Huelga en la empresa pública Tragsatec para protestar por los recientes despidos
- Trabajadores de la empresa y de su matriz, Tragsa, se manifiestan ante la SEPI
- El grupo público ya ha comunicado 580 despidos del máximo previsto de 1.336
- El ERE, anulado por la Audiencia Nacional, fue avalado por el Supremo en octubre
Los trabajadores de Tragsatec -filial de Tragsa e incluida en ese grupo público- están convocados este martes a una huelga general para protestar por la ejecución de los despidos previstos en el ERE anunciado en 2014, el mayor previsto hasta ahora en una empresa pública. Esa regulación de empleo se presentó cuando el grupo registraba ligeras pérdidas y, en este momento -según recuerdan los sindicatos-, la situación ha cambiado y el año pasado se consiguieron beneficios.
La huelga ha sido convocada por los sindicatos CC.OO., UGT, C-SIF y CGT, todos los mayoritarios en los distintos centros de trabajo de esa empresa especializada en I+D, ingeniería y consultoría (enfocados a agricultura, forestales, medioambiente, desarrollo rural y marino) y muy descentralizada, con representaciones en todas las comunidades autónomas.
Los sindicatos convocantes han comunicado que el seguimiento medio de la huelga ha sido del 40%, aunque han señalado que este no ha sido homogéneo en todos los territorios y centros; mientras que la empresa no ha dado cifra oficial.
En Tragsa no se ha convocado la jornada de paro este martes por un problema de calendario, pero está previsto que se haga a finales de este mes. En algunos lugares ya han comenzado movilizaciones, como en Valladolid, donde un grupo de trabajadores permanece encerrado en el centro de trabajo desde Nochevieja.
Despidos de ida y vuelta
De hecho, la manifestación de protesta de este martes ante la sede de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) -propietaria formal del grupo Tragsa- ha sido convocada por los sindicatos de todo el grupo y ha congregado a varios centenares de trabajadores de Tragsa y Tragsatec en el centro de Madrid.
A finales de 2013, el Grupo Tragsa -en ese momento, la mayor empresa pública por número de trabajadores- presentó un ERE que incluía 1.336 despidos y que no había sido pactado con los sindicatos. Comenzaron los despidos, pero el proceso fue anulado en abril de 2014 por la Audiencia Nacional, que ordenó la readmisión de losque habían echado.
Tras un recurso de la empresa, el Tribunal Supremo avaló el pasado octubre la legalidad del expediente de regulación de empleo, abriendo la puerta de nuevo a la ejecución de los despidos.
"El ERE se está ejecutando salvajemente"
"La dirección está actuando de mala fé y no quiere negociar nada. Cuando se presentó en ERE, Tragsa tenía algo de pérdidas, pero ahora tiene beneficios. Hasta noviembre de 2015, el grupo registraba 3 millones de euros de beneficio y Tragsatec, un millón. Aún así, el ERE se está ejecutando salvajemente", explica la secretaria general de CC.OO. en Tragsatec, Carmen Torrente, a RTVE.es.
Esta representante sindical recuerda que la empresa empezó a comunicar las rescisiones de contratos el pasado 29 de diciembre y que, hasta ahora, ya han despedido a 580 trabajadores en todo el grupo, 260 de ellos en Tragsatec. "Y todos los que han echado en Tragsatec tenían trabajo, no estaban mano sobre mano, así que no sabemos que pasará, si ese trabajo no se hará o si se repartirá entre los empleados que siguen", añade.
"El número de despidos comunicado hasta ahora ya es mayor a la que ejecutaron en 2014, tanto en Tragsatec como en el grupo, y a este ritmo, en el plazo del 31 de enero marcado por la empresa, nos quedaremos muy cerca del máximo de 1.336 anunciado", advierte Torrente, que subraya también la falta de transparencia de la dirección, que no ha proporcionado la lista detallada de los incluidos en el ERE, tal y como le han solicitado los sindicatos.
"Algunos despedidos se han enterado al ver que les habían ingresado dinero en el banco y no sabían por qué", señala como ejemplo del método seguido por la empresa.
Según la sindicalista, "el reparto de los despidos está siendo muy desigual. Hay algunos centros de trabajo que no han tenido ninguno por ahora y, por ejemplo, se han cebado mucho con el colectivo de veterinarios de Asturias, también los de Extremadura han tenido muchos. Y en Andalucía, Comunidad Valenciana, Baleares y las dos Castillas se han despedido a muchos en todas las categorías, y algunos en Aragón, Murcia y Galicia".
Además, Carmen Torrente relata que a algunos de los despedidos en 2014 se les prometió que, si admitían ser trasladados de destino, tendrían pocas posibilidades de que les echaran si salía adelante el ERE. "Admitieron los traslados y, después de cambiar de domicilio y mudarse con sus familias, ahora les han vuelto a despedir", destaca.