José Antonio Gurpegui, catedrático de estudios Norteamericanos, del Instituto Franklin-UAH, afirma que la guerra comercial de Trump busca equilibrar en lo "posible el balance económico, fundamentalmente con países como Canadá y México, con los que su balanza de pagos es desfavorable".
Gurpegui argumenta que lo que queda es esperar a ver qué va a suceder con la Unión Europea. Afirma que el plan del presidente de EE.UU. está ligada al gasto en defensa y a la contribución de los países miembros de la OTAN. Estados Unidos es el mayor proveedor de armas de la Organización defensiva.
Gurpegui afirma que la estrategia de la UE frente a la imposición de aranceles de EE.UU. está estudiada. La gran beneficiada de esta hipotética guerra arancelaria sería China. Pues EE.UU. dejaría un espacio en blanco que sería ocupado por el país asiático. El país ya no es un productor de equipamiento de mala calidad. Esto lo demuestra en su desarrollo de la IA, la automoción o la producción de energía solar. China podría ocupar el espacio que dejaría libre EE.UU. si sigue con esta política arancelaria.