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Felipe VI llama a una España unida "alejada de la discordia" y que siga un "mismo camino"

  • "Los españoles ya no somos rivales los unos de los otros", señala
  • El rey califica de "orgullo para España" a los sanitarios del ébola
  • Reclama que España recupere "el máximo apoyo posible" a la investigación
  • Lea íntegro el discurso del Rey Felipe VI (.pdf)

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Felipe VI apela a una España "alejada de la discordia" y dice que los españoles ya no son rivales "los unos de los otros"

El rey Felipe VI ha apelado este viernes a una España "alejada de la división y la discordia" y en la que sus ciudadanos no son "rivales los unos de los otros", sino "protagonistas de un mismo camino" en su discurso de la entrega de los Premios Príncipe de Asturias, en el que también ha reivindicado el trabajo de los sanitarios españoles en la lucha contra el ébola y ha dirigido una emotiva vista atrás a los 34 años de estos galardones que el año que viene se denominarán ya "Princesa de Asturias".

Ante un concurrido Teatro Campoamor de Oviedo, al que no ha faltado un año más la reina Sofía, y tras entregar los galardones a todos los premiados acompañado de la reina Letizia, el rey ha hecho un llamamiento a "respetar y observar" el marco constitucional, a la vez que ha subrayado que "todos, ciudadanos e instituciones, estamos sometidos, por igual, al mandato de la Ley".

Felipe VI ha insistido varias veces a lo largo de sus casi 30 minutos de discurso, en la necesidad de "revitalizar nuestra democracia y nuestra convivenica" y "cuidad y fortalecer nuestra vida en común" y ha pedido mirar a la historia para "no repetir los errores del pasado", y también para sentirse "orgullosos de lo mucho y bueno que hemos hecho juntos".

"Los españoles ya no somos rivales los unos de los otros. Somos protagonistas de un mismo camino", ha dicho el jefe de Estado, aplaudido por el público, además de mostrar su convencimiento de que "el afecto y el respeto" son "sentimientos arraigados en el corazón de los españoles y compartidos de norte a sur y de este a oeste de nuestro territorio", que deben preservarse y alimentarse.

Felipe VI también ha valorado el "sacrificio y esfuerzo" de los españoles para superar la crisis económica y ha animado a afrontar el "futuro complejo", pero lleno de "buenas oportunidades" que se abre en el horizonte.

El ejemplo de los premiados

El monarca ha echado la vista atrás al 24 de septiembre de 1980, cuando se constituyó la Fundación Príncipe de Asturias para "rendir homenaje a quienes se sacrifican por un mundo mejor", y, a un año después, cuando, "siendo un niño", entregó los primeros premios y pronunció su primer discurso en público, palabras que han sido recibidas con grandes aplausos e, incluso, con vítores al rey.

En esas 34 años, ha dicho, escuchó "enseñanzas e ideas que han marcado y enriquecido mi vida", por lo que ha confesado sentir gran emoción al volver a entregar los premios como rey, a la vez que ha asegurado que tanto él como la reina han transmitido a sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, el "compromiso por esta noble causa".

Como es habitual todos los años, el príncipe ha tenido palabras de reconocimiento para cada uno de los premiados: del arquitecto Frank Gehry, Premio de las Artes, ha resaltado "la fuerza y belleza" de sus proyectos, entre ellos el Guggenheim que dinamizó Bilbao, y ha dicho que invita a España "a seguir siendo potencia artística y cultural de primer orden"; de Joseph Pérez, Premio de Ciencias Sociales, ha destacado la "pertinencia" de sus enseñanzas, "una versión auténtica de aquello que nos define y singulariza", sobre el devenir histórico de España; del dibujante 'Quino', Premio de Comunicación, ha destacado la humanidad y la ironía de Mafalda y sus personajes y que su obra nos guía "por los mejores y más sólidos principios y valores".

