Benedicto XVI afirma que su dimisión fue una decisión de Dios

• El papa emérito se lo ha contado a uno de sus visitantes en El Vaticano
• Ratzinger se mantiene discretamente retirado tras dejar el pontificado

El papa Benedicto XVI reza en el campo de concentración de Auschwitz-Birkenau.

La sorprendente dimisión de Benedicto XVI fue una decisión de Dios. Así lo ha confesado el papa emérito, seis meses después de abandonar por iniciativa propia el pontificado, según informa la agencia de noticias católica, Zenit.

Joseph Ratzinger vive voluntariamente recluido en el convento Mater Ecclessiae, dentro de El Vaticano, donde se dedica a la oración y a escribir. Pocas veces recibe visitas externas, pero en una de ellas ha realizado esta sorprendente manifestación, siempre según la agencia.

El papa emérito insiste en que una vez visto el carisma de Francisco se percata aún más de que su decisión estuvo inspirada por Dios. Ratzinger aclara que no se trató de ninguna aparición, sino de una experiencia mística en la que el Señor le hizo ver un deseo absoluto de permanecer a solas con él recogido en oración.

Contención para no confundir a la opinión pública

Medio año después de su extraordinaria decisión -el primer papa que abandona el pontificado de forma voluntaria-, Ratzinger sigue siendo fiel a su carácter reservado y contiene sus reflexiones para que no puedan ser interpretadas por la opinión pública como pensamientos del otro papa.

Benedicto XVI está más convencido que nunca de su medida, hecha pública el 12 de febrero pasado y que sacudió los pilares de la Iglesia. Según la agencia católica, Ratzinger observa las maravillas que el Espíritu Santo está haciendo con su sucesor para comprender la divinidad de aquella revelación.

El papa emérito guarda con Francisco una sintonía desde el punto de vista teológico. Y éste no deja pasar una oportunidad sin expresar públicamente su veneración por el pontífice alemán, con quien conversa dentro del convento en busca de consejos.