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El fuego comenzó a las tres y media de la madrugada. 238 huéspedes estaban alojados en las 161 habitaciones de este edificio construido en madera. El incendio habría empezado en el cuarto piso, donde estaba el restaurante. Desde ahí, las llamas comenzaron a subir. Las víctimas quedaron atrapadas y, al menos dos, murieron al tratar de escapar por las ventanas.

El hotel Gran KarTal se encuentra en una estación de esquí en las montañas Bolu, un destino muy popular entre esquiadores de Estambul y Ankara. Los servicios de emergencia tardaron una hora en llegar al lugar. Las autoridades locales culpan a la distancia con la ciudad más próxima y a las carreteras heladas.

Estos días al hotel apenas le quedaban vacantes por las vacaciones escolares del invierno en Turquía.

Se cumple un mes de la caída del régimen sirio de Bachar Al Asad. El grupo militar islamista Hayat Tahrir Al Sham es quien se ha hecho con el control del país. Un futuro con muchas incógnitas y con Turquía con un rol cada vez más importante, que analizamos con Carmen Rodríguez López, profesora e investigadora del Departamento de Estudios árabes, islámicos y orientales de la Universidad Autónoma de Madrid.

Erdogan lleva diez años como presidente de Turquía y otros diez como primer ministro. Por ley, no podrá presentarse a las elecciones en 2028, pero el líder turco ya ha dado a entender que podría hacerlo, si el pueblo se lo pide. La Turquía de hoy no se puede entender sin los hechos del 15 de julio de 2016. Aquella noche de verano, los tanques intentaron tomar Ankara, pero no lo consiguieron. Tampoco tuvo éxito el comando que debía matar al presidente en su residencia de vacaciones. Con el fracaso del Golpe de Estado, Erdogan desató una ola represiva dentro y fuera de las fronteras de Turquía que dura hasta hoy.

Foto: AP Photo/Rafiq Maqbool

Las milicias kurdas de Siria, aliadas de Estados Unidos, son una de las grandes beneficiadas de la caída del régimen de Al Asad; fueron claves en la guerra contra el DAESH y vigilan los campamentos en los que están detenidos muchos milicianos yihadistas. Controlan el 30% del territorio en el noreste del país y para el presidente Erdogan son una amenaza porque apoyan a los kurdos turcos, a los que considera terroristas.

IMAGEN: EFE/EPA/ATEF SAFADI

En 'Las Mañanas de RNE' abrimos el libro "Sentirán el aliento de Turquía en la nuca" de Javier Biosca. "Es una cita del que hoy es jefe de los servicios secretos turcos, que adoptó el propio Erdogan y que refleja bastante bien su mandato, que es ira por todos sus opositores". En este momento, tras la caída del régimen de Al Asad en Siria, Biosca explica que el papel de Turquía ha sido fundamental. "Ha sido la única potencia extranjera que ha permanecido fiel apoyando a las fuerzas insurgentes". Biosca asegura que esta fidelidad no es tanto por ir contra el régimen de Al Asad, sino por el papel de las fuerzas kurdas en el norte de Siria y en la frontera con Turquía.

En cuestión de días el régimen sirio ha pasado de un aparente control férreo de las zonas bajo su dominio, es decir, la gran mayoría del país a desmoronarse por completo. El presidente al Asad ya estuvo en la cuerda floja durante la primavera árabe, pero entonces consiguió aguantar gracias a aliados externos. Sobre todo, Rusia. Esta vez el panorama es muy distinto. |Irán está centrado en el conflicto con Israel, mientras que Catar y Turquía apoyan algunos grupos rebeldes.

Alepo ha caído bajo control rebelde. No solo han tomado los principales barrios y edificios gubernamentales de Alepo, también el aeropuerto internacional. Una ciudad en la que no ponían los pies desde que salieron derrotados por el régimen en 2016. "Damos gracias a Alá por la liberación de nuestra ciudad", dice un retornado.

El Ejército de Al Asad reconoce que ha perdido terreno ante miles de terroristas extranjeros, dice, con armas pesadas y drones. Turquía, que apoya a los rebeldes sirios, niega estar implicado. El Gobierno turco lleva meses intentando recomponer lazos con el sirio, rotos desde el inicio de la guerra en 2011.

Rusia e Irán, aliados de Al Asad, han salido rápidamente en su apoyo. La aviación de Vladímir Putin ha vuelto a bombardear Alepo, como no hacía desde 2016. Uno de esos ataques ha alcanzado a decenas de civiles en una rotonda, causando una masacre.

La escalada militar no solo afecta a Alepo. Desde su feudo de Idlib, los rebeldes también avanzan hacia el sur, en dirección a Hama, retomando la iniciativa tras años de estancamiento en la guerra. La desbandada de las tropas de Al Asad vuelve a demostrar que su régimen tendría difícil sobrevivir sin las fuerzas de Irán y Rusia.

Foto: OMAR HAJ KADOUR / AFP

Hay miles de desalojados. En la última semana se han declarado más de 130 fuegos, alimentados por las altas temperaturas y los fuertes vientos. En algunos casos, el fuego se ha quedado muy cerca de las casas. En otros, las llamas lo han devorado todo. Esta ola de incendios llega en un momento en el que Esmirna está abarrotada, ya que es una de las provincias más turísticas de Turquía.

Foto: Una granja arrasada por el fuego en la provincia de Esmirna (Yasin AKGUL/AFP)