Los supervivientes del terremoto de Pakistán claman ayuda ante la falta de asistencia
- La ayuda tarda en llegar a las zonas devastadas por el potente seísmo
- La vasta zona afectada y la falta de infraestructura dificultan la asistencia
- Además, el helicóptero de los equipos de emergencia fue atacado
El número de muertos por el terremoto que el martes pasado afectó el suroeste de Pakistán asciende a 349, según datos oficiales publicados este jueves, mientras preocupa cada vez más la asistencia a los cientos de miles de afectados en la región más pobre del país.
Los equipos de rescate siguen intentando llevar alimentos, agua y medicamentos a los damnificados y heridos en las amplísimas zonas afectadas de la provincia de Baluchistán, pero tan solo 10.000 personas han podido ser acogidas en los campos establecidos.
Un portavoz de la Autoridad Provincial de Gestión de Desastres (PDMA), Saifuramán Khan, ha declarado esta mañana a la agencia Efe que el número de heridos sobrepasa los 600 y que hay más de 20.000 familias afectadas, es decir, unas 160.000 personas según su cálculo.
Sin embargo, fuentes del Gobierno regional citadas por medios locales elevan esta cantidad a 300.000 personas, más acorde con la afirmación del vicepresidente de la Cámara regional, Mir Qudus Bizenjo, que notificó que 40.000 casas han quedado derruidas.
Falta de infraestructuras y carreteras
Los supervivientes se han construido refugios improvisados con palos y sábanas después de que sus casas de adobe o de rudimentario ladrillo cayeran fácilmente ante la magnitud del seísmo. Las autoridades afirman que en algunas localidades el 90 % de los inmuebles quedaron en ruinas.
Es el caso del pueblo de Dalbadin. Allí ya no queda nada. Noor Ahmad recuerda que estaba trabajando cuando ocurrió el terremoto y que corrió a su casa, donde encontró que su mujer y su hijo habían muertos. "Estoy roto. He perdido a mi familia", lamenta.
“Lucha contra la escasez de agua, comida y medicamentos“
Los que han sobrevivido a la catástrofe luchan contra la escasez de suministros médicos y hospitales, y cavan entre los escombros para tratar de encontrar comida, mientras esperan la llegada de ayuda a las aldeas más remotas.
Baluchistán es la provincia más extensa y también la que tiene menores índices de desarrollo en todo el país, y, por ejemplo, la vetusta red de canalización de agua ha quedado segada en muchos tramos, lo cual ha dejado a miles de personas sin acceso a ella.
No solo la vasta extensión de la zona devastada (el distrito más afectado, Awarán, tiene 21.000 kilómetros cuadrados) dificulta el reto de proveer asistencia a los damnificados, la deficiente red de comunicaciones y el peligro de ataques armados también pone en peligro la llegada de ayuda.
Ataque a los equipos de emergencia
El helicóptero del jefe de los servicios de urgencias ha sido atacado con cohetes esta mañana mientras sobrevolaba la zona afectada por el devastador terremoto. Los disparos no alcanzaron su objetivo, según ha informado un funcionario militar a la agencia France Presse.
El Ejército paquistaní sospecha de los rebeldes secesionistas del Frente de Liberación de Baluchistán (BLF), un grupo que exige la independencia de la provincia, aunque nadie ha reivindicado el ataque.
El Ejército paquistaní, que en las primeras 24 horas ya desplegó un millar de efectivos para ayudar en las tareas de rescate, está canalizando buena parte de la ayuda a través de numerosos convoyes que están llegando desde las ciudades de Quetta y la meridional Karachi.