Guerra y Constitución. Documental de ’La aventura del saber’ emitido en 1996 que repasa los acontecimientos vividos en España entre la revuelta del 2 de mayo de 1808 y la proclamación de la Constitución en 1812.
MARIO VALLEJO / RTVE.ES El levantamiento del 2 de mayo y la consiguiente Guerra de la Independencia contra los franceses tiene lugar en un contexto de crisis interna y supone el fin (aunque no definitivo) de la monarquía absoluta en España.
Carlos IV accede al trono en 1788 y coloca a Godoy como valido. Su política internacional es de sumisión a Francia, donde también reinan los Borbones, y de enfrentamiento con Inglaterra. Esto sigue siendo así incluso después de la Revolución Francesa (1789), tras la cual accede al poder Napoleón.
A finales de 1807, Godoy firma con Napoleón el Tratado de Fontainebleau por el que proyectan la invasión de Portugal, que se repartirían Francia y España. Para ello, se permite el libre tránsito de las tropas francesas por la Península.
El 19 de marzo de 1808, Fernando VII fuerza la abdicación de su padre, muy criticado por haber delegado casi todo el poder en Godoy.
Francia tiene a finales de abril unos 60.000 soldados en Madrid y otros miles en diversas plazas estratégicas, incluida Barcelona. Además, el general francés Murat manda a Fernando VII a entrevistarse con su cuñado Napoleón, una cita que tendrá lugar en Bayona (sur de Francia).
El 2 de mayo, el pueblo de Madrid se rebela cuando las tropas francesas sacan de palacio al resto de la familia real. Decenas de madrileños de la clase popular mueren luchando con medios muy precarios contra las tropas imperiales.
El alcalde de Móstoles es el primero en ordenar la resistencia ante el vacío de poder en el Estado. Enseguida, varias Juntas Provinciales llaman también a luchar contra los franceses, que en ese momento ya dominan casi toda Europa.
En tanto en Bayona, Fernando VII, obligado por Napoleón, devuelve la corona a Carlos IV. Este la cede inmediatamente a José Bonaparte, hermano del emperador francés, al que el pueblo llamará despectivamente Pepe Botella.
Los españoles pierden las primeras batallas ante el poderío militar de las tropas napoleónicas, constituidas entre otros por polacos y mamelucos (turcos). En esas circunstancias de inferioridad, la población ensaya una nueva forma de lucha: la guerrilla, que tiende emboscadas en la retaguardia aprovechándose del conocimiento del terreno.
Los ingleses auxilian a los españoles y dan la vuelta a la contienda. Los liberales españoles redactan en Cádiz una Constitución, llamada la Pepa, aprobada el 12 de marzo de 1812. A comienzos de 1814, las tropas francesas culminan su retirada de la península Ibérica.
Fernando VII vuelve a España, donde es bienvenido. El Rey acabará derogando la Constitución y toda la obra revolucionaria, que reivindicarán unos años después Riego y otros (1820).En definitiva, los efectos de la revuelta y de la Guerra de la Independencia son más visibles a largo que a corto plazo, ya que España acaba sometida de nuevo al poder de un monarca absoluto.
Por su parte, en su exilio en la isla de Santa Elena, Napoleón confesó que "la maldita guerra de España" había sido su "perdición", según el relato del conde de Las Cases. En el tablero internacional, el país más beneficiado es Inglaterra.
Todo ello abre la vía a otros procesos de verdadera independencia, los de las colonias americanas. En los próximos años se celebrarán los Bicentenarios de estos hechos. El Instituto Elcano los irá analizando en su web.