Obama quiere subir el salario mínimo y cerrar un acuerdo de libre comercio con la UE
- Considera que el aumento del salario mínimo impulsará el consumo
- Advierte a los Republicanos que reducir el déficit "no es una política económica"
El presidente de EE.UU., Barack Obama, no ha permitido que las actuales negociaciones con los Republicanos sobre el control del déficit bloqueen su agenda económica y, durante el discurso del Estado de la Nación, ha propuesto una subida del salario mínimo federal desde los actuales 7,25 dólares por hora hasta los 9 dólares. Además, lo vinculará a la inflación "para que, por fin, se convierta en un salario con el cual se pueda vivir".
"En la nación más rica de la Tierra, nadie que trabaje a jornada completa debería vivir en la pobreza", ha declarado Obama, quien se alinea con los economistas y políticos que defienden que, la subida del salario mínimo impulsará el consumo y, con ello, la economía: "Para las empresas de todo el país, esto significará clientes con más dinero en sus bolsillos", ha destacado.
En la parte de la economía internacional, Obama ha propuesto la creación de un acuerdo de librecomercio con la Unión Europea, "para elevar las exportaciones estadounidenses, respaldar los empleos norteamericanos, y lograr igualdad de oportunidades en los mercados en crecimiento de Asia".
"Iniciaremos conversaciones para lograr una amplia alianza transatlántica de comercio e inversión con la Unión Europea, porque el comercio que sea libre y justo a través del Atlántico sustenta millones de empleos estadounidenses bien remunerados", ha explicado el presidente de EE.UU.
Sin novedades en la reducción del déficit
Obama también ha advertido, en clara alusión a los Republicanos- "la mayoría estamos de acuerdo en que el plan para reducir el déficit debe ser parte de la agenda. Pero quiero ser claro: la reducción del déficit en sí misma no es una política económica".
El líder demócrata ha señalado la urgencia de alcanzar un acuerdo sobre la reducción del déficit antes de que el próximo 1 de marzo entren en vigor, de forma automática, los grandes recortes del gasto público, la parte que quedó sin resolver del llamado precipicio fiscal en el acuerdo del pasado 2 de enero.
Sin embargo, no ha ofrecido ninguna concesión nueva a los Republicanos para lograr ese pacto. Es más: ha insistido en suprimir las desgravaciones fiscales a los más ricos para recaudar 800.000 millones de dólares adicionales, un paso al que se resisten sus rivales políticos.
Con esos fondos pretende sacar adelante un plan dotado con 50.000 millones de dólares para modernizar infraestructuras y crear empleos en la construcción.
Pero propuestas como éstas, que implican un aumento del gasto, sí pueden quedarse en nada al llegar al Congreso, donde ya se echaron atrás otras similares en el primer mandato de Obama. Como argumento, los Republicanos aseguran que la inversión de 787.000 millones de dólares del primer plan de infraestructuras lanzado por el demócrata no sirvió para reactivar lo suficiente el empleo.
"No podemos fomentar la clase media, simplemente, pasándoles el costo del cuidado de la salud o de los estudios universitarios a las familias que ya enfrentan dificultades, ni tampoco, forzando a las comunidades a dejar en paro a más maestros, policías y bomberos. La mayoría de los estadounidenses, tanto Demócratas, como Republicanos e independientes, entiende que no podemos simplemente hacer recortes para llegar a la prosperidad. Saben que el crecimiento económico generalizado requiere un enfoque equilibrado a la reducción del déficit, con recortes de gastos y con ingresos, y haciendo que todos hagan lo que les corresponde hacer", ha dicho Obama.
El alza salarial beneficiaría a 15 millones de trabajadores
Así, el presidente estadounidense ha enfocado su discurso económico a la defensa de la clase media, "el verdadero motor del crecimiento económico de los Estados Unidos", y a la creación de empleo, dos de los retos que se le presentan para este segundo mandato.
"Los beneficios de las empresas se han disparado a niveles sin precedentes y, sin embargo, durante más de una década, los salarios y los ingresos apenas se han movido", ha afirmado Obama.
En ese objetivo de aumentar y reforzar la clase media se inscribe su intención de elevar el salario mínimo, lo que beneficiará a 15 millones de trabajadores, según los datos de la Casa Blanca.
Según un estudio de 2011 de la Reserva Federal de Chicago, cada dólar que se incrementa el salario mínimo por hora, crece en 2.800 dólares anuales el gasto en consumo de los hogares.
Los analistas advierten que esta medida puede tropezar con la oposición republicana en el Congreso estadounidense, donde controlan la Cámara de Representantes, y ya han avisado ese alza salarial y el resto de medidas económicas lastrarán a las empresas y, por tanto, a la clase media.
Esos mismos expertos también recuerdan que los Republicanos no se han opuesto siempre a esa medida: George Bush aprobó la anterior subida en 2006 y, más recientemente, Mitt Romney defendió indexar el salario mínimo a la inflación durante su campaña electoral.