Trump autoriza la difusión del informe contra el FBI y desliza que podría despedir al 'número dos' de Justicia
- El presidente de EE.UU. desclasifica el memorando republicano, que ya es público
- Afirma que Rod Rosenstein pidió a un juez escuchas a su campaña con datos falsos
- "Deduzcan ustedes lo que va a pasar", dice Trump al ser preguntado por Rosenstein
- Los demócratas amenazan con pedir la destitución del presidente si le despide
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha decidido entablar batalla contra los responsables de investigar la trama rusa y, tal como había anunciado, este viernes ha autorizado la difusión pública de un informe elaborado por varios congresistas republicanos que acusa al FBI y al número dos del Departamento de Justicia, Rod Rosenstein, de espiar su campaña electoral basándose en datos sesgados, a pesar de que tanto el director del organismo, Christopher Wray, como el Departamento de Justicia se han opuesto a que se haga público.
“Lo que ocurre en nuestro país es una vergüenza. Mucha gente debería sentir vergüenza“
"Ha sido desclasificado, veremos qué pasa", ha declarado Trump ante la prensa en el Despacho Oval, poco antes de que el Congreso publicará el memorando, de cuatro páginas. "Lo que ocurre en nuestro país es una vergüenza. Mucha gente debería sentir vergüenza", ha añadido el presidente.
Sobre Rosenstein, que como número dos de Justicia es el inmediato superior del fiscal especial que investiga la trama rusa, Robert Mueller -dado que el fiscal general, Jeff Sessions, ha tenido que inhibirse por estar implicado en el caso-, Trump ha sido ambiguo y, cuando los periodistas le han preguntado si tiene confianza en él o bien la publicación del informe republicano puede llevarle a despedirle, se ha limitado a contestar: "Deduzcan ustedes lo que va a pasar".
En cualquier caso, la oposición demócrata ya ha advertido de que Trump se enfrentará a una "crisis constitucional" si utiliza el informe como pretexto para deshacerse de los principales investigadores de la trama rusa: "Despedir a Rod Rosenstein, a dirigentes del Departamento de Justicia, o a Bob Mueller, podría crear una crisis constitucional sin precedentes" desde la era Nixon, reza una carta remitida por los líderes demócratas del Congreso al presidente, en la que le avisan de podría considerarse "una obstrucción a la justicia" y provocar su destitución.
Datos sesgados para espiar a colaboradores de Trump
El informe, de apenas cuatro páginas, ha sido elaborado por varios miembros republicanos del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, uno de los que investiga la trama rusa, por encargo del presidente del comité, Devin Nunes, uno de los congresistas republicanos afines a Donald Trump.
El texto recopila diversos indicios que, a juicio de sus autores, "suscitan preocupación sobre la legitimidad y la legalidad de ciertos usos de la Ley de Vigilancia de la Inteligencia Extranjera [FISA, en sus siglas en inglés] por parte del Departamento de Justicia y la Oficina Federal de Investigaciones". Además, señalan que esos "hechos" recogidos en el memorándum "representan una ruptura preocupante de los procesos establecidos para proteger al pueblo estadounidense de abusos ligados al uso de FISA".
La norma a la que se refiere el memorando es la que amparó las escuchas que el FBI llevó a cabo, según el documento desde octubre de 2016, contra Carter Page, un consultor especializado en la industria del petróleo con numerosos contactos en Rusia que había asesorado en materia de política exterior a la campaña electoral de Trump y que se sospechaba podía tener vínculos con el Gobierno ruso.
Esas escuchas deben ser autorizadas por un tribunal secreto establecido para supervisar la aplicación de esa normativa, conocido como Corte FISA, y, dado que Page es ciudadano estadounidense, el permiso debe renovarse cada 90 días, con el respaldo explícito tanto del director o el subdirector del FBI como del fiscal general o el vicefiscal general -el cargo que ocupa Rod Rosenstein-. Sin embargo, según el documento, tanto la solicitud inicial como las sucesivas renovaciones, hasta tres, se basaron en datos sesgados, ya que al presentarlas ante el magistrado "se omitió información material y relevante".
Información financiada por los demócratas
En concreto, el memorando señala que las escuchas se justificaron con información extraída del informe elaborado por Christopher Steele, un antiguo espía británico que, según detalla el documento, recibió 160.000 dólares del Comité Nacional Demócrata y la campaña de Hillary Clinton a través de dos empresas, con el objetivo de "obtener información negativa sobre los vínculos de Donald Trump con Rusia".
Siempre según el informe republicano, "ni la solicitud inicial de octubre de 2016, ni ninguna de las renovaciones, reconocía o mencionaba el papel del Comité Nacional Demócrata, la campaña de Clinton, ni ningún recurso partidista o de campaña en el trabajo de Steele", pese a que tanto el Departamento de Justicia como el FBI lo conocían.
“Estaba desesperado por que Donald Trump no fuera elegido y deseaba con todas sus fuerzas que no fuera presidente“
Más adelante, el memorando señala que, aunque Steele dejó de ser una fuente fiable para el FBI, mantuvo contacto con altos cargos del Departamento de Justicia. Y subraya, en concreto, que a uno de ellos, el vicefiscal general adjunto Bruce Ohr, le reconoció en septiembre de 2016 su animadversión hacia Trump, al señalar que "estaba desesperado por que Donald Trump no fuera elegido y deseaba con todas sus fuerzas que no fuera presidente".
La mayoría del informe se centra en desacreditar los datos de Steele, señalando que estaba solo "mínimamente corroborado", además del abuso de poder que supuso usarlo como argumento: "La solicitud a la corte FISA ignoró u ocultó las motivaciones financieras e ideológicas de Steele en contra de Trump".
Un golpe contra la investigación de la trama rusa
En ese sentido, recoge que el exdirector del FBI James Comey, que fue quien inició la investigación de la trama rusa y que acabó siendo despedido por Trump, reconoció en su declaración ante el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes en junio del año pasado que el informe del antiguo espía británico era "salaz y sin verificar".
Sobre todo, el memorando recalca desde su inicio que el propio Comey firmó tres solicitudes para recurrir a FISA bajo esas premisas; su número dos Andrew McCabe, que dimitió hace una semana, rubricó otra más; y Rod Rosenstein firmó "una o más de las renovaciones". Es decir, apunta directamente contra tres de los principales impulsores de la investigación sobre la trama rusa.
Sin embargo, el FBI ha alertado de que el memorándum contiene algunas "omisiones de hechos materiales" que podrían comprometer su "exactitud"; también el Departamento de Justicia se mostró en contra de su publicación, al avisar de que revela aspectos clasificados como secretos y rompe la confidencialidad prometida a quienes comparecieron ante el comité del Congreso.
El propio Devin Nunes, en la carta con la que justifica la publicación del informe, recalca que "para ser claros, el memorándum refleja los juicios de los congresistas autores". Es decir, se reconoce que no es la opinión de todo el Comité de Inteligencia y que es una opinión de parte, pese a que se argumenta su difusión por "su significativo interés público".