"En mi curación influyó todo: quimio, actitud y alimentación"
"Dejé en manos del oncólogo las decisiones médicas e investigué sobre lo que yo podía controlar: la alimentación y los estilos de vida".
Esa decisión fue lo que cambió la vida de Odile Fernández. Madre, médico de familia, y superviviente de un cáncer de ovario con metástasis en pulmón, sacro y vagina.
En 2010 Odile, tras un primer momento de pánico, decidió confiar la parte médica a sus oncólogos pero no se resignó a su pronóstico.
Con la primera sesión de quimioterapia, cambio su alimentación, comenzó a hacer ejercicio físico y busco terapias que le ayudaran a calmar la mente.
Odile se lanzó a una carrera de búsqueda de información para poder ser parte activa de su enfermedad y echar al cáncer de su cuerpo. Su experiencia está volcada en el libro Mis recetas anticáncer, un compendió de buenos consejos, de recetas de vida, para prevenir y tratar de curar la enfermedad.
Odile nos relata cómo plantó cara al cáncer y nos avanza dos recetas anticáncer de su próximo libro: Té verde con cúrcuma y aroma de limón y una ensalada de col y zanahoria.
-¿Cuándo te detectaron el cáncer y cuánto tiempo pasó entre darte cuenta que te estabas despidiendo de la vida y qué podías cambiar de actitud y hacer muchas cosas para sanarte?
El diagnóstico fue en octubre de 2010. La desesperación, el pánico y el miedo duraron unas dos semanas. Después acepté la muerte como una posibilidad más en el desarrollo de la enfermedad, en vez de como una sentencia firme.
Ahí decidí cambiar y afrontar la enfermedad de manera diferente, buscando herramientas que ayudasen a mejorar la efectividad del tratamiento convencional de quimioterapia y a potenciar los mecanismos de autosanación de mi cuerpo.
-¿Cómo fue ese proceso, rápido, lento?, ¿qué influyó en ese cambio?
En mi caso, el cambio fue rápido. Veía que tenía poco tiempo, pues había múltiples metástasis. Las metástasis son las responsables del 90% de las muertes por cáncer y es cuando la quimioterapia es menos efectiva. Así que había que implicarse en el proceso y buscar información sobre todo aquello que me pudiese ayudar a sanar.
El ser médico en este caso tuvo sus cosas buenas y malas. Como médico de familia acompaño a muchos pacientes con cáncer en el tránsito hacia la muerte y eso me hizo sentir pánico desde el momento en que me diagnosticaron la enfermedad: había visto a muchos pacientes morir y a veces era una muerte dolorosa.
Pero por otro lado, mi experiencia como médico me hizo pensar que podía haber algo que yo podía hacer en mi proceso, pues si a mis diabéticos les influye la alimentación en sus cifras de glucosa en sangre y a mis hipertensos les influyen los conflictos emocionales en las cifras de presión arterial, ¿por qué esas mismas cosas no me iban a influir a mí?
“Dejé en manos del oncólogo todas las decisiones respecto a mi tratamiento“
Además, estaba acostumbrada a ver cómo pacientes con cáncer en estadios muy precoces terminaban evolucionando mal y desarrollando metástasis, mientras que otros con metástasis sanaban. ¿Qué diferencia había entre unos y otros? ¿Por qué cada proceso es único y diferente?
Eso me llevó a hacer una exhaustiva búsqueda en pub med en busca de respuestas. Sobre el tratamiento convencional decidí no buscar, dejé en manos del oncólogo todas las decisiones respecto a mi tratamiento, pues él era el que tenía la formación adecuada. Investigué sobre los aspectos que yo podía controlar, como son la alimentación y los estilos de vida.
-¿Cuánto tardaste en cambiar de hábitos y cuáles fueron los primeros cambios que realizaste?
Muy poco. Tenía poco tiempo. Lo primero, cambiar mi actitud frente la enfermedad y replantearme mi vida. Decidí aprovechar cada instante y disfrutar al máximo con cada pequeño detalle, pues no sabía cuánto más viviría.
“Introduje abundante fruta, vegetales, semillas y frutos secos“
Después vino la alimentación: fuera fritos, bollería, pastelería, bebidas azucaradas, refinados, alimentos procesados y carne. Introduje abundante fruta, vegetales, semillas y frutos secos. Intenté que todo fuera ecológico, fresco y de temporada, y preparado en casa con mucho cariño.
