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Desde que el presidente Bazoum fue derrocado el 29 de julio, la venta de telas se ha disparado. Sobre todo,  las de color blanco, azul y rojo que forman la bandera de Rusia. Muchos nigerinos se manifiestan ondeando la bandera rusa y con carteles de "Abajo Francia, viva Putin".

Lo de manifestarse con banderas rusas no es algo nuevo. Los protestantes de Burkina Faso y Malí la usaron tras sus respectivos golpes de estado y desde entonces el Grupo Wagner ofrece, dicen, seguridad y cooperación militar en ambos países. La creciente influencia en el continente empieza a extenderse ahora a Níger, estos movimientos generan gran preocupación en Occidente.

Los militares que se han hecho con el poder tras el golpe de Estado en Níger han acusado a "una potencia extranjera", a la que no ha identificado, de preparar "una agresión" contra su país en coordinación con la Comunidad Económica de los Estados de África Occidental (Cedeao).

En un comunicado, los golpistas aseguran que la Cedeao ha completado "la planificación de la guerra" contra Níger, y ha subrayado que dos países de África central han empezado con un "predespliegue" de sus tropas.

La Cedeao, que decretó sanciones comerciales y financieras contra Níger tras el golpe de Estado, dio un ultimátum a los golpistas para devolver al presidente depuesto, Mohamed Bazoum, al poder, bajo la amenaza de una intervención militar. El últimátum expiró este domingo.

Horas antes de expirar el plazo, los golpistas cerraron el espacio aéreo de Níger.

Una intervención militar para restaurar al gobierno electo en Níger podría provocar una guerra regional en el Sahel. 

Foto: REUTERS/MAHAMADOU HAMIDOU