Un teólogo brillante y amante de la música
- Es un diestro pianista, apasionado de Mozart y doctor en Teología
- Cuando tenía 15 años le obligaron a alistarse en las juventudes hitlerianas
- Durante el concilio Vaticano II, destacó por sus posiciones reformistas
Enlaces relacionados
Benedicto XVI
1927: Nace el 16 de abril en Marktl am Inn, Baviera
1951: Se ordena sacerdote
1953: Doctor en Teología por la Universidad de Munich
1977: Arzobispo de Munich y Freisin, cardenal
1981: Prefecto del antiguo Santo Oficio
2005: El 19 de abril es elegido papa
2013: Renuncia al pontificado
Culto, accesible, discreto, pero firme en sus convicciones. Son los adjetivos que, según su hermano, definen mejor el carácter de Benedicto XVI. Un papa llamado a ser 'de transición', que no va a completar ocho años al frente de la Iglesia Católica, y al que le ha resultado muy pesada la carga del báculo papal. Este lunes Joseph Aloysius Ratzinger ha anunciado que abandona el pontificado el 28 de febrero.
No tiene el 'don de gentes' de su predecesor, pero Benedicto XVI, mano de derecha de Juan Pablo II durante dos décadas, ha sabido imprimir su sello personal en el gobierno de la Iglesia: el antiguo guardián del dogma, azote de reformistas, ha rescatado el rito latino y se ha enfrentado a los escándalos de pederastia que han salpicado a algunos religiosos, llegando a pedir perdón.
Ratzinger se ha enfrentado durante su pontificado a las dificultades del siglo XXI, en el que, por primera vez, los musulmanes superan en número a los católicos y avanza de forma imparable el secularismo.
Vocación temprana
Cuenta su hermano Georg que desde muy niño, con apenas cinco años, Joseph Ratzinger supo que quería ser cardenal. Hijo de un comisario de policía y de una cocinera, se crió en un pueblo de la región alemana de Baviera. Su infancia está marcada por un ambiente de profunda religiosidad y por el carácter estricto y recto de su padre.
En sus memorias confiesa que, durante la Segunda Guerra Mundial, cuando tenía 15 años, le obligaron a enrolarse en las juventudes hitlerianas. Pero ni él ni su familia comulgaron nunca con el nazismo.
En 1951 se convierte, junto a su hermano Georg, en sacerdote. A partir de ahí, la carrera del joven Ratzinger sube como la espuma: en 1957 empieza a trabajar como profesor de universidad. Muy pronto, su gran preparación y su agudeza le hacen brillar sobre los demás. Corren los años 60 y Ratzinger se prepara para el que será su gran trampolín internacional: el Concilio Vaticano II.
De joven reformista a 'cardenal de hierro'
Entre 1962 y 1965, Ratzinger participa en el Concilio Vaticano II como asesor del cardenal alemán Frings. La reforma, una de las más profundas que ha sufrido la Iglesia, la había convocado, curiosamente, otro de los pontífices llamados 'de transición', Juan XXIII. Es hora de modernizar la Iglesia y Raztinger destaca por sus posiciones aperturistas.
Pero a medida que sube en el escalafón eclesiástico, el carácter de Ratzinger se vuelve más conservador. En 1977 cumple su viejo sueño de ser cardenal. Apenas cuatro años después, Juan Pablo II le ficha para capitanear la Congregación de la Doctrina de la Fe, heredera de la antigua Inquisición.
Un 'duro' con club de fans
Durante estos años, se posiciona en contra del sacerdocio femenino y de los homosexuales en la Iglesia. En el año 2000 publica un polémica carta, Dominus Iesus, en la que defiende que "sólo en la Iglesia católica se encuentra la salvación eterna".
“Solo en la Iglesia Católica se encuentra la salvación eterna“
Sus críticos, como la progresista Asociación de Teólogos Juan XXIII, le acusan ser la punta de lanza de ala más conservadora de la Iglesia (en 2006 llegó a decir que la teoría de la evolución es "irracional"). Ese mismo año renunció al título de Patriarca de Occidente, un recuerdo del cisma que llevó a la escisión de la Iglesia ortodoxa.
Pero, pese a su fama de duro, a Raztinger no le faltan apoyos: en internet, su "club de fans" con su foto. También bate récords desde que abrió su cuenta en Twitter.
La última polémica se suscitó con su libro La infancia de Jesús en el que salvaguardaba la virginidad de María pero, con rigor germano, eliminaba del pesebre a la mula y al buey, dos figuras tradicionales de gran raigambre en la iconografía católica asociada al nacimiento de Cristo. El texto desvela además que los reyes magos eran andaluces.
