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Volkswagen suspende a su jefe de relaciones públicas por el escándalo de los experimentos con monos

  • Asegura que Thomas Steg ha pedido asumir toda la responsabilidad
  • El implicado explica que los investigadores querían usar humanos y él lo impidió
  • La empresa no se pronuncia sobre los ensayos con humanos hechos en Alemania

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Almacén automático de vehículos de Volkswagen en su planta de Wolfsburg
El grupo alemán investiga el escándalo de los experimentos que hicieron inhalar a monos las emisiones contaminante de sus vehículos.

La dirección de Volkswagen ha anunciado este martes que suspende a su jefe de relaciones públicas e institucionales después de que haya asumido voluntariamente la responsabilidad por los ensayos realizados con monos en EE.UU. para probar el efecto de la inhalación de los gases contaminantes emitidos por los automóviles diésel.

"Thomas Steg ha sido liberado de sus responsabilidades hasta que se aclare lo sucedido", ha informado el grupo líder del sector de la automoción en un comunicado, donde afirma que "las investigaciones [internas] avanzan muy rápido" y la suspensión del directivo es una de "las primeras consecuencias".

En esa nota, Volkswagen sólo se refiere a los experimentos con monos y no a los realizados en 2013 y 2014 en el instituto de la salud de la ciudad alemana Aquisgrán con 25 personas voluntarias, que fueron encargados por el mismo organismo que pidió los de EE.UU., el grupo europeo que estudia el impacto del transporte en el medio ambiente y la salud (EUGT), financiado por Volkswagen, BMW, Daimler y el fabricante de componentes Bosch.

En el comunicado de este martes, el consejero delegado de Volkswagen, Matthias Müller, afirma que Steg ha pedido "asumir la responsabilidad total" de los ensayos con monos, un escándalo que se suma al de la manipulación de las emisiones contaminantes en los vehículos fabricados por el gigante alemán.

Steg: yo impedí a los investigadores de EE.UU. hacer pruebas con humanos

De hecho, en la época en que se hicieron esas pruebas, el año 2014, esas emisiones estaban trucadas para aparecer como menos contaminantes a la hora de hacer las pruebas de control, pero que en circulación real emitían hasta 40 veces más de los niveles autorizados.

Además, Thomas Steg ha admitido en el diario Bild que fue informado de los ensayos de laboratorio realizados para estudiar los efectos de las emisiones de dióxido de nitrógeno de los motores diésel de Volkswagen. Pero en esas declaraciones asegura que él impidió que se hicieran con humanos a través del EUGT,

"Los investigadores estadounidenses querían hacer sus pruebas con voluntarios humanos", explica en el rotativo alemán, donde añade: "Yo les respondí que no podía autorizar eso" y se decidió "realizar el estudio con monos".

El todavía responsable de relaciones públicas insiste en que, "visto desde la distancia, este estudio nunca debería haberse realizado, ni con personas ni con monos. Lo que ha pasado, nunca debió ocurrir". "Lo lamento de verdad", concluye Steg, que fue portavoz de la Cancillería de Alemania cuando la ocupaba el socialdemócrata Gerhard Schröder.

En lo que se refiere al segundo frente abierto - los experimentos realizados en 2013 y 2014 con 25 personas en el instituto de la salud de la ciudad alemana Aquisgrán-, Thomas Steg ha tratado de justificarlos, al asegurar que los voluntarios fueron expuestos a "niveles bastantes más bajos de los que hay en muchos lugares de trabajo" y ha añadido que ninguna de esas personas "ha sufrido ningún daño".

La Comisión Europea, "impactada"

Por otro lado, desde Bruselas, la Comisión Europea ha condenado los tests y se ha mostrado "impactada" por esas revelaciones.

"Tomamos nota de que las autoridades alemanas quieren investigar este asunto y confiamos en que lo harán", ha señalado el portavoz del Ejecutivo comunitario, que considera que este tipo de temas "exigen una actuación urgente de las autoridades" alemanas.

La comisaria europea de Industria, Elzbieta Bienkowska, ha destacado en su cuenta de Twitter que este tipo de experimentos son "inmorales e inaceptables en una empresa europea del siglo XXI".