En mi alimentación abundaban los zumos y batidos hechos en casa con vegetales, las ensaladas, las verduras al vapor y los guisos de legumbres.
-¿Tardaste mucho en notar que los cambios en tu dieta te estaban sentando bien?
Muy poco, la verdad. Lo primero que sentí fue más vitalidad, más energía y mejoras en mi piel. Me sentía mejor que antes de sufrir el cáncer. Aún no se me había caído el pelo, y no era evidente que estaba en tratamiento de quimioterapia. La gente que me conocía me preguntaba: «¿Qué estás haciendo que te veo más guapa?» O bien: «Te brilla la piel, ¿qué crema usas?» Yo les contestaba: «Es que tengo cáncer y me está sentando muy bien».
-¿Cómo reaccionaron a esos cambios de estilo de vida las personas que estaban a tu alrededor? A veces no es fácil que los demás abandonen hábitos poco saludables como comer donuts o embutidos…
Al principio sé que les sorprendió y les asustó ver tanto cambio en tan poco tiempo y que yo estaba continuamente buscando y leyendo en revistas médicas. Después, cuando empezaron a ver resultados, a ver que mi actitud había cambiado, que estaba pletórica y llena de ilusión y energía decidieron ellos cambiar y acompañarme. Todos a comer verduritas.
“Yo creo que influyó todo: quimio, actitud y alimentación“
También notaron cambios en su salud: en el caso de mi padre mejoró su diabetes y su hipercolesterolemia. Pero se reafirmaron en mi cambio cuando a mitad de la quimioterapia el PET TAC de control comprobó que las metástasis habían desaparecido. ¿Mi tumor era ultra quimio-sensible o los cambios realizados en mi vida junto al tratamiento habían hecho desaparecer las metástasis? Yo creo que influyó todo: quimio, actitud y alimentación.
-¿Cuáles son los alimentos que deberíamos evitar, los que NO debemos tener en nuestra despensa?
A día de hoy aún no se ha demostrado que la alimentación cure, aunque hay indicios de que puede ser un complemento. Sí es útil para la prevención del cáncer. Y también en la diabetes, en la obesidad y la hipercolesterolemia.
Los alimentos menos recomendados, si queremos mantener una buena salud, son los alimentos procesados y precocinados llenos de grasas y azúcares, la bollería industrial, los alimentos refinados, las bebidas azucaradas, los aceites refinados, los alimentos preparados en la barbacoa o fritos de manera no adecuada, la carne roja y el embutido.
-Estamos en el supermercado..¿Qué 5 verduras y 5 frutas debemos echar a nuestro carro para protegernos más del cáncer?
Verduras: ajo, cebolla, brócoli, coles de Bruselas, tomate.
Fruta: limón, manzana roja, granada, frutas rojas (fresas, cerezas, arándanos, frambuesas), uva negra.
-¿Qué otros productos están en tu cocina que consideres imprescindibles en una dieta anticáncer?
Las especias: cúrcuma, jengibre, cardamomo, canela, mostaza, chile, clavo. Las hierbas aromáticas: perejil, cilantro, tomillo, romero, etc. Las legumbres, el aceite de oliva virgen extra, las semillas de lino y los frutos secos, sobre todo nueces, y como bebida el té verde.
-Si el azúcar no es sano, ¿con qué podemos endulzar nuestros postres?
Con estevia, sirope de agave, miel ecológica, azúcar de coco o panela
-¿Qué hay de la bebida? Además de los 2 litros de rigor que aconsejan beber al día, ¿hay alguna bebida que nos proteja del cáncer?
El té verde es una excelente bebida por su alto contenido en catequinas, que nos protegen frente al cáncer.
Los zumos y batidos naturales, preparados en casa a base de frutas y verduras.
El vino tinto en cantidades muy moderadas, el zumo de uva negra y el mosto también son recomendables.
-¿Hasta qué punto es importante la forma de cocinar los alimentos?
Para aprovechar al máximo los fitoquímicos (sustancias que nos ayudan en la prevención del cáncer) presentes en los alimentos es mejor que no los cocinemos en exceso. Preferiremos el crudo, el vapor y el hervido a baja temperatura frente al frito, el horneado y la barbacoa.
