Las últimas horas han sido especialmente sangrientas en la Franja, con ataques en zonas residenciales del norte. Allí han muerto, al menos, 20 personas, que se suman a los casi 40 de los ataques en Jan Yunis. 14 de los muertos eran niños, 13 de ellos de la misma familia. Según testigos y vecinos, Israel no había dado ninguna advertencia previa del bombardeo. Además, médicos del Hospital Kamal Adwan denuncian que tropas israelíes han entrado en el centro hospitalarios y se han llevado arrestados a decenas de hombres, entre ellos un conocido activista de derechos humanos. En medio del asedio a Gaza, el gobierno de Israel ha enviado al director del Mossad a Qatar para que negocie con los mediadores de Hamas. Entretanto, en Libano, Israel ha matado a tres periodistas libaneses en un ataque aéreo en el sur del país, mientras dormían.
El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, ha asegurado en una entrevista en La Noche en 24 Horas que "si todos actuaran como España", la guerra de Gaza "terminaría hoy" y ha defendido el liderazgo del Gobierno español en el reconocimiento de Palestina como Estado. Asimismo, Albares ha denunciado las "violaciones del derecho internacional humanitario" que se están produciendo en la Franja y ha recordado que "los civiles nunca pueden ser objetivos".
Esta semana se ha presentado el corto High Roads, que pone el foco en la forma de pensar y de ver el mundo de cuatro mujeres palestinas. Hablamos con su directora, Giuliana Racco.
Cientos de palestinos se han acercado este jueves a una panadería en Jan Yunis, pero es imposible atenderles a todos porque la ayuda que entra en Gaza sigue siendo infinitamente inferior a la que se necesita para abastecer a una población hambrienta. La ONU advierte de que la falta de alimentos en la Franja alcanza ya niveles insostenibles, donde unos 1,8 millones de personas se enfrentan a una hambruna crítica.
El bloqueo israelí en la Franja impide que 500 camiones con ayuda humanitaria entren en el enclave. El Gobierno de Netanyahu sigue con su ofensiva militar y en las últimas horas al menos 16 palestinos han sido asesinados a manos del ejército hebreo tras un ataque en una escuela en Nuseirat. Unicef denuncia 30 ataques como estos a escuelas en menos de dos semanas.
Periodistas israelíes se adentran con su Ejército en la Franja de Gaza. De camino, graban la devastación. Edificios enteros reducidos a escombros. Pero no es eso lo que quieren mostrarles, sino una casa en la ciudad de Ráfah, con la bandera israelí encima en señal de victoria.
Fue allí donde eliminaron al jefe militar de Hamás. Orgullosos, enseñan a prensa el interior de la vivienda en ruinas, incluido el sofá donde Yahya Sinwar pasó sus últimos momentos.
El grupo islamista ha respondido con un vídeo en el que intentan demostrar que siguen muy vivos, fuertemente armados y con capacidad para golpear objetivos israelíes, como tanques y soldados invasores dentro de la Franja. Israel ha confirmado que uno de sus coroneles, de 41 años, ha muerto en combate en el norte de Gaza.
Los civiles siguen sufriendo las consecuencias: solo el fin de semana, Israel ha matado a más de 100 gazatíes. Sangrientos bombardeos contra la localidad de Beit Lahia y el campo de refugiados de Yabalia.
Cadáveres y heridos abarrotan las pocas instalaciones médicas que aún funcionan en el norte de Gaza. Los que llegan son víctimas del último bombardeo israelí contra un edificio de Beit Lahia, que deja más de 80 muertos.
En este hospital no dan abasto para aliviar el dolor de tantos pacientes, muchos de ellos mujeres y niños, tirados en el suelo por falta de medios. Médicos sin Fronteras pide a Israel cesar de inmediato su asedio a los hospitales. Ni siquiera aquí se libran de las bombas, los cortes de electricidad y la falta de agua.
Según OXFAM, otra ONG, Israel ha matado a cuatro ingenieros que iban a reparar infraestructuras del agua. Muertes que, denuncian, violan el derecho internacional y agravan la crisis humanitaria.
Israel emite órdenes de evacuación masivas a una población exhausta, famélica y muchas veces enferma que no tiene a dónde huir. "Avisaron en plena noche de que iban a bombardear las casas y tuvimos que salir corriendo, incluso descalzos. Estamos muertos en vida", lamenta Fátima.
Achaf relata que el Ejército israelí separa y se ensaña especialmente con los hombres. "Nos sacaron a punta de pistola, nos desnudaron y nos registraron con lentes y cámaras durante horas", asegura.
Heridas psicológicas que muchos llevarán para siempre, ocultas entre tanta devastación. La destrucción es tal, que según un relator de la ONU, reconstruir Gaza podría llevar 80 años.