Manifestaciones masivas plantan cara a Macron en su primer pulso sindical
- Es la primera huelga contra la reforma laboral por decreto de Macron
- Según el sindicato CGT se han movilizado 400.000 personas
- Según el Gobierno, han sido unos 220.000 los manifestantes este martes
- Varias personas resultaron heridas en París
- Las compañías aéreas "lowcost" han sufrido retrasos y cancelaciones de vuelos
La primera jornada de protesta contra la reforma laboral del presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha movilizado este martes a centenares de miles de personas en el país, aunque no ha tenido la amplitud suficiente para doblegar la voluntad del Gobierno. Según el Ejecutivo, han salido a la calle unos 220.000 manifestantes. Por su lado, el sindicato CGT afirma que se han movilizado "más de 400.000 personas en toda Francia", según el líder de esta formación, Philippe Martínez.
Las protestas rechazan la flexibilización del mercado laboral que el Ejecutivo pretende aprobar por decreto el próximo día 22. A pesar de los paros y disturbios registrados, la participación ha sido inferior a los 450.000 manifestantes registrados por CGT hace medio año en las huelgas convocadas contra una reforma más tibia, que finalmente sacó adelante el socialista François Hollande.
En esta ocasión, las acciones se han traducido en anulaciones de vuelos y retrasos en los trenes, pero no han creado la sensación de parálisis. La amplia victoria de Macron en las presidenciales de mayo pasado, refrendada en junio en las legislativas, con un programa en el que la reforma laboral figuraba entre uno de los puntos destacados, parece haber anestesiado en parte la contestación de la calle.
Macron abre grietas entre los huelguistas
El presidente logró, además, romper el frente unido de los sindicatos con concesiones en el periodo de concertación a algunos de ellos, lo que ha provocado que solo la CGT, segundo sindicato del país, convocara la huelga general de este martes.
Ni la CFDT, primera central obrera y de talante reformistas, ni FO, muy potente en la función pública, se sumaron a este llamamiento, aunque muchos militantes de ambos sindicatos y algunas federaciones acudieron a las manifestaciones.
La apuesta de la CGT, que ya fue la punta de lanza de la oposición obrera a la anterior reforma, no parece haber logrado desviar a Macron de sus planes reformistas. Así lo expresaron algunos ministros tras la jornada.
El presidente logró incluso robar parte de la atención mediática a las protestas con un bien orquestado viaje a las Antillas francesas, recientemente golpeadas por el huracán Irma, y una puesta en escena que le hizo aparecer como un capitán al frente del navío.
Choques violentos
Todo lo contrario que la imagen que dejaron las manifestaciones, que se cerraron con enfrentamientos entre radicales enmascarados y las fuerzas del orden, un intercambio de proyectiles humeantes que se ha convertido en una costumbre en el cierre de las movilizaciones en Francia en los últimos tiempos.
Varias personas resultaron heridas en París, donde la mayor movilización -60.000 manifestantes, según la CGT, 24.000, según la policía-, se saldó con detenciones, mientras que en Nantes (oeste) también hubo disturbios.
En plena campaña de recuperación de la imagen tras el hundimiento de su popularidad que sufrió en el verano, Macron afronta con serenidad el reto sindical.
Las centrales obreras se han marcado el reto de doblar el brazo del presidente en esta ley y, para ello, han convocado otra jornada de manifestaciones, esta vez más unitaria, para el próximo día 21, la víspera del día en el que el Gobierno publicará los cinco decretos leyes que reformarán el mercado laboral.
Dos días más tarde el relevo lo tomará el movimiento creado por el diputado ultraizquierdista Jean-Luc Mélenchon, La Francia Insumisa, que ha convocado otra gran jornada de protesta esta vez con marcado carácter político. En la mañana de este martes, Mélenchon era arropado en Marsella por miles de personas en manifestación contra esta reforma.
A juicio de este político, el plan laboral de Macron "favorece el dumping social" y no responde a una demanda de los franceses. El responsable de la Francia Insumisa dijo que "nadie ha pedido que se reforme la normativa laboral, aparte de un grupo de iluminados en el Medef", la principal organización patronal.
Incidencia en aeropuertos y transportes
En la mañana de este martes, la huelga ha tenido incidencia en el transporte aéreo realizado por las compañías de bajo coste y en los trenes regionales y de cercanías. Un portavoz de la Dirección General de la Aviación Civil (DGAC) dijo a Efe que la huelga estaba siendo "poco seguida" por los controladores y que se registraban retrasos de entre 20 y 60 minutos, en particular en las líneas que sobrevuelan el sureste de Francia dependiente del centro de tráfico de Aix en Provence.
Los principales problemas estaban en los dos aeropuertos de París -Charles de Gaulle y Orly-, Beauvais, Marsella y Estrasburgo. El portavoz insistió en que la DGAC no había pedido a las compañías que cancelaran sus enlaces y no quiso pronunciarse sobre el caso de Ryanair, que ha anulado 110 de sus vuelos por las protestas de los controladores aéreos franceses.
Otras aerolíneas de bajo costo, como Easyjet, Vueling y Volotea habían cancelado en torno a una decena de vuelos, precisó la DGAC.
La jornada de protestas contra la flexibilización del mercado laboral, una de las principales reformas promovidas por el presidente francés, Emmanuel Macron, también tuvo incidencia en los ferrocarriles franceses, con anulaciones sobre todo en las líneas regionales y de cercanías de París, así como en los transportes urbanos de algunas ciudades.
La compañía ferroviaria francesa SNCF aseguró que iba a mantener la totalidad de sus trenes de alta velocidad (TGV), incluidos los Thalys a Bélgica y Holanda, los Eurostar a Londres o las líneas con España (únicamente el Barcelona-Toulouse finalizará su trayecto en Perpiñán y los pasajeros serán dirigidos a otro convoyes).
Esta mañana Martínez justificó su convocatoria en una entrevista al canal France 2 en el que denunció la actitud de Macron que a su juicio "divide a los ciudadanos", y señaló que el decreto-ley que el Ejecutivo adoptará la semana próxima "es peor" que la reforma laboral del anterior presidente, el socialista François Hollande.
La CGT es el único de los tres grandes sindicatos del país que ha decidido salir a la calle contra la reforma laboral, ya que los otros dos, la Confederación Francesa Democrática de Trabajadores (CFDT) y Fuerza Obrera (FO), consideran que han obtenido algunas concesiones en la negociación con el Ejecutivo.