De John Banville, Premio Príncipe de Asturias de las Letras, ha subrayado su "intenso amor a la palabra"; y del Programa Fulbright, Premio de Cooperación Internacional, ha dicho que son "símbolo para la paz y la amistad entre naciones" y ha destacado las buenas existentes con Estados Unidos; y de la Maratón de Nueva York, Premio de los Deportes, "su modelo de convivencia y unidad".

Al destacar los importantes descubrimientos e invenciones de Avelino Corma, y el resto de premiados con el Príncipe de Investigación Científica y Técnica, el rey ha hecho un llamamiento a la necesidad de que España recupere "el máximo apoyo posible" a la investigación, como "condición indispensable para avanzar y competir mejor, para nuestro prestigio y capacidad de ayudar a otros y, sobre todo, para nuestro propio bienestar".

Y de la periodista congoleña Caddy Adzuba, Premio Príncipe de Asturias de la Concordia ha destacado su forma de "dar voz" a todas las "víctimas inocentes", a la vez que ha querido recordar el sufrimiento de su continente, África, con la epidemia de ébola, una "crisis severa" que "nos obliga a la comunidad internacional a concertar y comprometer más esfuerzos en la lucha contra el virus y su propagación mundial". En este marco, Felipe VI ha subrayado y agradecido el ejemplo y la entrega de médicos, sanitarios, científicos, religiosos, cooperantes y militares, "particularmente" el de los sanitarios españoles "por hacernos confiar en su competencia y capacidad. Sois un orgullo para España".

Para concluir su intervención, el rey ha invitado a seguir el "viejo consejo" de Unamuno: "Haced riqueza, haced patria, haced ciencia, haced ética" y, parafraseando a Vicente Ferrer, ha instado a "hacer el bien a los demás", que "sirve para darle sentido a una vida".

Tras la tradicional interpretación del himno de Asturias por gaiteros y a la hora de dar por concluido el acto, el rey Felipe VI ha tenido un pequeño lapsus al finalizar el acto, como es habitual, proclamando la convocatoria de los premios de la próxima edición: "Quedan convocados por primera vez los Premios Príncipe de Asturias.. Princesa de Asturias", ha rectificado el monarca con una sonrisa y provcocando algunas risas entre el público.

De la importancia de la frase a las víctimas de los conflictos armados

Antes de las palabras del rey, como es tradicional han intervenido cuatro de los galardonados. El primero ha sido el escritor irlandés John Banville, Premio Príncipe de Asturias de las Letras, que en su discurso ha destacado la importancia de la palabra para la vida: “La invención más trascendental de la humanidad es la frase. Han existido grandes civilizaciones ignorantes del concepto de la rueda, pero poseían la frase, pues sin ella no habrían sido ni grandes ni civilizadas”, ha afirmado el novelista, de 68 años en una bella alocución.

El químico español Avelino Corma, Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica (junto a Mark E. Davis y Galen D. Stucky), ha hecho un alegato a favor de la capacidad de la química para dar lugar a "procesos más sostenibles que generan menos energía".

Por su parte, el historiador francés Joseph Pérez, Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales, se ha referido a Fray Luis de León, "uno de los genios más excelsos" del Siglo de Oro hispánico, para recordar lo que la civilización universal debe a España y ha señalado que la paz excluye "toda resignación ante la injusticia".

Con Caddy Adzuba, Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, última premiada en pronunciar su discurso, han subido al estrado las miles de mujeres congoleñas "víctimas de los conflictos armados, violentadas y violadas", una mujer "que ha perdido toda su dignidad y vive en la deshonra", ha reivindicado la periodista congoleña en un discurso que ha invocado a "todas las activistas del mundo" y especialmente a las de su país, escenario de una guerra cruel que durante 18 años ha condenado a las mujeres a "la esclavitud sexual y el rechazo de su propia comunidad".

En los alrededores del Teatro Campoamor, coincidiendo con la ceremonia, se han concentrado cientos de personas, convocadas por el movimiento de las Marchas por la Dignidad, por la situación económica y social del país. Los manifestantes, ante la vigilancia de un amplio despliegue policial, han increpado a los invitados que han asistido a la ceremonia al grito de "fuera, fuera", y "vergüenza".