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Puede que pasen desapercibidos pero sin ellos, la acción no existiría en el cine. Una profesión de riesgo, la de especialista, en la que no puede haber margen de error.

Un equipo del programa ha recorrido la nueva Crimea. Ha estado en su capital, Simferópol y  en lugares tan emblemáticos como Sebastopol, Yalta y Bajchisarái, capital histórica y cultural de los tártaros-crimeos.

Tras la caída del presidente ucraniano, Viktor Yanukovich, el pasado 22 de febrero por la revolución 'Euromaidán', el presidente ruso, Vladimir Putin, puso en marcha su plan para Crimea. Cinco días después, grupos armados tomaron el parlamento de la península y comenzaron a ocupar el territorio. En un referéndum ilegal, el 16 de marzo, los crimeos  votaban con casi el 97%  a favor de su anexión a Rusia. Los crimeos rusos aprovecharon la festividad del 1 de Mayo para desfilar bajo el lema “Primavera Crimea”  y celebrar su regreso a la que ellos consideran la madre patria.

En Portada ha estado con representantes de las nuevas autoridades nombradas por Moscú, como el primer ministro Serguéi Axiónov, o el ministro de Información. También con expertos; defensores de los derechos humanos; jóvenes rusos y ucranianos; y con miembros de la minoría autóctona tártara, entre ellos, dos supervivientes de la deportación estalinista de 1944.

 La península de Crimea continúa su complejo proceso de transición después de que el pasado mes de marzo se independizara de Ucrania y poco después se uniera a Moscú . Los crimeos rusos lo viven como una auténtica liberación. Y dejan constancia siempre que pueden, como ocurrió el 1 de mayo. Ese día, la celebración de su unión a Rusia sustituyó a las reivindicaciones laborales y sociales. La euforia patriótica se desbordaba, de nuevo, el día 9 con la visita a Sebastopol del presidente ruso, Vladimir Putin. Los crimeos rusos lo aclamaron como a un héroe. Para las minorías ucraniana y tártara la situación es complicada. Unos han optado por marcharse de la península, otros tienen las maletas preparadas por lo que pueda pasar. También hay quienes han decidido quedarse y ver qué ocurre.

Un equipo de En Portada ha recorrido la nueva Crimea para retratar su paso de Ucrania a Rusia; una compleja transición cuyos habitantes están viviendo de desigual manera: la mayoría rusa encantada de regresar a lo que consideran la madre patria; buena parte de los ucranianos haciendo las maletas, y la minoría autóctona tártara dividida entre los dispuestos a acoplarse a la nueva realidad y los que reivindican un estatus especial para este pueblo. En Portada ha estado en la capital, Simferópol, pero también en lugares tan emblemáticos como Sebastopol, sede de la Flota Rusa del Mar Negro, Yalta, en cuyo Palacio de Livadia se firmó el Tratado que selló la división de Europa, y Bajchisarái, capital histórica y cultural de los tártaros-crimeos. Crimea: la primavera rusa, se estrena el jueves 29 de mayo a las 23.30 h en La 2.

  • En Portada viaja a la nueva Crimea para retratar su paso de Ucrania a Rusia
  • Un equipo del programa recorre la península dando voz a todas las partes
  • La autora del reportaje comparte con nosotros la 'trastienda' del rodaje
  • Crimea: la primavera rusa se estrena el 29 de mayo a las 23.30 h en La 2

Vladimir Putin visitado Crimea en una fecha cargada de simbolismo, el aniversario de la victoria soviética sobre los nazis. Desde un barco y ante la atenta mirada de los habitantes de Sebastopol , ha seguido el desfile militar y ha pasado revista a la flota rusa 

En una entrevista en el programa El Mundo en 24 horas, el profesor de Ciencia Política y de la Administración de la Universidad Autónoma de Madrid, Carlos Taibo, ha considerado que “el acuerdo de Ginebra era moderadamente sorprendente y arrastra dos problemas: La capacidad de presión de Moscú sobre los rebeldes en el este de Ucrania no está demostrada y el segundo es que la parte ucraniana que firma ese acuerdo es un Gobierno de transición”. Taibo considera llamativo que “la palabra Crimea no haya aparecido en esa negociación” y ha apuntado que, a su juicio, la “metáfora de la Guerra Fría está de más”.