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Los bancos deben destinar 5.000 millones más a provisiones, según el Banco de España

  • Es consecuencia de reclasificar mayor número de créditos como dudosos
  • El supervisor ha exigido a las entidades esa revisión de sus refinanciaciones
  • La cifra es provisional porque se calculó antes del fin del plazo para reclasificar

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El Banco de España estima que la banca española tendrá que  realizar provisiones adicionales por un importe cercano a los 5.000  millones de euros, después de que la revisión de la calidad de los créditos reestructurados o refinanciados de las entidades haya tenido como resultado un aumento de los préstamos dudosos, según el último Informe de Estabilidad Financiera publicado este miércoles por el  supervisor.

Los nuevos criterios para clasificar las refinanciaciones y reestructuraciones de los créditos buscan que los bancos califiquen los 181.305 millones que tienen actualmente en ese tipo de préstamos de forma más homogénea y con un mejor reflejo del riesgo asumido.

El supervisor aclara que  estas provisiones serán asumibles por las entidades a través de sus propios balances y sin necesidad de asistencia exterior. Así, el organismo dirigido por Luis María Linde subraya que  esta cifra podría estar sujeta a cambios derivados de la segunda fase  del proceso de revisión de refinanciaciones, pues la banca remitió  los datos definitivos el pasado 30 de septiembre.

Solo una de cada cuatro refinanciaciones, sin riesgo de impago

Esta cifra es provisional, ya que se basa en la información recibida hasta el pasado 15 de septiembre y que incluye datos hasta marzo de este año. Sin embargo, la estimación coincide  con la adelantada en octubre por el Gobierno, que rebajó así los  10.000 millones en provisiones adicionales calculados en un  principio.

Con los nuevos criterios de reclasificación, el Banco de España calcula que el importe de activos  normales (con los pagos al día) dentro de refinanciaciones se reduciría desde 73.557 millones a  48.193 millones. Eso supone que las entidades creen que solo una de cada cuatro refinanciaciones (26,5%) no tiene ningún riesgo de impago.

Por su parte, los créditos refinanciados dudosos se elevarían a 92.224 millones desde los 71.660  millones de euros anteriores, mientras que los calificados como subestándar (los que presentan problemas de pago, pero sin llegar a ser dudosos) aumentarían desde los 37.218 millones hasta los 40.888 millones.

Conforme a esos resultados, el informe del supervisor resume que se aprecia "una fuerte caída de la cartera normal (35%), un incremento moderado en la categoría subestándar (10%) y un aumento significativo de la dudosa (29%)".

Los créditos dudosos deben estar cubiertos al menos en un 25%

Según apunta el análisis, ha habido un incremento de las refinanciaciones consideradas dudosas de pago en todos los segmentos, aunque es en el de promoción inmobiliaria "donde el efecto es más visible: los activos normales caen más del 50%", mientras que en el resto de actividades se han reducido "un tercio".

Las normas fijadas establecen que las operaciones calificadas como subestándar deberán tener una cobertura mínima del 15%, mientras que para los dudosos deberá provisionarse por lo menos un 25%.

Para que una refinanciación deje de considerarse subestándar o dudosa, el Banco de España ha marcado que se produzca un pago sostenido durante 6 ó 12 meses -dependiendo del vencimiento fijado para la operación-, o que se reduzca el capital adeudado en al menos un 10%.

Con capacidad para absorber pérdidas en una eventual recaída económica

En el informe sobre el sistema financiero, el regulador informa de que ha creado una nueva herramienta similar a los test de estrés a los que se sometió a la banca y que aplicará regularmente a las entidades españolas para comprobar su solvencia y capacidad de asunción de pérdidas en tres escenarios macroeconómicos diferentes: básico, desfavorable y adverso.

El primer examen se ha realizado sobre las 15 principales entidades nacionales para el período 2013-2015 y su conclusión, según el Banco de España, es que "muestran una posición de solvencia en 2015 bastante confortable a nivel agregado", es decir, en conjunto, aunque advierte que el ejercicio "no permite observar con precisión la posición prospectiva de cada banco".

Así, explica que, en el peor escenario (que plantea una recaída de la economía española), las entidades tendrían una capacidad de absorción de pérdidas que supera en 28.600 millones a las pérdidas esperadas. El 72,5% de esas pérdidas se podrían cubrir con las provisiones ya constituidas y el resto, con la capacidad propia de cada entidad para generar beneficios o recurrir a su capital.