2.585 millones. Los Estados recibirán como contrapartida acciones preferentes con derecho a voto, lo que permitirá que se beneficien de una eventual ganancia de Dexia.
Sin fondos propios a finales de septiembre
Ese escenario de regreso de los beneficios parece muy lejano si se tiene en cuenta que, según los resultados presentados este jueves, Dexia perdió 1.225 millones de euros solo en el tercer trimestre de este año. Según el comunicado de la entidad, esas pérdidas se ocasionaron por las ventas de activos que generaron minusvalías y redujeron los fondos propios del banco hasta situarlos en negativo a finales de septiembre.
Dentro del pacto también figura una modificación del sistema de garantías aportadas a la entidad, con una reducción del tope de la cantidad cubierta desde los 90.000 millones de euros hasta 80.000 millones, señaló Vanackere.
Además, se ha decidido reajustar el reparto de las garantías que cubren la deuda de Dexia: se ha reducido la parte que asumirá Bélgica desde el 60,5% hasta el 51,4% del total, de modo que ese país se ahorraría 10.000 millones en caso de una eventual quiebra del banco. La anterior división de riesgos suponía para el Estado belga comprometer el 15% de su PIB.
Para entrar en vigor, el acuerdo entre los gobiernos debe ser ratificado por los accionistas de la entidad financiera, algo que se supone ocurrirá ya que la mayoría de los accionistas son organismos públicos de esos mismos países.
Tres rescates y una nacionalización en tres años
El pasado mes de octubre, Francia, Bélgica y Luxemburgo acordaron la división en tres partes de la entidad, cuya actividad se concentraba especialmente en territorio belga. Por eso, ese gobierno decidió crear un banco malo para absorber activos por valor de 90.000 millones de euros.
Desde ese acuerdo para el desmantelamiento del banco, Bélgica ha nacionalizado las operaciones de banca minorista de Dexia en el país y también ha vendido parte de los activos de la entidad, como el negocio de banca privada que poseía Dexia en Luxemburgo, el DenizBank que tenía en Turquía o el 50% de la alianza con el Royal Bank of Canada.
Al comienzo de la crisis de deuda en Europa, en septiembre de 2008, los tres países con ramificaciones del grupo Dexia inyectaron 6.400 millones de euros para recapitalizar la entidad. Un mes después, esa cantidad se amplió en 4.500 millones de euros a través de una garantía extraordinaria para asegurar su liquidez y las nuevas financiaciones interbancarias e institucionales que se realizarán hasta hasta el 31 de octubre de 2009.