Del teatro al biopic, con permiso de Anderson y Linklater
- Ocho cintas compiten por el Oscar a mejor película
- Las favoritas son Birdman, Boyhood y El Gran Hotel Budapest
- El francotirador, Selma o La teoría del todo podrían dar la sorpresa
- Foxcatcher tenía la calidad suficiente para estar entre las aspirantes
Ocho cintas compiten este año al Oscar a la mejor película. Hay de todo, como cada año, cosas previsibles, cosas sorprendentes, y cosas imprevisibles. No voy a tener en consideración si tienen a su vez, muchas o pocas nominaciones. Echo en falta de forma alarmante una película, Foxcatcher, que me ha parecido fabulosa. No entiendo cómo no ha sido nominada a mejor película. No es la primera vez ni será la última. Dicho esto, centrémonos en los ocho filmes en sí.
Vamos por partes. Primero voy a atacar las que considero favoritas.
El Gran Hotel Budapest, el 'universo Anderson'
De las tres que voy a citar, una de ellas lo hago por lo que para mí ha sido una sorpresa verla con nada menos que nueve nominaciones. No es que no me guste, que me gusta, y mucho, El Gran Hotel Budapest, pero no deja de sorprenderme que esta película de Wes Anderson desapareció de prácticamente todas las listas de favoritas en prácticamente todos los medios... hasta su resurrección en los Globos de Oro y posteriores nominaciones a los Oscar.
¿Dónde está el misterio? Independientemente de todo lo que podamos elucubrar, a mí me parece una película maravillosa. No entró de todas formas en mi top 10 de internacional en las votaciones de @DiasDeCine. Por poco, eso sí.
Es una película deslumbrante y llena del 'universo Anderson', un grupo de actores increíbles y una historia algo más seria en el fondo de lo que nos tiene acostumbrados. Pero… me gustó más Moonrise Kingdom. Y con todo, no descarto que pueda ser la gran ganadora. Estos académicos son un misterio.
Boyhood, la crónica de una vida
Las otras dos grandes favoritas para mí son, claro, Boyhood y Birdman, radicalmente distintas radicalmente hermosas en sus particularidades. De Boyhood -seis nominaciones- me fascina su transparencia, su sencillez, y claro, su 'making of'. Rodar una película durante 12 años es en realidad lo más parecido a seguir a unos personajes de una serie de televisión durante 12 años. Los Simpson llevan más, pero parecen estar en el día de la marmota. Por ellos no pasan los días.
Lo más parecido a Boyhood que puedo encontrar son las crónicas de Antoine Doinel de Truffaut con el actor fetiche que hacía de su alter ego Jean-Pierre Leaud. Pero Boyhood no necesita ser referenciada con nada ni con nadie. Vale por sí misma su peso en oro.
Boyhood es la crónica de una vida (momentos de una vida la titularon aquí), o como dice mi amigo Alberto Bermejo de cómo un niño se hace un hombre. Ni más ni menos. Estupendo ese niño-hombre que es Ellar Coltrane, y estupendos quienes le acompañan, Patricia Arquette y Ethan Hawke, entre otros. Linklater aparte, demostrado ya sobradamente que es un estupendo cronista de lo cotidiano, haciendo de cada uno de esos pequeños momentos que forman la vida, algo tan pequeño como imborrable.
Birdman, la grandeza de una película inclasificable
¿Qué decir de Birdman? A Iñárritu le tenía ya catalogado en casi todas las categorías posibles. Y me había gustado mucho o nada hasta ahora. Mucho en Amores Perros o 21 Gramos. Poco o nada en Babel o Biutiful. Y de repente el cineasta del azar se suelta con Birdman -nueve nominaciones-, una película heterodoxa y personalísima, que se salta todas las previsiones y nos regala una de las películas del año y de los últimos años.