Sucesor de Juan Pablo II
Después de dos décadas de trabajo en la sombra, en 2005 llega su momento: tras la muerte de Carol Wojtyla, los 'príncipes de la Iglesia' le entregan a Raztinger el testigo. Sólo hacen falta cuatro votaciones para que el hombre fuerte del Vaticano ocupe finalmente el sillón de San Pedro. Su sucesor lo tendrá más difícil. En 2007, Benedicto XVI suprime la elección de papa por mayoría simple y fija una mayoría cualificada de dos tercios. Eso sí, tras 34 votaciones valdrá con mayoría simple.
"Después del gran papa Juan Pablo II, los señores cardenales me han elegido a mí, un simple y humilde trabajador de la viña del Señor". Desde el balcón de las Bendiciones, el recién elegido papa saluda a una multitud enfervorecida, con una sótana blanca que le viene grande. El 19 de abril arranca su pontificado.
Ahora la edad -tiene 85 años- y los achaques le obligan a dejar el solideo papal. En septiembre de 1991, sufrió una hemorragia cerebral de la que se recuperó tras diez días de hospitalización. El 17 de julio de 2009 se fracturó la muñeca derecha al caerse en su residencia de verano y fue intervenido quirúrgicamente en el Valle de Aosta.
La salud del papa siempre ha sido delicada, hace diez años le colocaron un marcapasos y ha trascendido que hace tres meses le intervinieron de nuevo del corazón para remplazarle el marcapasos. Una operación que el portavoz vaticano ha definido como "rutinaria y programada".
Incidentes sufridos por el papa
A lo largo de su pontificado, Benedicto XVI no ha sufrido ningún atentado contra su vida pero su integridad física ha corrido peligro en un par de ocasiones. La primera, en junio de 2007 cuando en la Plaza de San Pedro, un joven alemán logra superar la valla de protección e intenta subir al papamóvil. Los miembros de seguridad lo redujeron y Ratzinger ni se enteró.
En la Misa del Gallo de 2009, -cuyo inicio se adelantó dos horas hasta las diez de la noche- cuando el pontífice se dirigía hacia el altar mayor de la basílica de San Pedro, la joven Susanna Maiolo consigue llegar hasta él. Al agarrarle de la estola de lana que lleva alrededor del cuello, lo desequilibra y cae al suelo. En la caída arrastra al cardenal francés Roger Etchegaray, que tuvo que ser operado al fracturarse el cuello del fémur.
Maiolo, que ya intentó acercarse a Benedicto XVI en 2008, fue ingresada por padecer problemas psiquíatricos.
Más de siete años de pontificado
El jefe del Estado Vaticano en sus más de siete años de pontificado ha publicado tres encíclicas Deus caritas est, en 2006, Spe salvi, en 2007 y Caritas in veritate, en 2009. Ese mismo año viaja a África y realiza unas polémicas declaraciones contra el uso del preservativo para luchar contra el sida.
Entre sus decisiones teológicas destaca la eliminación del limbo, donde iban las almas de los no bautizados, la definición del purgatorio como "un fuego interior" y la ratificación de que el infierno "del que se habla poco en este tiempo, existe y es eterno para los que cierran su corazón al amor de Dios".
“El infierno existe y es eterno“
Benedicto XVI ha sido un pionero en el buen gobierno y la comunicación. En 2010, fue el primer papa que promulgó un documento para luchar contra el blanqueo de dinero en las instituciones financieras vaticanas y tuvo que destituir al presidente del Banco del Vaticano, investigado por la Justicia. En 2011, el pontífice respondió a preguntas en la televisión pública italiana, la RAI, y fue el primer sucesor de Pedro que conectó vía satélite con los tripulantes de la Estación Espacial Internacional (ISS). En 2012, abrió una cuenta en Twitter.
Durante su septenio como obispo de Roma ha proclamado 34 santos y alrededor de 600 beatos, entre ellos, su predecesor Juan Pablo II, un hecho insólito, ya que en los últimos diez siglos ningún papa nombró beato a su antecesor.
El pontificado de la mayoría de los papas termina con una enfermedad incapacitante o el fallecimiento. Sin embargo, el cardenal alemán ha preferido una renuncia voluntaria. El último purpurado que abandonó el báculo de San Pedro fue Gregorio XII hace 600 años. Hasta que haya un nuevo papa elegido por el espíritu santo para dirigir la Iglesia, Joseph Ratzinger se retirará a Castelgandolfo y no participará en el cónclave que designará a su sucesor.