Netanyahu pide a los israelNetanyahu pide a los israelíes que no respondan a los ataques: "Nadie tiene derecho a aplicar sus propias leyes"
- El primer ministro de Israel afirma que el suyo es "un país respetuoso de la ley"
- Tensión tras la muerte de un eritreo al que tomaron por un atacante palestino
- El Gobierno paraliza la instalación de bloques de hormigón en Jerusalén Este
El primer ministro de Israel, ha pedido a los israelíes que no se tomen la justicia por su mano en caso de ataques, en un intento por rebajar la tensión después de que, este domingo, un eritreo muriera al recibir un disparo de un soldado israelí y ser después golpeado por varias personas que estaban en el lugar y que lo tomaron por uno de los asaltantes en un ataque palestino.
“Somos un país respetuoso con la ley, nadie tiene derecho a aplicar sus propias leyes“
"Somos un país respetuoso con la ley, nadie tiene derecho a aplicar sus propias leyes", ha subrayado Netanyahu este lunes en unas declaraciones en la radio pública.
"Estamos en una lucha continua que ganaremos. Los civiles que son atacados actúan con lucidez, pero la gente debe acudir a los organismos de seguridad", ha añadido el primer ministro, en plena ola de violencia entre israelíes y palestinos, que ha despertado el nerviosismo y le miedo de buena parte de la sociedad israelí, especialmente ante los ataques con cuchillos.
Uno de estos ataques tuvo lugar este domingo, cuando un palestino entraba en la estación de autobuses de Beersheba, en el sur de Israel, armado con una pistola y un cuchillo; el joven de 21 años mató a un soldado israelí de 19, se hizo con su fusil M-16 y comenzó a disparar indiscriminadamente, hiriendo a una decena de personas antes de ser abatido.
En la confusión, un agente de seguridad disparó contra un eritreo de 29 años, Habtom Zarhum, que intentaba refugiarse de los disparos y que fue confundido con un asaltante; después, un vídeo muestra a varias personas propinándole patadas en la cabeza. Zarhum falleció posteriormente a causa de sus heridas.
Clima de tensión entre los ciudadanos
La muerte del inmigrante ha suscitado una considerable polémica y la policía israelí ha calificado la agresión de "extremadamente grave", por lo que está investigando para hallar a las personas que le golpearon.
Sin embargo, el director local de la organización Human Right Watch, Sar Bashi, ha declarado a AFP que su muerte es "una consecuencia trágica pero previsible en un clima en el ciertos políticos israelíes animan a los ciudadanos a tomarse la justicia por su mano".
Muchos israelíes se pertrechan estos días con armas y aprenden técnicas de defensa personal ante la escalada de violencia y los ataques con cuchillos de palestinos, en un clima de tensión que alimentan las incitaciones al odio desde los sectores más radicales de ambos bandos.
Por el momento, la ola de violencia que sacude la región se ha cobrado la vida de casi 40 palestinos, una quincena de ellos abatidos cuando perpetraban un ataque, y de siete israelíes, además de decenas de heridos en ambos bandos.
Los muros de hormigón, paralizados en Jerusalén
Para frenar esos ataques con cuchillos, que se llevan a cabo sobre todo en Jerusalén, el Gobierno israelí ha intentado bloquear los barrios árabes, con bloques de hormigón que dificultan el tránsito y permiten el control de los viandantes.
Sin embargo, los medios locales señalan este lunes que Netanyahu ha paralizado la colocación de grandes bloques de hormigón que la Policía había comenzado a instalar en Jerusalén Este, hasta completar una decena de metros, para no dar la impresión de que la ciudad está siendo dividida.
El diario Yediot Aharonot atribuye esa orden a las fuertes presiones de los ministros más nacionalistas del Gobierno israelí, entre ellos los de Educación, Nafatlí Benet, Transporte, Israel Katz, e Inmigración, Zeev Elkin. Los tres se habrían quejado de que no ofrece una buena impresión durante la reunión del Consejo de Ministros de este domingo, en la que se abordó el cierre de los barrios palestinos de la ciudad con retenes en carreteras y, en los casos de Isawiye y Yabel Mukaber, también con paredes prefabricadas de hormigón de varios metros de alto.
La decisión, que ya había sido aprobada en una reunión anterior del Gobierno israelí, sorprendió a algunos ministros tras conocer, a través de los medios, que la barrera de Yabel Mukaber podría llegar a una longitud de 300 metros, lo que a su juicio daría la sensación de división de facto de la que Israel considera su "capital eterna e indivisible".