-Dicen los médicos, que un “35% de los tumores están causados por una mala alimentación'. ¿Sólo teniendo en cuenta tus consejos dietéticos podremos prevenir el cáncer, o como en tu caso, hacerlo desaparecer?
En 1 de cada 3 casos podemos prevenir el cáncer si llevamos una alimentación sana. Y si además adoptamos estilos de vida saludables como no fumar, no beber, hacer ejercicio y estar delgados 2 de cada 3 cánceres se pueden prevenir.
Los cánceres más relacionados con la alimentación y estilos de vida son los más prevalentes en nuestra sociedad, como el cáncer de colon, mama y próstata. Aún no hay evidencias de que se los pueda curar modificando los hábitos alimenticios. Es difícil plantear estudios en personas con cáncer, porque no puedes someter a una persona a quimioterapia y a otra cambiarle solo la alimentación y ver qué pasa. Por lo tanto, es muy complicado comprobar el efecto real de la alimentación sobre la evolución de la enfermedad, aunque sí hay resultados esperanzadores en ratas.
“ En 1 de cada 3 casos podemos prevenir el cáncer si llevamos una alimentación sana“
Yo abogo por combinar el tratamiento convencional con la alimentación, el cambio en los estilos de vida y prestar especial interés al tema emocional, procurando un buen bienestar psicológico.
-Durante el tiempo que duró tu enfermedad, ¿seguiste con tratamientos médicos?, ¿Qué más cosas crees que contribuyeron a tu curación?
Completé seis ciclos de quimioterapia. Cambié mi alimentación y busqué todas aquellas terapias que pudiesen contribuir a mi bienestar psicológico y que, por tanto, me ayudasen a afrontar mejor la enfermedad y a reforzar mis barreras naturales frente al cáncer: practiqué yoga, chikung, paseé a diario y siempre que podía por el campo, practiqué la meditación y la visualización y recibí sesiones de reflexología podal y reiki, Trabajé con una psicóloga el tema emocional.
-¿Qué otras medidas has adoptado en tu día a día?
Perder peso, vivir en el campo y vivir la vida sin prisas, sin sobredimensionar las adversidades.
-¿Esta forma de comer es una dieta para prevenir o para curar?
Es un estilo de vida que deberíamos mantener en el tiempo y comenzar cuanto antes mejor. Lo ideal es que desde pequeños comiésemos de forma saludable. Por desgracia, los niños comen muy mal. En su dieta abundan los refinados, los productos azucarados, los zumos industriales, las colas, las chuches.
-Odile, como madre, cómo les educas en la buena alimentación, sí el premio no debe ser una chuche o un bollo, que les ofreces..
Tengo dos hijos de seis años y seis meses respectivamente. Intento ofrecerles la alimentación más sana posible basando su dieta en platos de cuchara, cereales integrales y muy poca carne. Para que los niños coman saludable tenemos que ofrecerles alimentos saludables y no comprar bollería, chuches, refrescos, etc. Si no lo tienen a su alcance no lo van a consumir.
Eso no significa que nuestros hijos no coman dulces si les apetece. Podemos preparar platos dulces en casa, pero siempre con harinas integrales, endulzantes naturales y usando aceite de oliva en vez de margarina. E incluso podemos hacer chuches saludables con agar agar y fruta. Todo es cuestión de reinventar los platos convencionales para volverlos más saludables.
Para que los niños coman sano también es importante que nos ayuden a cocinar. En los coles debería haber una asignatura sobre alimentación saludable, pero para eso hace falta más formación.
-Nos has ofrecido dos recetas de tu próximo libro, pero ¿qué comes tú durante un día cualquiera?
Desayuno: Copos de avena+ nueces+ semillas de lino+ manzana y leche vegetal de avena.
A media mañana: Té verde+ orejones+ frutos secos crudos
A medio día: Crema de calabaza, apio y zanahoria. Arroz integral con verduras al vapor, brotes y salsa de ajo, apio y soja.
Por la tarde: Mousse de cacao con arándanos y zumo de naranja
Por la noche: Ensalada con vinagreta de aceite, limón, vinagre de manzana, cúrcuma y pimienta. Hummus de garbanzos con crudités vegetales o pan integral de centeno.