Juncker asume el mando de la Comisión Europea con grandes retos por delante
- Abordará la crisis económica, el encaje del Reino Unido y la relación con Rusia
- El Parlamento Europeo puede ganar peso durante sus cinco años de mandato
Jean-Claude Juncker asume el mando de la Comisión Europea (CE) para los próximos cinco años, en los que tendrá que hacer frente a cuestiones clave como la maltrecha situación económica, el encaje de Reino Unido en el club comunitario o las relaciones con Rusia.
"Los problemas de Europa no pueden esperar. A partir de ahora, mi equipo y yo trabajaremos duro para ofrecer el nuevo comienzo que hemos prometido", afirmó Juncker en una nota publicada apenas dos minutos después de la medianoche, momento en el que tomó el relevo de manos del también conservador José Manuel Durao Barroso.
"Barroso ha tenido que enfrentarse a retos importantes, esto hay que decirlo, aunque quedan muchas cuestiones pendientes y ahora Juncker tiene que empeñarse en una verdadera reforma de la Unión Europea (UE)", señala Vincenzo Scarpetta, analista del centro de estudios Open Europe.
Retos económicos
La crisis del euro, con el parón de las grandes economías y una baja inflación que coquetea con mutar en deflación, y sus consecuencias, como el elevado desempleo que afecta al continente o la creciente desigualdad, es una de las cuestiones que requieren acción con mayor urgencia, según los analistas consultados.
"Es una prioridad, no solo por la inmediatez que requiere y no solo por el interés que tiene para los ciudadanos, sino también porque las opciones más radicales van a seguir beneficiándose del descontento que crea la disciplina fiscal", aseguró la investigadora del Center for European Policy Studies (CEPS) Sonia Piedrafita.
"Barroso deja una Unión un poco menos unida de lo que estaba: hay una división entre el norte y el sur, y se ha auspiciado el alza de los populistas", añadió en la misma línea Scarpetta.
El encaje del Reino Unido
Los euroescépticos marcan con especial intensidad la deriva política en Reino Unido, hasta el punto que el encaje del país en la Unión Europea se ha convertido en una clara preocupación en Bruselas.
"Hará falta una Comisión Europea que entienda que hay un problema de opinión pública en Reino Unido", reflexionó el analista, quien consideró que "Juncker ya está intentando acercarse a la posición de Londres, por ejemplo al poner una cartera tan importante como Servicios Financieros en manos de un británico".
Pero la cuestión británica no será la única circunstancia nacional relevante a la que tendrá que enfrentarse el político luxemburgués, afirmó Piedrafita. La analista apuntó a los interrogantes que abre el auge del partido de izquierda Syriza, que las últimas encuestas coloca en intención de voto por delante incluso del gobernante conservador Nueva Democracia, o la popularidad creciente de Podemos en España.
La unión energética
Otra cuestión que Barroso deja en manos de su sucesor es la articulación de una verdadera unión energética, una cuestión relegada a un segundo plano durante años que ha ganado actualidad tras la alarma creada por la posibilidad de que el conflicto entre Rusia y Ucrania derivara en un nuevo invierno con escasez de gas.
Con un acuerdo entre Kiev y Moscú que asegura por el momento el suministro, el español Miguel Arias Cañete ha asumido las responsabilidades sobre Clima y de Energía, entre las que tendrá que trabajar también para reducir la dependencia energética de la Unión, la falta de conexiones eléctricas entre los socios o los gases de efecto invernadero.
Para ello, tendrá que coordinarse con el vicepresidente para la Unión Energética, el eslovaco Maros Sefcovic, dentro del nuevo diseño de la Comisión que estrena Juncker y que plantea ciertos interrogantes. "Espero que logren tener una buena y clara división de trabajo, porque hay más que suficiente trabajo para dos, es extremadamente importante que esté muy claro saber quién está haciendo qué", recalcó este martes la excomisaria de Clima Connie Hedegaard.
Las relaciones con Rusia
Las relaciones con Rusia serán también una prioridad en el ámbito de Exteriores, así como el desarrollo de la situación en Oriente Próximo y los países del sur del Mediterráneo, a la vez que el desarrollo del propio Servicio Europeo de Acción Exterior, bajo la tutela de la italiana Federica Mogherini, es un desafío en sí mismo.
Otras cuestiones de relevancia para estos cinco años son la controvertida gestión de la inmigración y los refugiados, la firma de tratados de libre comercio con socios como Estados Unidos o las negociaciones para lograr un acuerdo internacional contra el cambio climático en la cumbre de París de 2015.
También se abre un nuevo capítulo en el juego político en Bruselas ya que Juncker "tiene una relación diferente con la el Parlamento Europeo por cómo ha sido elegido", de manera que la institución podría conseguir ganar un mayor peso en la escena europea en esta legislatura, previó Piedrafita.
Juncker tendrá que dar respuesta a todos estos retos tratando de cumplir al mismo tiempo su promesa electoral de aligerar la burocracia europea, para hacerla más efectiva. "La respuesta no es necesariamente 'más Europa', puede ser menos pero mejor, tiene que demostrar que es menos intrusiva y que se centra en los grandes retos", concluyó Scarpetta.