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Se rompen las negociaciones para encontrar una solución a la ampliación del Canal de Panamá

  • El consorcio de empresas insiste en que sigue buscando una solución
  • Las empresas aseguran que la Autoridad del Canal ha roto las negociaciones
  • Sacyr asegura que el proyecto es "una pequeña parte" de su cartera
  • En la apertura de la Bolsa, la cotización de Sacyr se hundía casi un 8%

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Incertidumbre sobre el futuro de las obras de ampliación del Canal de Panamá

Las negociaciones para solucionar el conflicto sobre las obras de ampliación del Canal de Panamá se han roto poco antes de que terminase el plazo que se habían marcado la Autoridad del Canal de Panamá (ACP)  y el consorcio empresarial liderado  por la constructora Sacyr. El grupo de empresas ha asegurado que "sigue buscando una solución de financiamiento para terminar el proyecto y las obras en 2015, a pesar de que la Autoridad del Canal de Panamá (ACP) rompió las negociaciones". (Ver documento en .pdf)

Según el rotativo La Prensa, la ACP tiene previsto explicar este miércoles qué sucederá a partir de ahora con las obras del tercer juego de esclusas del Canal.

En un comunicado del consorcio remitido por la constructora española a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), se advierte de que "la ruptura de las negociaciones pone la expansión del Canal de Panamá y hasta 10.000 puestos de trabajo en riesgo inminente" y se amenaza de que, "sin una solución inmediata, Panamá y ACP enfrentarán años de disputas ante los tribunales nacionales e internacionales sobre los pasos que han llevado el proyecto al borde del fracaso".

Sacyr: "La vida sigue"

El consorcio empresarial está liderado por Sacyr y compuesto por la  italiana Salini - Impregilo, la belga Jan De Nul y la panameña  Constructora Urbana, bajo la denominación de Grupo Unidos por el Canal  (GUPC).

Así, el presidente de Sacyr, Manuel Manrique, ha asegurado a RNE que "la vida sigue" y que el proyecto de ampliación del Canal de Panamá representa una "pequeña parte" de la cartera de la compañía.

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"Sacyr seguirá adelante. Ha demostrado al mundo que ha sabido solucionar los problemas técnicos de, quizá, la obra más difícil del mundo", ha añadido.

El martes, varias informaciones apuntaban a la cercanía  de un acuerdo,  lo que contribuyó a que las acciones de Sacyr ganaran  el martes más de  6% en la Bolsa. Tras conocerse la ruptura de las negociaciones, la  constructora española ha comenzado la sesión bursátil del miércoles con  caídas cercanas al 8%.

Por su parte, la ministra de Fomento, Ana Pastor -que medió en el conflicto cuando estalló en enero- ha reclamado "responsabilidad" a las partes en torno a la ampliación del Canal de Panamá y ha advertido de que "lo peor sería que la obra no continuara". "Apelo una vez más a la responsabilidad de las partes, porque creo que lo peor sería que la obra no continuara", ha reiterado la ministra preguntada por los periodistas en la obra de uno de los túneles del tren AVE entre Alicante y Murcia.

Las empresas denuncian una posición "injustificadamente rígida"

Según la nota a la CNMV, ese grupo de empresas "ya ha terminado más de 70% del proyecto del tercer juego de esclusas a pesar de las dificultades y pérdidas financieras" y ha realizado esfuerzos por encontrar una solución, con propuestas "casi diarias" a la ACP.

En esa misma línea, el consorcio asegura que su última propuesta estuvo acompañada de una carta para el administrador de ACP, Jorge Quijano, en la que invitaba a la gestora del Canal de Panamá "a abandonar su posición injustificadamente rígida y unirse a GUPC en el esfuerzo para llegar a una solución que permita terminar el proyecto de conformidad con el contrato y las leyes aplicables".

Así, señala que reiteró "la importancia de recibir el pago de 50 millones de dólares de la ACP por una factura pendiente, discutida en las últimas reuniones, para permitir los pagos a las subcontratistas y a los trabajadores y cubrir así las nóminas de esta semana". Sacyr señala que esa carta y esa petición no han obtenido respuesta y que el consorcio "sigue buscando una solución integral".

En su comunicado, el grupo empresarial explica que las conversaciones se han realizado bajo un protocolo de negociación "propuesto por GUPC y acordado por las partes hace dos semanas" y que sus propuestas permitirían terminar el proyecto, al tiempo que cumplen "el contrato y las leyes aplicables de la República de Panamá y el derecho internacional".

Esas propuestas serían el "cofinanciamiento 50%-50%" del coste para concluir la ampliación, aunque indica que "el contrato y la ley aplicable" establecen "que debe ser el propietario del proyecto quien se hace cargo de todo el financiamiento del proyecto".

Además, recuerda que, independientemente del acuerdo que se lograse para concluir las obras, "un tribunal internacional de arbitraje decidirá quién se hace responsable de los sobrecostes adicionales y quién debe pagar por ellos, bajo el contrato y la ley aplicable".

"Se requiere un plan que permita la finalización de las obras", afirma el consorcio empresarial, por lo que las negociaciones se han enfocado a "cómo financiar los costes adicionales a través de un acuerdo de cofinanciamiento, con el fin de permitir la realización del proyecto mientras que las partes dirimen sus disputas sobre la responsabilidad de los sobrecostos en el arbitraje".

Conflicto por unos sobrecostes estimados en 1.600 millones de dólares

El conflicto entre el Canal de Panamá y el grupo de empresas estalló el pasado 1 de enero, cuando el consorcio amenazó con suspender las obras argumentando la falta de liquidez causada por unos sobrecostes sobrevenidos que estima en unos 1.600  millones de dólares (unos 1.200 millones de euros).

Durante semanas se han sucedido las negociaciones y se ha ampliado en tres ocasiones el plazo marcado para lograr un acuerdo que evitase la interrupción de las obras.

El propio presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, adelantó el  martes que podría haber una posible "feliz conclusión" del conflicto. Sin embargo, el embajador panameño en España admitió que el Gobierno del país contaba con un plan B por si fracasaban las negociaciones.