Decir que Michael Keaton está soberbio es quedarse corto -sus compañeros de reparto también, Edward Norton y Emma Stone entre otros-. Creo que buena parte de la culpa de la grandeza de esta película inclasificable, a la que puede intentar definirse desde muchos puntos de vista, se debe a su guion, en el que encontramos las firmas del mismo Iñárritu, pero también la de alguien como Armando Bo, guionista también de Biutiful -que no me gustó nada- pero también director de la maravillosa e inolvidable -para mí- El Último Elvis.
La reflexión sobre el cine, y sobre los actores, y sobre la vida misma, claro, en una película con vocación de único plano secuencia, aunque para eso Sokurov ya dejó el listón muy alto en El Arca Rusa. De todas formas, deslumbrante también en el plano técnico. Y ojo al empleo de la música diegética (por sorpresa).
Una película sobre el teatro, sobre los actores, sobre la ficción y sobre el peso de la fama y el olvido. Sobre la popularidad, la prima pobre del prestigio, como se dice en la película, y por increíble que parezca, sobre algunas cosas más.
Iñárritu es mexicano, muy mexicano, pero asentado en la industria de Hollywood. Y además es autor, y de probada solvencia. Creo que le vino bien dejar a Arriaga como pareja creativa. Tras los titubeos iniciales, creo que ha encontrado el camino. Su siguiente película, The Revenant, promete mucho y me evoca en sus imágenes a la maravillosa Jeremiah Johnson.
Birdman "pinchó" algo en los Globos de Oro, pero, me da a mí, que se va a desquitar en los Oscar.
Tras mis favoritas, repaso el resto. Ya lo veo venir: me equivocaré y me revolcaré por el fango como gurú fracasado, pero... es lo que hay. Sin orden de preferencia, eso sí. Empezando por...
The imitation game, la historia conocida y la desconocida
Nunca entenderé cómo un título estupendo como es The imitation game -ocho nominaciones- se convierte en Descifrando enigma en la historia del matemático Alan Turing más o menos, contada en tres planos temporales muy bien engarzados.
Antes de empezar a ver la película me acordaba de la soporífera Enigma de hace unos años, aunque muy pronto se borra esa amenaza. The imitation game es un peliculón con una gran historia conocida y otra menos conocida. Y muy interesante. Incontestable, por otro lado el trabajo de Benedict Cumberbatch, aunque eso ya no es ninguna sorpresa.
En estos tiempos de amenazas fanáticas, no está de mas recordar los logros de Alan Turing descifrando Enigma (que no fue poca cosa) y sus circunstancias vitales. Occidente tiene mucho que aprender de sus errores, en lo que a personas toca, y políticamente hablando. Este Occidente que ahora parece inmaculado de mancha y culpa ha hecho tropelías en el último siglo de las que avergonzarse bastante.
El francotirador, ¿un gesto con Eastwood?
Clint Eastwood no hace una película mala ni aunque se lo proponga. Ahora que lo pienso mientras escribo esto, los académicos son muy dados a gestos.. Y Eastwood está que si se retira que si no... Sería un punto que American Sniper (El francotirador -seis nominaciones- ganara un Oscar a la mejor película.
Además, es una estupenda película (y con ese punto patriota que tanto gusta a los americanos). Muy bien contada y emotiva, que en algún aspecto me recuerda a The hurt locker (En tierra hostil y en otras a ese emotivo final de Cartas desde Iwo Jima. No diré porqué pero todo aquel que la vea lo sabrá. ¡Ah!, y claro, a Enemigo a las puertas, quien la vea sabrá el porqué. Ya he oído a alguno tildarla de "fascista". También se lo decían a John Ford. No ofende el que quiere, sino el que puede.
Cuenta con Bradley Cooper (que además es productor, y nominado por tercer año consecutivo) para hacer de ese personaje, Chris Kyle, con ese récord de muertes de enemigos como francotirador y a quien sus compañeros llaman "leyenda" y sus compatriotas "héroe". Viendo la película, no puedo dejar de acordarme de aquel personaje de Daniel Brühl en Malditos bastardos. Un francotirador enloquecido que mataba americanos a mansalva... Dicho el chascarrillo, paso a…
La teoría del todo, personajes que gustan en Hollywood
La teoría del todo -cinco nominaciones- es una cinta en la que encontramos eso tan peligroso para estas cosas de los Oscar como es una historia con un personaje con las limitaciones que todo el mundo sabe de Stephen Hawking. Estas cosas gustan, a mí no demasiado, salvo que sea de verdad una buena película y no una película de buenas intenciones. Además, a mí no me gustan, por alguna cosa seguramente freudiana, los biopics.
