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Israel no se fía de las nuevas autoridades sirias. Pese a las advertencias de Turquía, ya ha bombardeado 17 objetivos militares del antiguo régimen de Al Asad, incluidos una base aérea y un almacén de misiles a las afueras de Damasco. Las tropas de Tel Aviv se han adentrado incluso más allá de los Altos del Golán y buscan permanecer durante meses en una zona desmilitarizada, una violación de los acuerdos internacionales, según afirma la ONU.

Entretanto, la embajada turca en Siria, cerrada desde hace más de 10 años tras el comienzo del conflicto, ha reabierto este sábado. El Gobierno de Ankara se jacta de haber negociado con Irán y Rusia para hacer caer al régimen de Bachar al Assad. De igual forma, la comunidad internacional mueve ficha para intentar estabilizar Siria. Ministros de Exteriores de ocho países árabes se han reunido en Jordania con sus homólogos de Estados Unidos y Turquía para trabajar junto a las Naciones Unidas y Turquía por una transición pacífica.

Al mismo tiempo, Moscú está retirando material militar, tropas y personas diplomático de Damasco, pese a que espera mantener su presencia militar en la base naval de Tartús y la aérea de Latakia, algo que tendrá que negociar con el nuevo Gobierno sirio.

Siria, a punto de cumplirse una semana del derrocamiento del régimen de Al Assad, sigue en el punto de mira y de acción por parte de Israel, que sigue atacando zonas del país. Visitamos la frontera entre Siria e Israel con la enviada especial de RNE a la zona, Laura Alonso.

En la zona controlada por el comando sur, las fuerzas locales que ayudaron a Al Golani a entrar en Damasco, están ahora preocupadas por las incursiones del ejército israelí. "Ni siquiera nos han dejado disfrutar de este momento (la caída del régimen de Al Asad)", se quejan. Los carros de combate de Israel han entrado en varias localidades de la zona, donde los soldados piden a sus habitantes que se vayan de la zona. "No queremos que nos pase como los palestinos, que se fueron temporalmente y no han podido volver a sus casas", denuncia un vecino.

Mientras actúa en Siria, Israel no cierra sus frentes domésticos. La violencia ha vuelto a la Cisjorndania ocupada. Esta noche, cerca de Jerusalén, un hombre ha abierto fuego contra un autobús israelí. Ha muerto un niño de 12 años y hay otras tres personas heridas. El ejército israelí está buscando al tirador. En los últimos 14 meses, 27 israelíes han sido asesinados en Cisjordania. Por su parte, soldados o colonos israelíes han matado a casi 800 palestinos. Mientras tanto, en la capital de Yemen, continúan las protestas en apoyo a Gaza.

En Gaza, también continúa la guerra y los bombardeos. En uno de los últimos han muerto 22 personas de una misma familia. La población sigue teniendo que huir de un lado para otro y la escasez de comida continúa agravándose. El reparto de alimentos, es insuficiente. Buena parte de la comunidad internacional no entiende que Israel no haya pactado una tregua en Gaza, como sí ha hecho para el Líbano.

El alto el fuego lleva vigente 16 días y está previsto que dure 60. Según el acuerdo, las tropas de Netanyahu tenían que retirarse progresivamente. Militares de Francia y Estados Unidos monitorizan que esto se cumpla. Israel habría empezado ya los primeros movimientos militares.

Mientras tanto, desde la ONU cuatro expertos en derechos humanos han pedido a la comunidad internacional que sancione la conducta de Israel en la región, piden no usar dobles raseros. Allí, la relatora de las Naciones Unidas para los territorios palestinos ocupados ha recordado que el cumplimiento de la ley internacional no es caridad, sino una obligación.

FOTO: REUTERS/Ramadan Abed

Por primera vez, un primer ministro israelí en ejercicio se sienta en el banquillo por corrupción. El caso no es nuevo, pero la declaración de Benjamín Netanyahu se ha ido posponiendo múltiples veces. Tan sólo unos cuantos en la sala han podido escuchar al mandatario negar los delitos que le imputan: fraude, cohecho y abuso de confianza. "Todo es una caza de brujas; acusaciones absurdas", ha dicho. Es el mantra que lleva ocho años repitiendo, desde que empezaron a investigar si él y su mujer han recibido costosos regalos y coberturas mediáticas positivas a cambio de legislar a favor de empresarios y millonarios.

Foto: Menahem Kahana/Pool Photo via AP