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El oficialista Mijaíl Kavelashvili ha sido elegido presidente de Georgia durante una votación celebrada en el Parlamento que ha sido boicoteada por la oposición y sustituye en el cargo a la opositora Salomé Zurabishvili, que se niega a abandonar su puesto, ya que no reconoce la legitimidad del resultado de las elecciones parlamentarias de octubre pasado. Presentado por el partido gobernante, Sueño Georgiano, Kavelashvili ejerció como diputado oficialista desde 2016 después de una carrera futbolística durante la que incluso militó en el Manchester City.

Foto: Mijaíl Kavelashvili (EFE/EPA/GEORGIAN PARLIAMENT PRESS SERVICE)

Miles de manifestantes se han congregado por quinta noche consecutiva en la capital de Georgia, Tiflis, y otras ciudades, para protestar contra la decisión del nuevo gobierno del país de congelar las negociaciones de adhesión a la Unión Europea hasta 2028, que estaba llevando a cabo la anterior Ejecutiva. La presidenta de Georgia, la europeísta Salomé Zourabichvili, desafía a su gobierno y denuncia los intentos de Rusia de alejar a su país de las políticas occidentales para acercarse a Moscú. El Parlamento y los alrededores han permanecido bajo control de la policía y las fuerzas antidisturbios, a los que se han enfrentado decenas de manifestantes. El operativo se ha saldado con varias detenciones.

Foto: EFE/EPA/DAVID MDZINARISHVILI

Miles de georgianos se han manifestado frente al Parlamento para denunciar lo que consideran un fraude electoral. La presidenta del país y los partidos de la oposición no reconocen la victoria del partido gobernante y prorruso Sueño Georgiano. En consecuencia, han convocado a los georgianos a una multitudinaria manifestación frente a la sede del Legislativo, a la que han acudido cerca de 15.000 personas. La mandataria también ha anunciado los presentes que había conversado con seis presidentes de otros países sobre la situación y "ninguno reconoció las elecciones" en las que ganó el partido oficialista, al que la oposición y Occidente acusan de afinidad al Kremlin. Los observadores de la OSCE consideran que las elecciones no fueron limpias y desde la Unión Europea exigen que se investiguen las irregularidades.

La presidenta de Georgia, Salomé Zurabishvili, la cara más visible de la oposición, no reconoce los resultados electorales que dan mayoría absoluta al oficialista Sueño Georgiano. Asegura que sería lo mismo que reconocer la subordinación de Georgia a Moscú. Ha convocado una manifestación para este lunes.

Sueño Georgiano, cuyo líder es un magnate que hizo su fortuna en Rusia, defiende la limpieza de los comicios y dice que la oposición no tiene suficiente dignidad para reconocer su derrota.

Los observadores de la OSCE sostienen que las elecciones en general han estado bien organizadas, pero han denunciado irregularidades, como presión e intimidación a votantes o casos de doble voto.

El enfado de la oposición es tal que en al menos una de las coaliciones electorales han decidido no tomar posesión de sus escaños. Desde Sueño Georgiano responden que si ningún candidato opositor está en este parlamento ellos trabajarán mejor.

Foto: Georgian Presidential Press Service / AFP

Tanto la oposición como el actual partido de Gobierno se han proclamado ganadores de las elecciones parlamentarias en base a sondeos a pie de urna destacando cada uno el que le era más favorable. Con datos ya oficiales pero preliminares de la Comisión Electoral, Sueño Georgiano tendría la mayoría, en torno a un 53% de los votos, por lo que podría gobernar en solitario un cuarto mandato. Sueño Georgiano ha hecho campaña a favor de entrar en la UE, pero en los últimos tiempos ha aprobado leyes que tanto la oposición como Bruselas consideran autoritarias y contrarias a los valores europeos.

Foto: Bidzina Ivanishvili, fundador del partido Sueño Georgiano (Giorgi ARJEVANIDZE/AFP)

El actual partido de Gobierno de Georgia habla de cara a las elecciones generales de guerra o paz: dicen que la oposición llevará al país a un nuevo conflicto armado con Moscú. Su candidato, un magnate que hizo su fortuna en Rusia, se presenta como el único capaz de garantizar la tranquilidad a través de una política pragmática con su vecino del norte. Se declaran partidarios de entrar en la UE, pero Bruselas ha frenado el proceso de ingreso de Georgia por la aprobación de leyes que consideran autoritarias y contrarias al espíritu europeo.

La ONG en la que trabaja Gurám da asistencia jurídica gratuita a distintos colectivos y es una de las afectadas por la ley de agentes extranjeros. Reciben el 99% de sus fondos del exterior, de la Unión Europea o de países como Estados Unidos o Suiza. Cree que la nueva norma solo busca silenciarles y deslegitimarles.

La oposición la llama ley rusa y ha provocado manifestaciones masivas. El Gobierno la defiende. Dicen que solo busca transparencia y combatir la injerencia extranjera.

Una jornada más, los jóvenes georgianos llenan de banderas y proclamas democráticas las calles de Tiflis. Las universidades son hoy edificios fantasma, porque sus estudiantes priorizan, dicen, el futuro de su país.

Comparan la norma que se ha aprobado con la ley rusa que sacó adelante el Kremlin para silenciar a los disidentes. El principal partido opositor, en señal de protesta, se ha retirado temporalmente del parlamento y asambleas locales.

El gobierno asegura que la ley terminará con la falta de transparencia en el país porque con ella, las ONGs, organizaciones de derechos humanos, cooperativas agrícolas o medios de comunicación que reciban más del 20% de sus fondos del exterior deberán registrarse como entidades bajo influencia extranjera. Algo que daría vía libre al ejecutivo para inspeccionar sus oficinas cada 6 meses.

La presidenta georgiana ha amenazado con tumbar la norma, pero el parlamento, después, podría restaurarla con una nueva votación. Esto comprometería sus apoyos internacionales. Para Estados Unidos, su relación con Tiflis está en riesgo y también su adhesión a la Unión Europea. Bruselas concedió a Georgia el estatus de candidato el año pasado, precisamente por no aprobar esta ley, y ahora esas negociaciones podrían caer en saco roto.

FOTO: REUTERS/Irakli Gedenidze

¿Quién protesta en Georgia y por qué? ¿Está el país cada vez más lejos de la UE? Nos lo explica Antonio Herrera, militar en la reserva, que ha sido asesor para el desarrollo de Sistemas de Información de la Misión Civil de Monitorización de la Unión Europea en Georgia, fue jefe del Centro de Gestión de la Información en la misión especial de monitorización de la OSCE en Ucrania y anteriormente trabajó en la OTAN en asuntos de inteligencia. Además es miembro del Minerva Institute.

'Diario de Ucrania' es un podcast que publicamos todos los miércoles en el que encontrarás el contexto necesario para entender lo que está pasando en la guerra tras la invasión rusa. Escuchamos a analistas, militares, periodistas, trabajadores humanitarios y a los ciudadanos ucranianos y rusos que sufren en primera persona este conflicto.