El problema que me surge, además, es que James Marsh, su director, es el responsable de una de mis películas favoritas absolutamente de estos últimos años, Man on Wire (y además Proyecto Nim), y ya solo eso hace que me tiemblen las piernas, pero no el cerebro. Más allá de la probablemente más que correcta puesta en escena y dirección, y la soberbia interpretación de Eddie Redmayne, (que va a por todas) queda una película que no se me quedará grabada en la memoria como ese documental lleno de poesía sobre la locura de Philip Petit que fue Man On Wire.
Dicho esto, la película, para mi, va a más, tiene buenos momentos, y alguno muy bueno. Hacia el final voy viendo más la mano del director y su pasión por retratar personajes locamente poéticos, Philip Petit no es en el fondo tan distinto de Stephen Hawking (o el buen chimpancé Nim), ambos apuestan por lo imposible, y a su manera, los dos lo consiguen. Lo dicho, de menos a más.
Selma, el momento de Martin Luther King
Selma -dos nominaciones-, dirigida por la, para mí desconocida hasta ahora -aunque ha hecho prácticamente de todo en el cine-, Ava Duvernay, tiene todo eso que vende bien, una gran historia, con Martin Luther King como protagonista, la lucha por los derechos civiles en USA en un momento crucial de su historia reciente, en 1965 -¡uy!, ¡se cumplen ahora 50 años!- y la marcha desde Selma a Montgomery, en Alabama, que terminó por conseguir que el presidente Johnson firmase la ley sobre el derecho al voto.
Excelentes actores, David Oyelowo, Tom Wilkinson, y Tim Roth, y una de esa películas irreprochables con un tema incontestable que, por eso mismo, puede dar la sorpresa a pesar de sus dos únicas candidaturas, máxime cuando el pasado año 12 años de esclavitud pinchó en cierta manera.
Me sirve esto para recordar el excelente documental Freedom Riders, también sobre la lucha por los derechos civiles, y con un retrato un tanto (bastante) desmitificador de Martin Luther King. Debo decir que a mí se me han saltado las lágrimas. Pero tengo fama de blando, aviso. Y es una buena ocasión para recordar a algunos que eso de la lucha por los derechos civiles fue una cosa muy seria, demasiado seria como para compararse con ella. Mucha gente pagó muy cara, pero de verdad, su lucha por su dignidad. Seamos serios. Por cierto, el presidente Barlett de El ala oeste, o sea, Martin Sheen, hace aquí un papel pequeño pero determinante.
Wiplash, un ejemplo de superación
Y para terminar, Wiplash -cinco nominaciones-, dirigida por un muy joven Damien Chazelle que acaba de cumplir 30 años, y muy especialmente interesante por ese acorazo que es J.K. Simmons.
Pero es una historia de antagonismo, de rivalidad y de superación. Y se dice explícitamente en la película, lo dice el personaje de Simmons, Terence Fletcher, un profesor a quien la palabra “exigente” se le queda muy pequeña, al de Miles Teller (Andrew Newman), ese chaval loco por la batería: “Si quieres triunfar has de esforzarte", pero a lo bestia. O sea, una historia muy americana, y por otro lado incontestablemente bien construida sobre el éxito y el esfuerzo.
Y de propina, con una realización muy buena y un montaje fabuloso. Vaya usted a saber, J.K. Simmons ha ganado el Globo de Oro, y aquí se sale.
Por pura vanidad, me gustaría que ganara Boyhood -que acaba de ganar los Bafta británicos-, así podríamos presumir también con los Oscar que "ya lo había anticipado Días de Cine" -como casi todo este año, por cierto- pero los designios de los académicos, como los del Señor, son inescrutables.